Los toros dan y quitan

ANTONIO SANCHO MAGELI (XXXX - 1931)

Solo para efectos ilustrativos

Catedral-Basílica de Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza (Aragón, España)

Cortesía del Sitio Web: http://.hoteles-en-zaragoza.com/

Antonio Sancho Mageli fue un aficionado herido el 31 de agosto de 1931, en Zaragoza, por un novillo de don Antonio Pérez Tabernero, falleciendo a resultas de las lesiones, el siguiente 3 de junio de 1931. (Fuente: Crónica de don Juan José de Bonifaz Ybarra, de su obra “Víctimas de la Fiesta”, Capítulo 7, Página 195)

EUGENIO SOTO "SOTITO " (1891 - 1931)

Solo para efectos ilustrativos
“Desencierro”


Obra del pintor salamanquino José Antonio del Castillo Martín 

Rehiletero que fue cogido y muerto por un novillo el 28 de junio de 1931.

Al respecto de su infortunio, el maestro Juan José Zaldívar Ortega refiere que <<Eugenio Soto (Sotito), fue un banderillero en novilladas nacido en Cádiz el 23 de febrero de 1891. Residía en Madrid, y cuando llevaba varios años en su profesión, el 28 de junio de 1931, cuando contaba 40 años de edad, un novillo de Rubio le cogió en la Plaza de Toros de Haro,  infiriéndole tan grave herida en el vientre que falleció en la enfermería de la plaza. Era valiente y se le tenía en mucho aprecio entre los de su profesión. "

Al respecto de su tragedia, el erudito taurino, Juan José de Bonifaz Ybarra,  refiere en forma por demás sucinta que << el 28 de junio de 1931, en la plaza riojana de Haro, resultó mortalmente herido por un novillo, de la vacada de Rubio, el gaditano Eugenio Soto (Sotito). El deceso se produjo pocos minutos después de su entrada en la enfermería del recinto. "

El 28 de junio de 1931 el banderillero Eugenio Soto "Sotito" de Cádiz, subalterno de Raimundo Serrano, recibió una cornada en el vientre, que le hizo fallecer en la enfermería de la plaza.
Fuente:
http://es.wikipedia.org/wiki/Plaza_de_toros_de_Haro

MIGUEL OLZA ZUNZARREN "VAQUERÍN" (1910 - 1931)

Miguel Olza Zunzarren "Vaquerín"
http://despobladosnavarra.blogspot.mx/2010/05/muguetajarra.html

Al respecto de este lidiador, el cronista Juan José Zaldívar Ortega refiere que << Miguel Olza (Vaquerín), matador de novillos, nacido en Pamplona en 1910, falleció en 1931, a los 21 años de edad. El 30 de julio de 1931 toreó en la Plaza de Toros de Calasparra (Murcia), sufriendo una grave cogida en un muslo. Trasladado a un hospital de Madrid, falleció a consecuencia de presentarse en la zona afectada gangrena gaseosa el día 1 de agosto de 1931. Había sido bastante castigado por los novillos, pese a su corta vida profesional, si bien sus condiciones y estilo no auguraban, ni mucho menos, una gran figura. Su primera actuación como tal fue en la Plaza de Toros de Talamanca de la Sierra (Madrid) en 1924. Los años siguientes toreó en Plazas de escasa importancia, y muy frecuentemente en la madrileña de Tetuán de las Victorias, en la que llegó a ser elemento muy útil. El 13 de marzo de 1927 se presentó en la Plaza de Toros madrileña de Vista-Alegre (Carabanchel Bajo), lidiando novillos de Abente. Estuvo valiente nada más. Este año toreó 10 novilladas. El 29-de julio de 1928 se presentó en la Plaza de Toros de Madrid, sin lograr destacar. Cada vez toreaba menos y en festejos de menor categoría, olvidándose casi totalmente su nombre en el mundo taurino. Cuando en 1931 volvió a sonar falleció ese mismo año. "

 

Por su parte, el erudito taurino Juan José de Bonifaz Ybarra, cita en su obra “Víctimas de la Fiesta”, que << ya con bastante veteranía fue a torear el pamplonés Miguel Olza Zunzanen (Vaquerín) el 30 de julio de 1931 a la localidad murciana de Calasparra. Allí fue corneado seriamente por un novillo de la vacada de García Zeballos y se dispuso el rápido traslado al Sanatorio de Toreros, de Madrid, donde expiró el posterior 1 de agosto al gangrenarse la herida. El apodo que siempre utilizó en los carteles era debido a que, en su adolescencia, cuidó ganado en una finca del conde de la Lisea. "

 

Nació en Muguetajarra en 1910; un torero que tiene entrada propia en el Cossío. Se llamaba Miguel Olza, pero se incorporó a los carteles con el sobrenombre de “Vaquerín”. Toreó su primera corrida en Talamanca de la Sierra (Madrid) en 1924 y trasteó después con más entusiasmo que estilo en varias plazas de tercera, hasta que un toro lo empitonó mortalmente en Calasparra (Murcia), el 30 de julio de 1931. Su trágica muerte no impidió que la enciclopedia taurina resumiera su trayectoria en términos que quizá se ajusten a lo que hubo, pero que hoy se antojan crueles: "Aunque murió muy joven, sus condiciones y su estilo no auguraban, ni mucho menos, una gran figura". (Fuente: El Pueblo de un Torero- JMC-WebBlog: Cosas de Cumbres)


Miguel Olza Zunzarren "Vaquerín"
http://despobladosnavarra.blogspot.mx/2010/05/muguetajarra.html

Por su parte, el erudito taurino Juan José de Bonifaz Ybarra, cita en su obra “Víctimas de la Fiesta”, que << ya con bastante veteranía fue a torear el pamplonés Miguel Olza Zunzanen (Vaquerín) el 30 de julio de 1931 a la localidad murciana de Calasparra. Allí fue corneado seriamente por un novillo de la vacada de García Zeballos y se dispuso el rápido traslado al Sanatorio de Toreros, de Madrid, donde expiró el posterior 1 de agosto al gangrenarse la herida. El apodo que siempre utilizó en los carteles era debido a que, en su adolescencia, cuidó ganado en una finca del conde de la Lisea. >>

Nació en Muguetajarra en 1910; un torero que tiene entrada propia en el Cossío. Se llamaba Miguel Olza, pero se incorporó a los carteles con el sobrenombre de “Vaquerín”. Toreó su primera corrida en Talamanca de la Sierra (Madrid) en 1924 y trasteó después con más entusiasmo que estilo en varias plazas de tercera, hasta que un toro lo empitonó mortalmente en Calasparra (Murcia), el 30 de julio de 1931. Su trágica muerte no impidió que la enciclopedia taurina resumiera su trayectoria en términos que quizá se ajusten a lo que hubo, pero que hoy se antojan crueles: "Aunque murió muy joven, sus condiciones y su estilo no auguraban, ni mucho menos, una gran figura". (Fuente: El Pueblo de un Torero- JMC-WebBlog: Cosas de Cumbres)


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El historiógrafo Mikel Zuza Viniegra, refiere en la revista "Club Taurino", de 2009, que el pasado tres de marzo se cumplieron cien años del nacimiento del torero navarro Miguel Olza Zunzarren “Vaquerín”. Buen motivo para recordar su esforzada trayectoria por el planeta de los toros. Quien habría de ver su nombre anunciado en los carteles de plazas postineras, abrió sus ojos al mundo en 1909 en Muguetajarra, pequeña población en las estribaciones de la peña Izaga, perteneciente al valle de Unciti. Fue bautizado en la aldea cercana de Izánoz (valle de Izagaondoa), y recibió en la pila el nombre de Miguel, que llevaban también su abuelo materno y muchos otros habitantes de la zona, por ser el arcángel quien preside desde su imponente atalaya románica el discurrir vital de sus vecinos. Fue el primer hijo del matrimonio formado por Martín Olza, natural de Lizarraga, y de Alfonsa Zunzarren, natural de Ardanaz. Muy pronto nacerían dos hermanos más: Inocencio y Manuela. En ese mismo entorno en el que muchas generaciones de su familia se habían sucedido, vivieron todos hasta 1916, cuando decidieron trasladarse a Madrid, concretamente a Torrejón de Ardoz, donde don Martín había conseguido empleo en una vaquería, ocupación que andando el tiempo habría de originar el apodo torero de su hijo Miguel. Probablemente el niño llevó siempre dentro de sí la afición taurina, pero es en esos primeros años en Madrid cuando aquella se asienta definitivamente hasta terminar por llevarle, cuando apenas roza la adolescencia y para desesperación de sus padres, a intervenir en capeas y festejos populares donde en alberos improvisados, y ante bestias cien veces toreadas, va dejando muestras de su arte y valor, adquiriendo la experiencia que le permitirá torear en 1924 su primera corrida en la plaza de Talamanca de la Sierra (Madrid), cuando sólo contaba 15 años de edad. Abrirse paso en la profesión no le resultó nada sencillo, más aún en aquellos años en los que la fiesta de los toros vivía su auténtica edad de oro, y los toreros salían hasta de debajo de las piedras. A pesar de ello consiguió ir haciéndose un nombre, y toreó los años siguientes en bastantes plazas, sobre todo en la de Tetuán de las Victorias de Madrid. El 13 de marzo de 1927 debutó en la Plaza de Vista Alegre de Carabanchel, lidiando novillos de Abente que no le permitieron dejar más que pinceladas de su valía. Al año siguiente, el 29 de julio de 1928, consigue alcanzar lo que todo torero sueña: su presentación en la Monumental de Madrid, teniendo por compañeros de terna a José Pastor y a Eladio Amorós. Estuvo tan valiente como de costumbre, y cosechó muchas ovaciones del exigente y entendido público madrileño.

Es a partir del año 1929 cuando los contratos empiezan a acumularse en la taleguilla de Miguel Olza, que llega a torear 30 novilladas, como él mismo reconoce a “Ch.”, crítico taurino del Diario de Navarra, que le entrevista con gracejo en su edición del 24 de diciembre: “Tenemos a la vista una estadística de las treinta novilladas que ha toreado en esta última temporada el torero Vaquerín, un pinturero muchacho con deje madrileño y figura de galán joven de compañía teatral de las caras, que días pasados, cuando vino a visitarnos en la redacción, nos dejó estupefactos al saber por él que era navarro. -¿Pero usted es navarro? –sin querer dar crédito a su acento y a su porte un poco echado “p’alante” que le encontramos. -Si señor, de Muguetajarra. -¿Qué, de ahí, un pueblecito pequeño que hay por Izagaondoa? -Si señor, de ahí mismo, y no crea usted que por casualidad, que mis padres eran también navarros, y hasta mi abuela vive en Idoate. -¡Su abuela! Nunca lo hubiéramos creído. Y, sin embargo, así tiene que ser porque su nombre y sus apellidos no pueden ser más navarros. ¡Como que se llama Miguel Olza Zunzarren! Pues este Vaquerín, desconocido de nosotros como torero porque no le habíamos visto y como paisano porque no nos lo habían presentado hasta ahora, tiene una hoja de servicios sin tacha ni mal remiendo, como para hablarse de tú a tú con las figuras más destacadas de la novillería andante. Total 30 novilladas y 46 orejas. ¡Es un tío!-dicho sea en el tono más elogioso de la palabra. ¡Palabra!

El siguiente es también un buen año para nuestro torero, que en la revista “El Clarín: semanario taurino defensor de la verdad” del 3 de mayo de 1930, contesta de este modo tan torero a la pregunta “¿Cuál ha sido el momento más feliz de su vida?”: -El día en que mi apoderado don Miguel Torres, me dijo que para el año actual había firmado para mí un capicúa: año 30…, 30 novilladas. Y luego las que yo me gane… En esa misma revista, verdadera “hoja de combate taurina”, con cabeceras tan rotundas como éstas: “La propaganda es indispensable para el artista, pero es preciso también arrimarse al toro”, “Exigir chotos es propio de cobardes” o “Quien esté falto de redaños no puede ser torero”, que demuestran que no era publicación que regalase los aplausos fácilmente, se publica unos meses más tarde un reportaje fotográfico sobre Miguel cuyo pie de foto, como puede leerse en la ilustración, es el siguiente: “A los aficionados de paladar, a los fetén que chanelan un rato largo de las cosas de toros, brindamos estas tres fotos, en las que un tal Miguel Olza “Vaquerín”, demuestra lo buen torero que es y la clase de arte que se trae. Con cualquiera de estas tres fotos podría el gran Ruano pintar un cartel soberano que serviría seguramente para demostrar, a los muchos enemigos de la fiesta, que el toreo es un arte magnífico y admirable. Y tanto como lo es: no hay más que ver torear a Vaquerín.” Y nuevamente “Ch.”, en el Diario de Navarra del 2 de septiembre de 1930 se rinde a la evidencia: “Vimos una gran novillada en Calahorra y nos dimos el gusto de ver torear a Vaquerín, un excelente novillero navarro, y pudimos comprobar que todo cuanto se dice de él, en su elogio, no es más que la verdad. Es torero fino, banderillea estupendamente y tiene gran dominio de la muleta y el estoque. En sus toros estuvo trabajador y lucidísimo, siendo ovacionado y premiado con las orejas y el rabo del cuarto de la tarde. Vaquerín es desconocido aquí en Pamplona, a pesar de ser un gran torero, que disfruta de un gran cartel en Madrid. Es un torero de valor y sentido que, como todos, podrá tener más o menos fortuna -esto no depende de la voluntad- pero que siempre sale a la plaza a ganarse a pulso el pan que come. No como otros, que lo roban.” Y el mismo crítico repite su juicio un mes más tarde, el 22 de octubre, cuando describe un encuentro que debió llenar de ilusión a Miguel: “Y a propósito de torero navarro, tenemos que destacar el papel lucidísimo y de confianza que al lado de Marcial Lalanda hizo como sobresaliente suyo el valiente torero navarro Miguel Olza, Vaquerín. Este novillero, que aunque criado y considerado como de Vallecas, es de Muguetajarra –ahí, cerca de Monreal- de padres y abuelos navarros, con familia que aquí reside, es un torero muy cuajado y de los que más se considera en Madrid.” El domingo, en Barcelona, intervino con Lalanda en varios quites y banderilleó superiormente por delante de Marcial y alternando con éste en el último toro, siendo aplaudidísimo. Pues este torero que aquí en Navarra muy pocos conocen, aún está por venir a Pamplona, con las ganas locas que sabemos que tiene por darse a conocer aquí. Ya es tarde para pensar en esta temporada, pero en la que viene, Vaquerín, que es muy buen torero y además torero navarro, será de los que se impongan en todas las plazas que se estimen un poquitín. Y malo será que la de Pamplona cierre los ojos a su propia conveniencia y al interés que hay por verle torear aquí.”

1931 empieza también con fuerza. Debe ser el año de su despegue y también el de la anhelada presentación en Navarra, que parece concretarse con la firma de un contrato para las fiestas de agosto en Tafalla, que quizás le sirviese de puente para alcanzar por fin el acariciado sueño de tomar la alternativa en las fiestas de San Fermín de 1932. Sin embargo, un cruel destino le sale al paso y el 28 de julio ha de torear en la feria de la localidad murciana de Calasparra una novillada de la ganadería de Zaballos. Le corresponde en suerte un torazo enorme, de siete años, de los que no se atreven a torear los ases, y que había sembrado previamente el terror en la plaza al saltar al tendido. A pesar de ello no le perdió la cara y lleno de pundonor lo lanceó bien de capa, pero en la suerte de muleta resultó volteado aparatosamente, y el toro, cebándose con mucho sentido en su víctima, le propinó una tremenda cornada en la parte anterior del muslo izquierdo, con tres desgarros interiores que le produjeron tal hemorragia y desmayo que para reanimarle hubo que inyectarle suero y cafeína en vista de su postración. Fue atendido en la misma plaza por el doctor Serra, que quiso trasladarlo a Murcia, pero la voluntad del diestro fue que le llevasen al Sanatorio del Montepío de Toreros de Madrid, donde fue operado por el doctor Jacinto Segovia, quien al principio creyó que, dada la fortaleza y juventud del herido, su curación sería cosa de 20 días, pero que al no advertir mejoría decidió una segunda intervención que constató la presencia de gangrena gaseosa, certificándose el fallecimiento de Miguel Olza el 1 de agosto, a última hora de la tarde, en brazos de su querida madre y rodeado de su familia y de los miembros de su cuadrilla. Tenía solamente 22 años. Su hermano Inocencio, al que había contagiado la afición, y que servía de sobresaliente en su cuadrilla, afectado por la tragedia cambió los trastos de torear por los fogones y sacó adelante un restaurante en Torrejón que homenajea a su hermano desde su mismo nombre: Vaquerín, y donde a día de hoy sus descendientes, además de servir una comida excelente, siguen manteniendo viva la memoria de uno de los contados navarros que merecen una entrada en el Cossío. Pero don José María se mostró implacable con Miguel Olza, al que tras unos datos bastante inexactos, que contrastan con los que he recogido en este artículo, despachó con un cruel comentario: “Aunque murió muy joven, sus condiciones y estilo no auguraban, ni mucho menos, una gran figura.” En la familia del diestro siempre se ha comentado que ese juicio se debió a cierta inquina personal del escritor al torero, por haberse cruzado una mujer entre ambos, que prefirió antes al matador que al polígrafo. No es fácil saber a 70 años vista qué puede haber de cierto en ello. Lo que sí sé es que nunca han de faltar defensores de la imparcialidad de los criterios taurinos de Cossío, pero que yo estoy obligado a reivindicar la figura y el mérito artístico de Miguel Olza Zunzarren, porque la sangre que empapó la arena de Calasparra es la misma que corre por las venas del que estas líneas suscribe, porque esa abuela que Miguel venía a visitar todos los años a Idoate era también mi bisabuela: doña Manuela Goñi, y porque las fotos y recortes antiguos que mi familia ha conservado desde hace tantos años, junto con los recuerdos de mi padre, Fermín Zuza, primo carnal de Miguel Olza, al que tuvo la fortuna de conocer cuando era niño, son los que me han permitido evocar ahora, cien años después, su estampa de torero de los buenos. Muguetajarra es hoy un despoblado cuyas casas se vienen abajo invadidas por la hiedra, de Izánoz ni siquiera eso queda, pero un poco antes de llegar a la cumbre de la peña, la efigie de San Miguel continúa vigilante en su refugio de piedra. Su expresión parece más grave y sombría desde aquel maldito 28 de julio de 1931, cuando no pudo llegar a tiempo de salvar a su paisano: ¡Calasparra queda tan lejos de Izaga! Pero no por ello olvida a un niño de apenas 7 años que, en el raso de la Cruz, con una manta de pastor por muleta, torea imaginarios morlacos mientras por entre hayas y robles el viento parece entonar “La Gracia de Dios”, y los lirios abanican con su femenino aleteo violeta la faena del maestro en ciernes. Y allá arriba, desde su palco cubierto por bóvedas de cañón y crucería, el arcángel saca de debajo de sus alas tres pañuelos blancos, abriéndole la Puerta Grande.

JOAQUÍN GIRADO GARCÍA "TERREMOTO " (1884 - 1931)

Cortesía del historiador José Antonio Román Romero

Picador de toros nacido en Córdoba el 25 de agosto de 1884. De familia humildísima, pasó su juventud haciendo de jornalero. Parece que ya entonces se le conocía por su apodo, pues con sus fuerzas hercúleas arrollaba en todo y a todos en los momentos que así lo requerían los trabajos. Hizo el servicio militar en un regimiento de artillería y al licenciarse tenía ya el decidido propósito de ser picador, anhelando redimirse de las penurias que lleva consigo su primer oficio. Tampoco le fue muy propicia la fortuna en sus comienzos de picador, costándole grandes esfuerzos y no poco tiempo conseguir una situación regularmente destacada. Se presentó a picar por primera vez en Córdoba, como reserva, en una novillada, en el año 1910. De reserva y agregado a las cuadrillas de novilleros o modestos matadores de toros pasa diez años. En 1920 consigue que Ricardo Anlló (Nacional) le dé un puesto fijo en su cuadrilla a la que pertenece hasta la temporada de 1924, que pasa a la de Juan Anlló (Nacional II) en la que figura hasta la muerte de éste, acaecida al terminar la de 1925. En 1926 va en la de Braulio Lausin (Gitanillo). En las temporadas de 1927 y 1928 en la de Manuel del Pozo (Rayito). Torea mucho, pero sin cuadrilla fija, en los años siguientes, figurando en la de Saturio Torón el poco tiempo que éste fue matador de toros. En una de las corridas de la feria de Valencia, el 22  de julio de 1931, sufrió un fuerte porrazo contra la barrera. Le imposibilitó seguir toreando y se le trasladó a su casa de Madrid, no concediéndosele extraordinaria importancia ni máxima gravedad. Pero, a consecuencia de éste golpe falleció el siguiente 7 de agosto. Durante el ejercicio de su profesión no había sufrido cornada ni puntazo alguno, pero sí, más de una vez, fracturas y dislocaciones. Fue Terremoto un picador que cumplió siempre bien con las obligaciones de su oficio, sobre todo a partir de su ingreso en las cuadrillas de los Nacionales. Era hombre modesto, apercibido del papel que debía desempeñar fuera del ruedo, y no se salió nunca de él, lo cual ya acusa una inteligencia clara, era gracioso en su decir, de un acento cordobés puro y cerrado. (Fuente: Crónica de don Juan José Zaldívar Ortega)

El erudito taurino, Juan José de Bonifaz Ybarra, refiere en su obra “Víctimas de la Fiesta”, que << en la feria de julio de 1931 de Valencia, concretamente el día 26, un astado del hierro de Indalecio García Mateo lanzó contra la barrera a Joaquín Girado García (Terremoto), sin que se concediera demasiada importancia al hecho. Sin embargo, de sus resultas fallecería en su domicilio de Madrid el posterior 6 de agosto del mismo año de 1931. "

Refiere don José Antonio Román Romero en su Blog taurino en la Red "De Hombres, Toros y Caballos", que a Joaquín Girado ya le apodaban "Terremoto" antes de ser picador de toros. Si el terremoto propiamente llamado es una sacudida del terreno, ocasionada por fuerzas que actúan en lo interior del globo, las fuerzas de Girado consistían en cargarse, cuando era joven, unos sacos con una cantidad de peso que no los levantaría una grúa Titán. Por eso le pusieron en Córdoba de apodo el nombre de dicho fenómeno sísmico. Y fue en Córdoba precisamente porque allí nació Joaquín en 24 de agosto del ario 1884, y, además, en la parroquia de Santa Marina, de la que han salido no pocos toreros. Hijo de humilde familia, humildes fueron también sus ocupaciones al dedicarse al trabajo, pues ejerció éste como jornalero, hasta que le reclamaron los deberes militares. Fue al servicio, que prestó en un regimiento de artillería, y una vez licenciado pensó en ser picador. Se presentó en su ciudad natal como reserva en una novillada, allá por el año 1910, y como reserva siguió varios años en una vida obscura y poco envidiable, hasta que poco a poco comenzó a actuar a las órdenes de diferentes diestros en novilladas sueltas. Estas modestas actividades de Terremoto duraron lo menos diez temporadas. ¿Conseguiría algún día labrarse una reputación? ¿Lograría salir de aquella esfera en la que se desenvolvía demasiado anónimamente? Dos lustros sufriendo porrazos y rodando entre las patas los caballos sin vislumbrar un decoroso puesto es un aprendizaje tanto más largo cuanto mayor es su dureza, y la de dicho ejercicio hay que convenir en que no puede serlo más. En el año 1920 consiguió Terremoto colocarse con Nacional I, que era matador de toros; ir colocado en la cuadrilla de un espada de alternativa supone ya un avance considerable en la carrera de un subalterno, y logrado esto, Olido navegar en, franquía. De la cuadrilla de Ricardo Anlló, pasó a la de su hermano, Nacional II, a la que perteneció durante los años 1924 y 1925, y fallecido Juan Anlló, se incorporó a la de Braulio Lausín (Gitanillo de Ricla), con cuyo espada toreó durante la temporada de 1926. Luego se alistó con el espada Manuel del Pozo (Rayito), a quien acompañó en los años 1927 y 1928, picó suelto posteriormente, sirviendo a distintos matadores, y actualmente pertenece a la cuadrilla del diestro navarro Saturio Torón. Ha sufrido Terremoto varios percances ejerciendo su profesión. El primero fue en Aranjuez, el 30 de mayo de 1917, en una corrida en la que tomaron parte Manolete, Malla y Punteret. Un toro del Duque de Tovar le infirió una cornada en la axila derecha. Toreando a las órdenes de Emilio Méndez, en San Sebastián, el 2 de agosto de 1925 un toro de Villagodio le produjo la fractura de la clavícula derecha. En la misma corrida resultaron lastimados el espada Luis Freg y el banderillero Niño de la Audiencia. El 7 de junio de 1927, en Madrid, toreando con Rayito, sufrió una patada de un caballo que equivalió a una cornada. Y el 7 de abril de 1929, en Madrid, al sufrir una caída proporcionada por un toro de Santa Coloma, resultó con una dislocación que le tuvo mes y medio sin poder torear. Ya hemos dicho que es dura la profesión de picador de toros; pero creemos que no le hubiera ido mejor a Terremoto continuando en Córdoba de jornalero, de cuya esclavitud consiguió manumitirse al ser reclamado por el servicio militar. En la feria de Valencia de 1931 sufrió un fuerte golpe que le hizo retirarse. Aunque los médicos no le detectaron ninguna herida de gravedad en las revisiones posteriores, falleció el 7 de agosto en Madrid. Dejó viuda y cinco hijos "en penurias" por lo que sus amigos organizaron un festival del que cuenta el tenor Miguel Fleta que actuó de mozo de espadas en aquella ocasión: Un fraternal compañero mío en "La Nación". Modelo de hombres buenos y de amigos cordiales, con un corazón que no le cabía en el pecho, y había pecho para muchos, Carlos Revenga "Chavito", impresionado por la situación tristísima en que había quedado el modesto hogar del picador cordobés, organizó un festival taurino para socorrer a la familia de Terremoto. Los matadores de toros a quienes acudió se prestaron gustosos a la benéfica obra. Pero no recuerdo quiénes fueron exactamente. Creo que toreó Domingo Ortega y también Mariano Rodríguez y Fuentes Bejarano y Félix Rodríguez II. Del que estoy seguro es de Manolo Bienvenida, porque su becerro -novillo de hoy por el tamaño- le cogió contra las tablas y le hirió de alguna consideración. Como que el tal becerro resultó ser un toro enano, con la edad reglamentaria, un poder insospechado en su menguado aspecto y una picardía de persona mayor. Para mayor aliciente del festejo, "Chavito" seleccionó un grupo de bellísimas presidentas, todas ellas artistas, y pensó que actores y cantantes escogidos sirvieran las "espás" a los matadores. El propio "Chavito" lo solicitó de Miguel Fleta con quien le unía una fraternal amistad, y del también magnífico tenor Juanito García, y yo su cooperación al popular maestro Guerrero y al graciosísimo primer actor Rafael L. Somoza. Todos accedieron. Mi querido compañero en el periodismo y en el teatro Luis Muñoz Lorente y yo fuimos a buscar a las maravillosas presidentas para llevarlas a la Plaza en una "jardinera" que procedía de las cocheras de S. A. R. la infanta madrileña doña Isabel de Borbón. Y poco antes de comenzar el festejo, a plaza llena nos hicimos esa foto en compañía de tos mozos de ''espás''.

MARIANO LÓPEZ "REGIONAL" (1907 - 1931)

Solo para efectos ilustrativos
“Toroscape 28”
Obra de la pintora francesa Miki

Novillero que fue cogido por un novillo en la Plaza de Toros de Tetuán de las Victorias (Madrid) el 9 de agosto 1931, y que  fue difunto el día 11 del mismo mes. Abundando  sobre su vida taurina el maestro Juan José Zaldívar Ortega refiere que << Mariano López “Regional”, fue un matador de novillos, natural de Bilbao, donde nació el año de 1907, falleciendo en 1931, a los 24 años de edad. Modesto espada que en una de sus escasas corridas, la del 9 de agosto de 1931 en la Plaza de Toros de Tetuán de las Victorias (Madrid), le cogió un novillo de Lerdean, recibiendo un fuerte golpe en la cabeza, de resultas del cual murió a los dos días. "

El erudito taurino, Juan José de Bonifaz Ybarra, refiere de esta víctima de la fiesta, que << el 9 de agosto de 1931, en la plaza de Tetuán de las Victorias, inmediato a Madrid pero entonces con municipio propio, es cogido el bilbaino Mariano López (Regional) por una res de la ganadería de Lerena. Se le aprecia en la enfermería una contusión medular, de pronóstico grave. Y lo era, ciertamente, pues moriría a primeras horas de la noche del inmediato día 11 de agosto de 1931 en el Hospital General Madrileño. "

Cita el cronista madrileño "Don Víctor", propietario en la Red del Blog taurino "A los Toros", que el 9 de agosto de 1931 se celebró una novillada sin caballos en la plaza de toros de Tetuán de las Victorias en la que con novillos de José Lerena se las entendieron los principiantes Alejandro Izquierdo, Mariano López (El Regional) y José Gómez. Los novillos, abantos y mansos, no se cansaron de tirar continuas tarascadas por lo que la terna anduvo casi toda la tarde en peligro, fueron unos moruchos en toda regla. El segundo de la tarde cogió aparatosamente a "El Regional" al darle los primeros pases, lo llevaron conmocionado a la enfermería sin que nadie pudiese pensar que dos días más tarde iba a perder la vida en el Hospital Provincial de Madrid a consecuencia de los golpes recibidos. Alejandro Izquierdo tuvo que despachar cuatro novillos ya que José Gómez también hubo de ingresar en la enfermería tras la lidia de su primero. El sexto fue un barrabás que en cada acometida se llevaba un lidiador por delante, al darle Alejandro un segundo pinchazo salió perseguido y, al saltar la barrera, cayó de cabeza al callejón, también lo llevaron conmocionado a las dependencias sanitarias.

FRANCISCO VEGA DE LOS REYES "GITANILLO DE TRIANA" (1904 - 1931)

Nacido el 23 de diciembre de 1904 en Sevilla (no confundir con su hermano Rafael, del mismo apodo, que estuvo en la terna de la trágica tarde de la muerte de Manolete);  murió el 14 de agosto de 1931, como consecuencia de una terrible cogida que sufriera en la Plaza de Madrid el 31 de mayo anterior del toro "Fandanguero" de Graciliano Pérez Tabernero, suceso que presenció Ernest Hemingway quedando profundamente afectado.  Gitanillo tomó la alternativa en el Puerto de Santa María el 28 de agosto de 1927 de manos de Rafael Gómez "el Gallo", y recibió la confirmación de Juan Belmonte poco después.  Ya en 1928 se situó en el segundo puesto del escalafón, y obtuvo en México la preciada Oreja de Oro, continuando su carrera triunfal hasta la aciaga tarde del 31 de mayo de 1931. 

Nadie sabe hasta donde hubiera podido llegar este torero gitano querido de la afición, preciosista en los lances de capa, y elegante con la muleta, torero de arte, sentimiento y valor. En la revista  “Fiesta Brava”  se describió la infausta tragedia que ocasionó “Fandanguero”. El día 31 de mayo de 1931, se presentó Francisco Vega de los Reyes (Gitanillo de Triana o Curro Puya) en la Plaza de Madrid compartiendo cartel con “Chicuelo” y Marcial Lalanda.  Al dar un pase de muleta alto a “Fandanguero”, negro y con presencia del ganadero charro Graciliano Pérez Tabernero y corrido en tercer lugar, fue enganchado, derribado y corneado terriblemente. La celeridad con que Marcial Lalanda acudió al quite no fue suficiente para impedir que el toro le infligiera varias gravísimas cornadas: "Las heridas principales que sufrió el pobre torero de Triana fueron: una en cada muslo y otra cerca de la cadera; ésta última, con rotura de la arteria glútea, penetró rompiendo el borde del sacro en la pelvis, arrancando el nervio ciático en sus orígenes de inserción. Esta herida era gravísima por sí y por las posibles complicaciones, por lo que fue trasladado al sanatorio del Doctor Crespo, cercano al coso. En efecto, al poco tiempo se presentó una abundante eliminación del jugo encefalorraquídeo y síntomas meníngeos, todo lo cual pudo en parte controlarse, pero no así la intensa bronconeumonía. Todo se complicó: lesiones nerviosas, retención de orina, derrames, fiebre constante, alteraciones de las constantes sanguíneas, entre ella la albúmina, complicaciones de las funciones renal y hepática, entrando “Gitanillo de Trianaen una larga agonía, sin perder el conocimiento, dejando de existir el 14 de agosto de 1931, a las siete y media de la mañana, cuando no cumplía 28 años" (Fuente: Crónica de d. Juan José Zaldívar Ortega de su obra “Víctimas del Toreo”.)

El erudito taurino,  Juan José de Bonifaz Ybarra, refiere del inolvidable artista sevillano, que << le llamaban Curro Puya, pero no era ese el sobrenombre con que siempre figuró en los carteles Francisco Vega de los Reyes (Gitanillo de Triana). Torero genial, su  manera de manejar el capote, muy recogido, esta presente en el recuerdo de los viejos aficionados. El 31 de mayo de 1931 hace el paseíllo en el ruedo madrileño entre “Chicuelo” y Marcial Lalanda, para estoquear astados de Graciliano Pérez Tabernero. El corrido en tercer lugar, “Fandanguero” le empitonó en el último tercio, infiriéndole tres cornadas: una en el muslo derecho, otra en el izquierdo y la restante en la región sacrocoxígea, penetrante ésta en la cavidad pelviana. Trasladado al sanatorio del doctor Crespo, cercano al coso, sufrió allí un largo y doloroso proceso postoperatorio en el que, consumidas sus no muy sobradas facultades físicas, expiró en la mañana del siguiente 14 de agosto de 1931, a los dos meses y medio de la tarde de su percance. El toreo de capa quedaba así sin su mejor intérprete. "

"Don Víctor", el cronista coetáneo, consigna en su leído Blog Taurino "A los Toros", que el 31 de mayo de 1931 se celebró en Madrid la octava corrida de abono en la que se lidiaron seis toros de Graciliano Pérez Tabernero para los diestros Manuel Jiménez "Chicuelo", Marcial Lalanda y Francisco Vega de los Reyes "Curro Puya". El tercero de la tarde, "Fandanguero", cogió a Francisco cuando comenzaba la faena de muleta muy cercano en tablas, le infirió dos cornadas gravísimas en el muslo y otra en la cadera. Después de ser asistido en la enfermería de la plaza fue trasladado al sanatorio Crespo. A los cuatro días se le presentó síntomas de meningitis, que pudieron vencer; más tarde le sobrevino una bronconeumonía, dos roturas de la femoral y una lesión en el riñón, que hicieron que su estado se agravase en extremo. El doctor Segovia intentó vencer todas las complicaciones, pero al final todo resultó inútil. Se le presentaron tres hemorragias por la herida de la cadera y tuvo derrames de líquido raquídeo. Tras una penosa agonía dejó de existir el día 14 de agosto, a las siete y media de la mañana. Había nacido en el barrio sevillano de Triana el 23 de diciembre de 1904, hasta los veinte años estuvo trabajando como herrero en el taller de su padre. En Madrid se presentó como novillero el 30 de julio de 1926 estoqueando reses de Coquilla y de Tovar, con Francisco Royo "Lagartito" y Julio Mendoza. El 28 de agosto de 1927 tomó la alternativa en el Puerto de Santa María de manos de Rafael El Gallo que le cedió el toro "Vigilante", de Concha y Sierra, Juan Belmonte actuó de segundo espada. La confirmó en Madrid el 6 de octubre del mismo año, con idénticos diestros. El año de su mortal cogida llevaba toreadas 16 corridas.
Videoteca:
http://www.youtube.com/watch?v=P6rIFY8aW9o&feature=player_embedded
http://josemanuellopez.blogia.com/temas/libros.php


Contrario a lo que anotan la mayoría de sus biógrafos,
su mausoleo refiere como fecha de nacimiento el 23 de septiembre de 1903
Cortesía de: http://josemanuellopez.blogia.com/temas/libros.php

JUAN SARRIÁ (XXXX - 1931)

Solo para efectos ilustrativos

Plaza de Toros de Xátiva (Valencia)

Cortesía del Sitio Web: http://.interempresas.net

Un componente de la  banda musical “Emplas-3”, tan en boga en aquellos tiempos en los espectáculos cómico-taurino-musicales, Juan Sarriá, resultó cogido por un becerro el 17 de agosto de 1931 en la plaza de Játiva (Valencia), dejando de existir el día siguiente, 18 de agosto de 1931. Este luctuoso suceso demuestra que ni existe enemigo pequeño ni profesión tranquila. " (Fuente: Crónica de don Juan José de Bonifaz Ybarra, de su obra “Víctimas de la Fiesta”.)

FRANCISCO HUELVES CARABIAS (XXXX - 1931)

Solo para efectos ilustrativos

Iglesia Virgen de la Antigua en Vicálvaro (Madrid), España

Novillero aficionado, fallecido en el Hospital Provincial de Madrid, el 19 de agosto de 1931, como consecuencia de una cornada recibida en el vientre al tirarse como espontáneo en un festejo que se celebraba aquel día en Vicálvaro (Madrid). (Fuente: Crónica de don Juan José Zaldívar Ortega)

 

El erudito taurino, Juan José de Bonifaz Ybarra, refiere que << Francisco Huelves Carabias dejaría de existir el 19 de agosto de 1931, como consecuencia de las lesiones que le produjo una vaquilla cuando se lanzó como espontáneo en un modesto festejo que se celebraba en la localidad madrileña de Vicálvaro. " (Fuente: “Víctimas de la Fiesta”, capitulo 7, Página 195)

FRANCISCO LLOPIS JAVALOYES (1899 - 1931)

Solo para efectos ilustrativos

Obra del pintor mexicano

Francisco Montes Flores (1919-1984)

(Pancho Flores)

Rehiletero que fue cogido por un astado el 14 de septiembre de 1931, falleciendo el día 17 del mismo mes a resultas de las heridas.

 

El ilustre cronista, Juan José Zaldívar Ortega refiere, que <Francisco Llopis Jabaloyes, fue un banderillero de modestas aptitudes, nacido en Crevillente (Alicante) el 4 de octubre de 1899, que fue cogido por un novillo en la placita de Parla (Madrid), el 14 de septiembre de1931, falleciendo en Madrid a la corta edad de 32 años, a consecuencia de la misma el 17 de septiembre de 1931, que le provocó una peritonitis, por lo que cabe pensar que se trató de una cornada o contusión en el vientre."

 

El erudito taurino, Juan José de Bonifaz, se refiere que << no alcanzó cotas elevadas en su quehacer en los ruedos el alicantino, de Crevillente, Francisco Llopis Javaloyes, siendo conocido solo por su muerte, ocurrida en Madrid el 17 de septiembre de 1931, como consecuencia de la herida en el vientre que le infirió un novillo, en la localidad madrileña de Parla, el anterior día 14. "

Refiere el docto cronista Rafael Gómez Lozano (Dientefino), que en el ejemplar No. 376 de la revista (6TOROS6) del 11 de septiembre de 2001, citan textualmente que el 14 de septiembre de 1931, durante una novillada celebrada en Parla (Madrid), un novillo de Pedro Hernández cogió al banderillero Francisco Llopis, que al poner un par salió perseguido por el astado. Al intentar refugiarse en un burladero, que estaba lleno de gente, no pudo introducirse, resultando cogido y corneado en el escroto, herida que le provocó la muerte en tres días.

RAFAEL RUIZ "RAFAELILLO " (1899 - 1931)

Solo para efectos ilustrativos

Un excelente par del finado Manolo Montoliú  

Banderillero sin perfil alguno, nacido en Madrid el 1 de junio de 1899, formó parte como Botones de la cuadrilla cómico-taurina de Lerín Charlot. Toreando en un pueblo de los alrededores de Madrid, y en una cogida, se produjo un rasguño en la frente, a consecuencia del cuál se le declaró el tétano y murió en Madrid el 3 de octubre de 1931. (Fuente: Crónica de d. Juan José Zaldívar Ortega).

 

El erudito taurino, don Juan José de Bonifaz Ybarra, refiere de este infortunado lidiador que << pocos datos nos han llegado de la vida y muerte del madrileño Rafael Ruiz (Rafaelillo), ni siquiera el pueblo de los alrededores de Madrid en que resultó lesionado. Se produce una pequeña herida en la región frontal y, declarada el tétanos, fallece en su patria chica el 3 de octubre de 1931. "

 

CARMELO PÉREZ GUTIÉRREZ (1908 - 1931)

Matador de Toros, nacido en Texcoco (Méjico) el 23 de diciembre de 1908.  Tomó la alternativa el 28 de agosto en el Puerto de Santamaría (Cádiz), y falleció en Ciudad Real (Madrid),  el 18 de octubre de 1931.

La tarde del 17 de noviembre de 1929 en su segunda corrida como matador de toros,   Carmelo Pérez alternaba con el torero español Antonio Márquez y con el tapatío Pepe Ortiz el bien llamado “Orfebre Tapatío” en el coso de la Plaza de Toros "El Toreo" de la Colonia Condesa de México, D.F; en la lidia de astados de la vacada mexiquense de San Diego de los Padres propiedad de D. Nicolás González Jáuregui,  el hispano Antonio Márquez había triunfado con el cuarto de la tarde haciendo derroche de elegancia y de dominio. Cortó merecidísima oreja en medio de un ambiente tempestuoso, porque las pasiones de aquella tarde estaban desatadas en los tendidos y cuando salió el astado, sexto de la tarde de nombre “Michín”, castaño de poderosa cornamenta, que le correspondía a Carmelo, éste apenas dejó que los peones lo corrieran y le salió al paso con lances de verónicas, pero; se veía que el toro empujaba fuerte hacia las tablas y de esa manera se invertía su dominio sobre el torero, y no al revés. Carmelo quería salir de la plaza emparejado en trofeos con el español Márquez y de esa manera impetuoso, ciego de celo y coraje apenas lanceó al astado que corría suelto por el anillo, tomó al toro muy cerrado en tablas y éste que era bravo de verdad, fiero y codicioso que fue comiéndole el terreno de lance a lance,  en la tercera verónica le enganchó por el muslo izquierdo y... lo que vino después fue aterrador pues las embestidas y las cornadas sobre Carmelo se multiplicaban de manera continua y ni la intervención de los subalternos, de los matadores que inclusive Márquez estaba "coleando" al toro, pudieron quitarle a Carmelo la fiereza de ese astado.  Luego de verdaderos y largos momentos, por fin  el toro fue llevado a otra parte del ruedo mientras que las asistencias recogían aquél cuerpo sangrante, deshecho, hecho un guiñapo y con la ropa hecha jirones, siendo llevado a la enfermería de la plaza advirtiendo los médicos que tenía dos cornadas graves: La más era la que tenía en el tórax del lado derecho, llegando el cuerno hasta desgarrar la pleura y la menos una cornada grande en el muslo izquierdo y otras tres de menor gravedad.
Pero; las manos maravillosas de los médicos Xavier Ibarra y José Rojo de la Vega lograron sacar adelante al diestro, y luego vendría una convalecencia desesperante y sin que la herida aquella del tórax pudiera ser cerrada según consejo de los mismos médicos mexicanos. Carmelo así se fue a España con la intención de confirmar su alternativa en Madrid cosa que hizo estando herido el 4 de junio de 1931en la Plaza de Toledo, en la que Manuel Jiménez “Chicuelo” le concedió la alternativa, en presencia de Domingo Ortega, al cederle al toro de nombre “Presidente” de la dehesa de d. Juan Terrones,  y de paso para ponerse en manos de un médico, pues aquella fístula en la región torácica no le dejaba en paz. Y en cuanto pudo Carmelo se puso en manos del reputado doctor español Jacinto Segovia que se animó a operarle, con resultados previamente diagnosticados por los médicos mexicanos. Le vino entonces una complicación bronquial que pese a los esfuerzos, a la pericia y ciencia del médico español, puso término a su vida el 18 de octubre de 1931 en un hotel madrileño. Sólo la generosidad del afamado matador de toros español Manuel Mejías <<Bienvenida",   los restos de Carmelo Pérez fueron enviados a México costeando él todos esos gastos. Y en llegando a Veracruz fue una odisea para Silverio Pérez, su hermano, el poder rescatar de la Aduana Marítima el cuerpo embalsamado de “Carmelo”, por venir documentado con el nombre de “Carmelo” siendo que su verdadero nombre era el de Armando Pérez Gutiérrez. Llevado finalmente a México, fue sepultado finalmente en el Panteón Civil de Dolores. (Fuente: Crónica de d. Juan José Zaldívar Ortega)

El maestro Juan José de Bonifaz refiere de su muerte que << siempre se ha considerado que el fallecimiento de Carmelo Pérez Gutiérrez, ocurrido en un hotel madrileño el 18 de octubre de 1931, fue como consecuencia de la grave cogida que sufrió toreando en su país, concretamente  en la plaza de El Toreo del Distrito Federal mexicano, el 17 de noviembre de 1929. El toro agresor atendía  por “Mechín” (otros cronistas lo tienen por “Michín”) y lucía la divisa de San Diego de los Padres. En España este espada azteca tan solo intervino en una corrida que tuvo por marco la plaza de Toledo, con fecha del 4 de junio de 1931, en la que Manuel Jiménez (Chicuelo) le concedió la alternativa, en presencia de Domingo Ortega, al cederle la muerte del toro “Presidente”, del hierro de Juan Terrones. Tras esta única actuación se resintió de la herida aún no totalmente curada, debiendo ser de nuevo intervenido quirúrgicamente, y la complicación de una pulmonía acabó  con la vida de esta firme promesa del toreo ultramarino. "

Refiere el docto cronista, don Antonio Casanueva, que Carmelo, cuyo verdadero nombre era Armando, el que había cambiado deliberadamente para evitar que su madre doña Asunción Gutiérrez, mas conocida por el cariñoso apelativo de "Doña Chonita", se enterara que andaba dando tan malos pasos, es decir que había decidido convertirse en torero. Nació en Pentecostés, una pequeña población aledaña a Texcoco en el Estado de México, en 1908, pasando su infancia y los primeros años de su juventud en la casa con sus padres con quienes compartía la preparación y venta de barbacoa y con frecuencia asistía a la celebración de corridas de toros en diversas plazas aledañas a su lugar de residencia ya que su padre; don Alberto Pérez, era un apasionado seguidor del llamado "Indio Grande " Rodolfo Gaona por esas fechas, era nada menos que la gran y mas importante figura de la torería nacional.

Fue seguramente en esas idas a diferentes plazas en compañía de su padre, en donde le nació la afición y posteriormente decidiera olvidarse de la barbacoa para dedicarse profesionalmente a dicha actividad, siendo inicialmente ayudado por el "Ciego" Jesús Muñoz, para debutar formalmente vistiendo por primera vez el terno de luces en la Plaza "Merced Gómez", la que se encontraba en el barrio de Mixcoac de la ciudad de México, el 20 de noviembre de 1927, alternando con Gonzalo Marcué, a quien apodaban "Montalbán I" con novillos de Múzquiz, novillada que fuera el principio de una triunfal trayectoria novilleril que lo llevó a tomar una primera alternativa, el 13 de enero de 1929 en "El Toreo" de Puebla, de manos del español Joaquín Rodríguez "Cagancho" y conocido mundialmente como "El Gitano de los ojos Verdes" siendo testigo de la ceremonia Heriberto García, quienes se enfrentaron a un encierro de San Nicolás Peralta, renunciando a dicha alternativa poco tiempo después.

Al renunciar a esa primera alternativa seguramente para llegar a ella, posteriormente mejor preparado y en óptimas condiciones. Fue entonces cuando debutó en la plaza capitalina de "El Toreo" para que luego de una brillante campaña como novillero retomara la alternativa en ese mismo coso, el día 3 de noviembre 1929 de manos nuevamente del ya mencionado "Cagancho", repitiendo como testigo nuevamente Heriberto García, con el toro de nombre "Granadino" de Piedras Negras.

Pocos domingos mas tarde, precisamente el día 17 de noviembre, fecha que conmemoramos con esta triste efeméride, en la misma plaza capitalina, Carmelo reapareció durante la quinta corrida de la temporada 1929-1930 en un cartel en que actuaban el español Antonio Márquez, Pepe Ortiz, llamado "El Orfebre Tapatío" y Carmelo Pérez y 6 toros de San Diego de los Padres .

Estando muy mal este último en el tercero de la tarde, al grado de parecer un "sonámbulo", siendo fuertemente abucheado, según lo comenta en sus libros Don Heriberto Lafranchi, conocido y prestigiado recopilador de la historia taurina de nuestro país.

Según los textos de don Heriberto, en aquella tarde para la salida del sexto, al que Carmelo recibió muy pegado en tablas, sucediendo lo inevitable: El toro se le venció, tirándolo violentamente a la arena, donde lo cogió, permaneciendo por largos momentos sobre el torero, en que estuvo jugando macabramente con su cuerpo, tal y se tratara de un muñeco de trapo, impidiendo que las asistencias se le acercaran y pudieran hacerle el quite, ya que "Michín", un codicioso ejemplar que no soltaba a su presa, pudiendo finalmente, alejar a la fiera del lugar de la tragedia y cual piltrafa humana, el torero fuera llevado por las asistencias a la enfermería de la plaza en donde los doctores le apreciaron dos cornadas tremendas, una en el muslo izquierdo y la otra en el tórax de la que manaba profusamente un líquido sanguinolento de horrible aspecto.

Luego de una larga y difícil recuperación, Carmelo, quien pese a las graves cornadas recibidas en aquella tarde y tras un verdadero viacrucis, innumerables atenciones y visitas a los médicos que le atendían salvó su vida, Carmelo quien insistía en continuar con su carrera, reapareció el 4 de enero de 1931 en el mismo coso en donde había sido tan tremendamente corneado, por cierto que aparentemente recuperado volvió a confiarse, tuvo diversas actuaciones exitosas, incluyendo una en Guadalajara en donde realizó gran faena a un toro de Zacatepec con el que enloqueció a ese público, al dar 27 naturales en varias tandas, así como otros muchos derechazos ambos magníficamente rematados, según lo recuerdan tanto los viejos aficionados del lugar, como las crónicas periodísticas de la época, actuando por última vez en México, el 22 de de febrero, en la plaza capitalina de "El Toreo".

Posteriormente viajó a España en donde confirmó su alternativa en Toledo el 4 de junio del mismo año de 1931, de manos de Manuel Jiménez "Chicuelo, siendo testigo de la ceremonia Domingo Ortega con el toro "Presidente" de la ganadería de don Juan Terrones, siendo ésta y de acuerdo con las notas recibidas de España, su postrer actuación vistiendo el terno de luces. Para entonces, las heridas recibidas en México, especialmente las del tórax, le seguían molestando por lo que debió ser intervenido nuevamente en donde se le apreció una fístula, declarándosele posteriormente, una grave pleuresía, falleciendo el 18 de octubre de 1931, siendo sus restaos embarcados de regreso a nuestro país.

Fuente de la crónica e Ilustraciones (4) cortesía de: Don Antonio Casanueva
http://by154w.bay154.mail.live.com/default.aspx?rru=inbox#fid=1&fav=1&n=473249761&rru=inbox&mid=0538c628-1524-11e1-a9d5-00237de461b8&fv=1

MANUEL CRESPO CRESPO "CRESPITO " (1884 - 1931)

Ilustración que aparece en el cartel de la corrida de toros de la Plaza de Toros de Brihuega del 17 de agosto de 1929, cortesía del Sitio Web: http://.brihuega.org

Matador de novillos y banderillero de toros, nacido en Sevilla, en el barrio de Triana, el 17 de octubre de 1884, falleció el 28 de octubre de 1926 (*), por asta de toro, a los 42 años de edad. Toreando el  17 de julio de 1926 en la Plaza de Toros Monumental de Barcelona, en fiesta nocturna, un novillo de Santos le causó una grave herida en el bajo vientre. Siguió en la brega a pesar de los años y el 20 de septiembre de 1926 acudió a torear en Torrelaguna, un novillo de Torres le cogió, infiriéndole una gran cornada en un muslo. Trasladado tardíamente a Madrid, al Sanatorio de Torero, hubieron de amputarle la pierna, falleciendo el veterano luchador el día 28 de octubre de 1926(*). Era sobrino del picador Manuel Crespo y del matador Joaquín Navarro (Quinito). En su cuadrilla trabajó los años 1901-02. En este último se dedicó a matar novillos, haciéndolo con variada fortuna, pero sin conseguir consolidar un puesto aventajado. Actuó en plazas tan importantes como Barcelona, Sevilla y Valencia. En esta última sufrió una grave cornada. Por esta época se apodaba en los carteles “Quinito chico”. Fijó por entonces su residencia en Marsella, y toreó con frecuencia en plazas del Mediodía francés, entre los años de 1903-1924. No lograba sobresalir como novillero, pero como peón de brega y banderillero cumplía ampliamente. Se esfumó unos años y en 1924 aparece como banderillero y toma su residencia en Madrid. “Los Valencias” y otros matadores utilizaron sus servicios. Curiosamente, en una publicación aparece la fecha de su muerte hacia el 20 de septiembre de 1931, en cuyo caso tendría 47 años de edad. (Fuente: Con información de don Juan José Zaldívar Ortega)

El erudito Juan José de Bonifaz refiere de este lidiador que << en otra plaza de la provincia de Madrid, en la de Torrelaguna, sería herido en un muslo el sevillano Manuel Crespo Crespo (Crespito), quien tiempo atrás fuera aceptable novillero. El suceso ocurrió el 20 de septiembre de 1931, y siendo trasladado con alguna demora al Sanatorio de Toreros madrileño, donde, pese a serle amputado el miembro perforado, dejaría de existir el 28 de octubre siguiente. "

(*) Respecto de la divergencia en la fecha de su muerte, estimo que el erudito Bonifaz esta en lo correcto, dado que he encontrado en la web un cartel de la plaza de toros de Brihuega del 17 de agosto de 1929, con toros de la ganadería de José Escolar ( de Fuenlabrada) donde comparten cartel  los matadores Rafael Rubio (Rodalito) y Justino Mayor, de Renera, y como sobresaliente de espada Francisco Borjabad y como banderilleros: Manuel Crespo (Crespito), José Roldán, Tomás García (Andaluce), y Vicente García (Mellaito). "Don Víctor" el respetable cronista del Blog Taurino "A los Toros" coincide con la opinión, que la fecha de su fallecimiento del 28 de octubre de 1926 es errónea, ya que apunta << Los datos de su cogida y fallecimiento en 1926 parecen ser erróneos si nos atenemos a lo que con fecha 1º de enero de 1932 el diario ABC publicaba en su sección taurina. Don Gregorio Corrochano citaba a aquellos toreros que con mayor o menor fortuna habían sido víctimas de los toros en el año que acababa de expirar. En el apartado de fallecidos figuraban: Eugenio Soto "Sotito", banderillero, murió a consecuencia de la cogida que sufrió toreando en Haro, el día 29 de junio; Miguel Olza "Vaquerín" murió por la cogida del 30 de julio en Calasparra; Francisco Vega "Gitanillo de Triana", cogido en Madrid el 31 de mayo. Isidoro Toró "Alcalareño", muerto a consecuencia de la cogida en Madrid el 23 de agosto; Francisco Llopis, banderillero, herido en Parla el 14 de septiembre; Rafael Ruíz "Rafaelillo", murió a consecuencia del tétanos; MANUEL CRESPO CRESPO "CRESPITO", banderillero, murió a consecuencia de la cogida sufrida en Torrelaguna el 20 de septiembre; Mariano López "Regional", murió en el hospital a consecuencia de una cogida en Tetuán; Carmelo Pérez, mejicano, a consecuencia de una cogida que traía. Total nueve muertos. Avala el presunto error el hecho de que en el mismo diario, de fecha 24 de octubre de 1931, y en su página 5, se publica una fotografía en la que está el infortunado Crespito acompañado de su esposa en una habitación del Sanatorio de Toreros, el texto que la acompañaba decía: "En el Sanatorio de Toreros ha fallecido el banderillero Manuel Crespo "Crespito". Crespito sufrió hace tiempo una gravísima cogida en Torrelaguna. Su esposa no se apartaba un momento de su lecho. Ahora el fallecimiento le ha sobrevenido a consecuencia de una miocarditis". >>

DESCONOCIDO MUERTO EN SOTILLO DE LA ANDRADA (XXXX - 1931)

Solo para efectos ilustrativos

Antigua foto de un festejo taurino en la Villa de Sotillo de la Adrada (Ávila), España

http://www.sotillo.net/galerias.php?op=Antiguas

Refiere el conspicuo historiador taurino, don Rafael Gómez Lozano (Dientefino), haber leído en  la revista (6TOROS6) ejemplar  No. 375,  del 4 de septiembre de 2001, que en Sotillo de la Andrada (Ávila), el 6 de septiembre de 1931, durante la celebración de una novillada ocurrió un accidente del que resultaron un muerto y cien heridos. Cuando el segundo novillo estaba en el ruedo, se hundió el tendido, cayendo los espectadores al ruedo, que fueron embestidos por el animal. El novillero Ramón Lacruz tomo un estoque y, tras dar unos pases, descabelló a la res.