Los toros dan y quitan

JUAN LEÓN "MESTIZO " (1856 - 1893)

Juan León "El Mestizo"
Cortesía de don José Antonio Román Romero"

Banderillero y matador de novillos, nacido en Carmona (Sevilla) en 1856, marchó a las  Américas y falleció en Venezuela en 1885, quien tras apenas unos ocho años como novillero, el  6 de marzo de 1881 hizo su presentación en Madrid como estoqueador, llamándose “Bolero” el primer novillo que mató, de la ganadería española de don Cándido Altozano, que saltó al callejón 17 veces, intentándolo otras varias. (Crónica de don Juan José Zaldívar Ortega de su obra, “Víctimas del Toreo”).

 

Tratando de conseguir más información biográfica sobre este desconocido lidiador que falleció muy joven, sin que se sepan las causas, y si fueron violentas en los ruedos de aquél país, solicité el valioso apoyo del prestigiado cronista venezolano don Nilson Guerra Zambrano, quien amablemente buscó al estudioso de la tauromaquia venezolana don Nelson Arreaza,  y quien le comenta de sus indagaciones,  que << Juan  León "el Mestizo", debuto en Venezuela, en Caracas, el 28 de octubre de 1889. Alterno con Tomas Redondo y "El Mancha". Fue el primer diestro en fundar, en Caracas, una escuela taurina. Estuvo situada entre las esquinas de Principal y Conde. " Y es cuanto.

Resultaría por demás interesante, estudiar en un futuro, ¿que le sucedió a este lidiador español  que falleció en tierras venezolanas a los 29 años de edad?

El mexicano diario El Universal del 7 de marzo de 2006, publicó una editorial titulada: "Cuatrodedos de casta gitana", donde cita que Diego Prieto Barrera "Cuatrodedos" toreó en la ciudad de México el 24 de abril de 1887 en la plaza San Rafael, en un mano a mano con Juan Moreno "El Americano", donde alcanza su máximo triunfo en ruedos mexicanos. Los toros de "Cieneguilla", con kilos y pitones fueron magníficos y "Cuatrodedos" al primero lo toreó con gran sensibilidad, lo mismo que a los otros dos, siendo aclamado durante todo el festejo, tanto que repite el 28 de abril siguiente, en sesión que asistió el presidente don Porfirio Díaz, alternando con Juan León "El Mestizo", con toros de Atenco. Esta corrida se distingue, debido a que fue el primer espectáculo nocturno que se ofreció en México.
Fuente:
http://www.eluniversal.com.mx/deportes/80456.html

Nos queda de tarea el investigar el porqué el respetable cronista Juan José Zaldivar Ortega lo hace fallecido en 1885, si el 28 de abril de 1887 alterna con Diego Prieto Barrera "Cuatrodedos", en la plaza San Rafael en la capital mexicana, amen que existe evidencia que debutó en Caracas Venezuela el 28 de octubre de 1889, a los 33 años de edad, alternando con Tomas Redondo y "El Mancha", y que posteriormente fue el primer diestro en fundar en Caracas una escuela taurina. En esta suerte de datos, pareciera infundado el aseverar que falleció a los 29 años de edad.

El 6 de septiembre de 2014 recibí como dádiva del cielo, un amable correo electrónico de D. José Antonio Román Romero, historiador taurino contemporáneo que mantiene en la Red el Blog taurino "De Hombres, Toros y Caballos", donde me allega 2 fotos de "El Mestizo", y la biografía que a continuación les copio, misma que nos aclara que Juan León murió de muerte natural, a los 37 años de edad, en 1893.

El "Mestizo" nació en Carmona (Sevilla) y quiso ser lidiador, a cuyo fin hizo el azaroso aprendizaje de todos los toreros de ayer; anduvo de pueblo en pueblo y de capea en capea sufriendo privaciones y en estrecho consorcio con el hambre, y cuando Dios quiso y sus progresos se lo permitieron, comenzó a trabajar como banderillero en diferentes cuadrillas. Pronto logró distinguirse en una especialidad que había de procurarle cierta nombradía, y fue la de clavar banderillas al quiebro teniendo a un hombre tendido en el 'suelo entre sus dos pies, lance arriesgado que tomó del "Gordito" y que practicaba con seguridad y. limpieza. Esta suerte le deparó alguna popularidad, la cual hizo que en él germinaran los deseos de hacerse estoqueador, logrando presentarse como tal en la plaza de Sevilla hace cincuenta años, el 11 de agosto de 1878, con poca fortuna, por cierto. No por esto desmayó el "Mestizo", pues continuó haciendo prácticas con el estoque, mas con tan poco éxito, que al presentarse en Madrid el 6 de marzo de 1881 y no agradar su trabajo, y ante la nada halagüeña perspectiva que vislumbró, decidió marchar a América, que siempre fue tierra de promisión para todas las medianías del toreo. Entonces no se hilaba tan delgado en aquellos países, y menos si de la suerte de matar se trataba pues hasta que fue Mazzantini y demostró el verdadero mérito de la misma, fue practicada con arreglo a las normas arbitrarias, cómodas y nada expuestas que propagó Bernardo Gaviño. El "Mestizo" recorrió varias repúblicas, y si en la suerte de matar anduvo a sus anchas porque los públicos, eran poco o nada exigentes, poniendo banderillas logró positiva fama y gran arraigo, pues aquella especialidad suya le permitió captar no pocas voluntades.


Juan León "El Mestizo"
Cortesía de don José Antonio Román Romero"

El hecho es que Juan León propagó la fiesta en aquellas remotas tierras y que en ellas permaneció hasta su muerte, ocurrida en 1893 en Maracaibo (Venezuela). Buena prueba de la nombradía que alcanzó el "Mestizo" en América por aquella época son los versos que insertamos a continuación, los cuales le fueron dedicados con motivo de un beneficio que le dieron en Puebla (México) en 1886.
Helos aquí
Al distinguido torero español JUAN LEON "EL MESTIZO" el día de su beneficio:
I
Con rumbo a la Patria mía De las playas Españolas, Surcaste del mar las olas Dejando tu Andalucía. Allí de tu bizarría Suena el nombre soberano Y hoy te admira un pueblo hermano
Por tu denuedo y valor Arrullándote al calor Del Pabellón Mexicano.
II
Del Cid y Pedro Romero, De Montes y Pepe-Hilo, Enalteces más el brillo A la faz del mundo entero; Cual ellos eres torero De fama y de nombradía
Y pues ha llegado el día De función tan deseada, Con la muleta y la espada Demuestra tu valentía.
III
La suerte de banderilla Ejecutas con valor, Como diestro lidiador, Lo mismo a pie, que en la silla; Y aunque parece sencilla Esa suerte, al verla creo Que es muy difícil, y veo,
Que solo tú y el Gordito Pueden levantar el grito En el arte del toreo.
IV
Del bruto rodilla en tierra Esperando la embestida, Dejas tu fama esculpida Porque el público se aterra; Que si el valor en la guerra Demuestra digno el soldado, Tu valor es más
marcarlo En medio del redondel Y no se encuentra cincel Con que dejarlo grabado.
V
Frente a frente del chiquero Y a tus pies Enrique Pola, Parece que ya se inmola El indefenso torero; Entonces tú con salero Dando un cambio soberano, Al bruto engañas, que ufano A
los dos quiere arrollar, Y lo llegas a burlar Con la montera en la mano.
VI Derecho como, la encina Del redondel en el centro, Se viene el toro a tu encuentro Cuando agarrarte imagina; Pero con tu escuela fina Lo burlas con tanta gana, Con la gracia
sevillana
De ese quiebro tan lucido Por ti a México traído a la escuela Mexicana.

ANTONIO GARCÍA "MORENITO" (1856 - 1893)

Cortesía de don José Antonio Román Romero
http://gestauro.blogspot.mx/

Banderillero, nacido en Sevilla España el 20 de abril de 1856. Trabajó con matadores de cartel los años 1878 y 79, y se presentó en Madrid el 30 de mayo de 1880, a las órdenes del “Gordito”, con quien permaneció hasta la temporada de 1881. El 30 de julio del mismo año es cogido, volteado y herido en Alicante por el quinto toro, “Llorón, de Félix Gómez. Banderilleó por última vez en Madrid, el 27 de octubre de 1892 el toro “Lechuzo de Félix Gómez. Un año después, el 1 de abril de 1893 se celebró en Lorca (Murcia) una corrida, después de muchos incidentes entre “El Espartero”, el empresario y el alcalde, que mandó prender a los dos primeros por que el uno se negaba a torear si no cobraba, y el otro no quería pagar; salió el primer toro, de nombre “Montañés”, colorado, de la dehesa de López Plata, y Antonio García fue enganchado por el animal al banderillearlo, de tal manera, que le atravesó el muslo derecho. A los nueve días, el 10 de abril de1893, expiró cuando apenas contaba treinta y siete años de edad, asistido del “Espartero”, que no se separó ni un instante de su lado y lo atendió cariñosamente. Antonio García fue ágil, preciso, valiente y que aprovechaba todas las ocasiones para lucirse cuanto podía. Tuvo una segunda época muy brillante. Ejecutaba la suerte de banderillas con facilidad y elegancia, y aunque sus dotes no fueron extraordinarias, tenía inteligencia y habilidad suficientes para hallarse en el lugar preciso siempre y ser útil y eficaz, constituyendo, con Julián Sánchez, un auxiliar importantísimo de Fernando Gómez (Gallo), de quien aprendió tantas cosas de las que ayudan a triunfar. (Crónica de don Juan José Zaldívar Ortega)

Don Juan José de Bonifaz Ybarra, el afamado historiador taurino, refiere de esta víctima de la fiesta, que << el toro colorado “Montañés”, de la divisa de López Plata, fue el causante de la muerte de Antonio García González (Morenito), sevillano de nacimiento y sobresaliente subalterno de a pie. La efeméride ocurrió el 1 de abril de 1893, en la plaza de Lorca (Murcia), cuando clavaba un par de banderillas de fuego, castigo al que había sido condenado el morlaco. Había figurado en las cuadrillas de Fernando Gómez (el Gallo) y Manuel García (el Espartero). "

Refiere el historiógrafo taurino contemporáneo, don José Antonio Román Romero, en su visitado Blog en la Red: "De Hombres, Toros y Caballos" que "El Morenito" murió llevando desde mucho antes en el corazón el presentimiento de su fin. Desde que vio morir en México a su compañero y amigo "El Saleri", del que recogió sus últimos alientos, sentía con tristezas interiores la muerte, y decía a sus compañeros cuando del toreo hablaba: —Yo, si Dios quiere, no he de morir en una plaza de toros, porque en cuanto pueda me retiraré a mi casa a vivir tranquilamente. No ha pudo cumplir sus deseos. Esta, era la última temporada que pensaba salir a la plaza y la cogida que sufrió el sábado de Gloria en la plaza de Lorca le causó la muerte después de largos días de sufrimientos. Antonio García el Morenito, era sevillano, nacido en el barrio de San Bernardo, en 1856, en una casa a espaldas del cuartel de caballería, por lo cual se le conocía con el apodo de El niño detrás el cuartel. Era un gran peón, incansable, de brega seria y elegante, y de grandes, excelencias para banderillas. Toreó primeramente con el Gordito, después con el Gallo, y desde el arlo 1890 formaba parte de la cuadrilla del Espartero. El 12 de Abril del ario 1885 toreaba en la plaza de Madrid con el Gallo. Al poner un par de banderillas de fuego, le cogió el toro denominado Trapero, metiéndole el cuerno por el muslo .y llegándole hasta el vientre. De resultas de esta cogida estuvo gravísimo, y las vísceras abdominales quedaron en tal estado, que el célebre cirujano D. Federico Rubio hubo de prescribirle que cuando toreara se pusiera una plancha de plomo en el vientre. Después estuvo en Méjico y trabajaba con Saleri la tarde que este banderillero fue muerto por un toro. El toro que lo cogió en Lorca el día 1 de Abril de 1893, era de la ganadería de López Plata, bien puesto, castaño claro y con trazas y hechos de buey. El Morenito, al poner un par de banderillas, después de haber hecho dos salidas en falso, fue enganchado por el muslo, cayendo al suelo. El banderillero “Noteveas”, hermano de "Minuto", lo cogió en brazos y lo metió entre barreras. "El Espartero", que a causa de la lesión sufrida en dicha tarde, se vio obligado a regresar a esta ciudad, telegrafió tan luego como tuvo noticias de tan funesta desgracia, disponiendo se facilitasen cuantos gastos fueran necesarios. La afición sevillana, siempre demostró vivas simpatías por el malogrado diestro, quedo consternada por un sentimiento profundo hacia la familia del finado, conservando un recuerdo cariñoso del que en vida fue modelo de valiente banderillero y de hombre honrado, cualidad especial que le abonaba en vida y que fue el mejor galardón que ostentaba en su corona de repetidos triunfos. El espada Manuel García “El Espartero”, dando muestra de sus sentimientos caritativos, acordó entregar a la viuda el sueldo íntegro que le correspondería a “Morenito” en todas las corridas en las que participó Espartero aquel año, la suma ascendió a 35.000 reales.

JUAN BENÍTEZ LLORENTE (XXXX - 1893)

Solo para efectos ilustrativos

“Arrastre”

Pablo Picasso

Picador que fue cogido y muerto por un novillo el 11 de junio de 1893 (Fuente Accidentes Oculares en la Tauromaquia I de l801 a 1941 de los Doctores Puertas y Celis).

 

Don Juan José de Bonifaz Ybarra, el estudioso historiador, refiere de esta víctima de la fiesta, que << en plena juventud encontró su fin Juan Benítez Llorente, desmontado de la cabalgadura el 1 de junio de 1893 en la plaza de Málaga por el novillo “Condenado”, de la ganadería de José Orozco. El deceso le sobrevino al ser trasladado en camilla desde la enfermería del coso a un hospital. "

ANTONIO LOBO ESCOBAR "LOBITO CHICO " (1871 - 1893)

Cortesía de don José Antonio Román Romero
http://gestauro.blogspot.mx/

“Lobito Chico”, rehiletero que solo contaba con veintidós años cuando murió en la enfermería de la plaza gaditana de San Fernando;  “Mariano del Todo y Herrero” relata la trágica cogida de 1893 y nos acerca al personaje: Antonio Lobo “Lobito Chico”, nació en Sevilla en1871. Entre la instrucción elemental y el aprendizaje de pintor, primero, y la práctica poco entusiasta de este oficio y una afición mas pronunciada a becerradas y capeas luego, abórdalas a sus quince primaveras, etapa en la que se decidió su vocación taurina, formando, en unión de Bonarillo, Mazzantinito y Vaquerito, la cuadrilla que, bajo la dirección de su hermano Fernando Lobo, se embarcó para México en 1886, y regresó a la península dos años después. Con su referido hermano, con Lesaca, y con el mismo Bonarillo, continuó toreando por las Plazas de España y,  al reconvertirse este último con la alternativa de matador y formar la correspondiente cuadrilla, obtuvo “Lobito” en ella el lugar que como compañero y amigo del nuevo espada de derecho le correspondía.  Era el domingo 16 de julio último, y en la Isla de San Fernando (Cádiz) se jugaba una corrida de toros por las cuadrillas de “Minuto” y “Bonarillo”, ésta en sustitución de la de “Pepete”, primeramente anunciada. El ganado pertenecía a  don Eduardo Ibarra, y la lidia de los tres primeros bichos transcurrió sin nada de particular. El cuarto toro que atendía al nombre de “Rosadito”, castaño retinto y coniabierto, aguantó diez puyazos y mató un caballo. “Lobito Chico” colocó un par, Mazzantinito otro; y al repetir el primero fue enganchado por la res, que lo volteó y arrojó en tierra tornándole á recoger otras dos ó tres veces, é hiriéndole en todas. El diestro se incorporó un momento; pero la abundancia de sangre que manaba de la ingle le hizo vacilar y caer de nuevo, siendo conducido á la enfermería. En ella pudieron apreciar los facultativos una herida penetrante en la ingle izquierda, otra de seis centímetros en la región inguinal del mismo lado, y otra de cinco en la iliaca, penetrante en el vientre amén de un varetazo en el pecho, todo de tal gravedad, que falleció á los pocos minutos el infeliz “Lobillo”, aumentado así el catálogo de los mártires del deber, y alcanzando una celebridad tan prematura como trágica, que quizás no hubiera logrado nunca.

Por su parte el maestro Juan José Zaldívar Ortega (y al cual debemos aparte el disfrutar  la ilustración  de este lidiador) refiere, que fue un << banderillero de toros, nacido en Sevilla el 2 de octubre de 1870, y que falleció el 16 de agosto de 1892, a la edad de 23 años, a consecuencia de una terrible cornada. Ese día 16 se jugó una corrida de toros en la Isla de San Fernando (Cádiz), de don Eduardo Ibarra. Salió el cuarto, de nombre Rosadito, castaño retinto y corniabierto y al poner un segundo par Lobito chico, fue enganchado por la res, que lo corneó varias veces, arrojándole en tierra, y se alejó. El pitón le había destrozado el intestino y la vejiga de la orina, y su rápida muerte se debió a la gran hemorragia interna que se produjo entre los espacios de las vísceras. "

Don Juan José de Bonifaz, el historiador taurino, refiere en su obra, “Víctimas de la Fiesta, que << toreaba a las órdenes de Francisco Bonar (Bonarillo) el sevillano Antonio Lobo Escobar (Lobito chico), el 16 de julio de 1893, en San  Fernando (Cádiz), cuando al parear al toro “Rosadito” , procedente de la vacada de Eduardo Ibarra, le empitonó por la ingle. Se ingresó con una copiosa hemorragia en la enfermería –tenía destrozos en la vejiga e intestinos- y allí expiró a los pocos minutos. "

El cronista madrileño "don Víctor", que mantiene en la Internet para el disfrute de los aficionados el visitado "Blog Taurino A Los Toros", refiere en sus efemérides, que un 16 de julio de 1893 en la plaza de toros de la Isla de San Fernando se celebró una corrida de toros en la que actuaron Enrique Vargas "Minuto" y Francisco Bonal "Bonarillo", el ganado procedía de don Eduardo Ibarra. El banderillero Antonio Lobo y Escobar "Lobito Chico", cuando intentaba poner un segundo par a "Rosadito", castaño, retinto y corniabierto, fue prendido por la res que le corneó en repetidas ocasiones. Una de las heridas le había destrozado el intestino y la vejiga falleciendo a consecuencia de la gran hemorragia intestinal. Nacido en Sevilla el 2 de octubre de 1870 se incorporó a los diecisiete años en una cuadrilla de niños sevillanos comandada por su hermano Fernando, en ella figuraban también Bonarillo, Manuel Aguilar "Vaquerito" y Manuel Morales "Mazzantinito". El 27 de agosto de 1891 se presentó en el coso madrileño como banderillero de toros en la cuadrilla de Bonarillo, puso banderillas junto a Mazzantinito a "Baratero" y "Tabernero", de Benjumea. Se trataba de un buen banderillero que prometía dentro de la profesión.

Cita don José Antonio Román Romero, el historiógrafo taurino, que el pobre Antonio Lobo fue un lidiador precoz y malogrado. Comenzó a torear a los quince años, y aún no tenía veintitrés cuando perdió la vida entre los cuernos de una res brava. Lobito Chico, hermano de Fernando Lobo, nació en Sevilla el 2 de Octubre de 1870.Le dieron sus padres la instrucción elemental necesaria y le dedicaron luego al oficio de pintor, pero el ejemplo de su hermano despertó en él las aficiones al toreo y comenzó a tomar parte en capeas y becerradas hasta que resueltamente decidido, cambió los pinceles por el capote de brega y embarcó con su hermano para México el año 1886, formando cuadrilla con Bonarillo, Manuel Morales y Vaquerito. Ingresó en la del primero cuando Bonal tomó la alternativa, y con él se presentó en Madrid el 27 de Agosto de 1891.

El domingo 16 de Julio de 1893 se lidiaba en la isla de San Fernando (Cádiz) una corrida de D. Eduardo Ibarra, y estaban encargados de estoquear las seis reses Minuto y Bonarillo, en substitución de Pepete este último. Nada de particular ocurrió durante la lidia de los tres primeros bichos. El cuarto era un excelente animal; se llamaba Rosadito, tenía el pelo castaño y era corniabierto. Tomó diez puyazos y mato un caballo Cambiado el tercio, Lobito Chico, que vestía temo azul y plata, puso el primer par de banderillas y Manuel Morales el segundo. Fue a repetir Antonio y la res le alcanzó, ocasionándole una de las cogidas más aparatosas que se pueden imaginar.

El toro le enganchó, le volteó, le arrojó al suelo, le recogió dos o tres veces más, corneándole furiosamente. Por fin se le llevaron, Antonio Lobo yacía en el suelo, ensangrentado. Intentó incorporarse, pero volvió a caer pesadamente, mientras de sus heridas manaban raudales de sangre. Recogido y trasladado a la enfermería, vieron los facultativos, horrorizados, que tenía una tremenda herida penetrante en la ingle izquierda; otra, de seis centímetros, en la misma región; otra, de cinco, en la ilíaca, que penetraba en el vientre, y. por último, un varetazo formidable en el pecho. Todas las heridas eran gravísimas, tanto, que a los pocos minutos dejaba de existir el infortunado diestro.


"La Lidia" representación de la mortal cogida.
http://gestauro.blogspot.mx/

La corrida continuó...Se explicó la cogida como un efecto de pundonor del torero. El primer par de banderillas que puso a Rosadito fue al cuarteo, y quedó bastante mal, motivando manifestaciones de protesta del público. Quiso Lobito "sacarse la espina" y trató de clavar de modo que se le aplaudiera por el valor demostrado. Así halló la muerte. Era un torero entusiasta, que a no haber sido truncada su carrera tan prematuramente, hubiera alcanzado la fama y el provecho que merecía. Era modelo de hijos, hermano respetuoso y amigo leal. Durante su vida torera tuvo dos percances de escasa importancia, uno en San Sebastián y otro en Villamanrique. Como dice un biógrafo, el horrible suceso de San Fernando "vino a cerrar su sencilla historia, condensándola en los límites del prólogo de una biografía".

FRANCISCO OJEDA MUÑOZ "EL TRIANERO " (1862 - 1893)

Solo para efectos ilustrativos
Obra del afamado pintor taurino hispano-mexicano Carlos Ruano Llopis
1878-1950

Novillero natural de Sevilla nacido en el año de 1862. El de 10 de diciembre de 1893, el novillero Francisco Ojeda “Trianero” murió por una tremenda cornada sufrida en Puerto Príncipe, Cuba, el mes anterior.

Refiere el erudito taurino, don Juan José de Bonifaz Ybarra que << el 26 de noviembre de 1893 alternaba Francisco Ojeda Muñoz (el Trianero) con Diego Rodríguez (Silverio Chico) en un festejo que se celebró en Puerto Príncipe, en la todavía española isla de Cuba. Es cogido al practicar la suerte suprema con su primer novillo, produciéndose el fallecimiento del diestro sevillano el día 10 de diciembre de 1893. "

El Maestro Juan José Zaldívar Ortega refiere de este lidiador, que: << forma parte del abultado grupo de diestros que no encontrando los triunfos en su patria se marcha a América, en este caso a Cuba, y en la Plaza de Toros de Puerto Príncipe encontró la muerta la tarde del 29 de noviembre de 1893, en la que un toro, de una ganadería desconocida, le infringió una cornada mortal, cuando contaba 31 años de edad. "

Justo 35 años antes, la muerte del inmenso y valeroso matador Curro "Cuchares" fue menos gloriosa, ya que falleció en La Habana Cuba el 5 de diciembre del 1868 a consecuencia de la entonces incurable enfermedad “el vomito negro”. Curiosamente, por un malentendido, su enfermedad causó un gran escándalo, ya que la plaza estaba completamente llena, y al no presentarse el matador en el ruedo por su enfermedad, el público, creyendo que su ausencia era un engaño, casi destruyó la plaza. Cuando se conoció el verdadero motivo por el cual "Cúchares" no apareció en el ruedo y el triste desenlace que le ocasionó su enfermedad, el daño de la iracundia de los aficionados ya estaba consumado.


Francisco Ojeda Muñoz
Cortesía de don José Antonio Román Romero.

Refiere el historiador José Antonio Román Romero en su Blog en la Red "De Hombres, Toros y Caballos" que Francisco Ojeda Muñoz, nació en Sevilla en 1862. Se presentó en Madrid como matador de novillos el 8 de Septiembre de 1889. En una corrida en la Habana (Cuba), el 26 de Noviembre de 1893, fue cogido por el toro "Boticario", de una ganadería mexicana, que le causó una cornada en el vientre, de cuyas resultas falleció en aquella ciudad el 10 de Diciembre de 1893. En algunas crónicas de la época se le asigna el apodo de "El Trianero".

SEBASTIÁN MARTÍN GARCÍA (1821 - 1893)

Solo para efectos ilustrativos
Foto de un encierro celebrado en Ciudad Rodrigo en torno a los años 20 del pasado siglo

El martes 3 de junio de 2014, recibí una amable carta del aplicado historiógrafo español, Juan Tomás Muñoz Garzón, quien nos cuenta sobre la muerte, en uno de los desencierros de Ciudad Rodrigo, de Sebastián Martín García (Serradilla del Arroyo, 13/07/1821; Ciudad Rodrigo, 14/02/1893) ocurrida, como queda expresado, el Martes de Carnaval de 1893). A efecto de abundar sobre la tragedia, nos agrega una nota editorial de su autoría, que a continuación me sirvo pegar:

1893

Fue un Carnaval que hubiera pasado desapercibido si no fuera por la desgracia con la que concluyó. Apenas hay ninguna referencia documental sobre el desarrollo del antruejo de 1893, ni siquiera noticias en los libros de sesiones del Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo, algo inusual, casi extraordinario en el devenir de la historiografía mirobrigense sobre aquel periodo. Señala la prensa allende la geografía salmantina1 que el 14 de febrero, a la sazón Martes de Carnaval, cuando se celebraba el último desencierro matinal con los novillos que se habían destinado a la lidia, la conocida “prueba”, y todavía dentro del recorrido urbano, “un anciano de setenta años, a causa de la embriaguez de que era víctima –en otro medio se achaca a una ‘enajenación mental’-, pretendió torear a uno de los bichos y

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1 Entre otros periódicos, la noticia se ofrece en las páginas de El heraldo de Madrid, La época, La crónica de Huesca o La opinión.

fue derribado al suelo, recibiendo varias heridas de consideración, habiendo fallecido momentos después2 .” Se trataba de Sebastián Martín García, de 72 años de edad, viudo3 , natural de Serradilla del Arroyo y residente habitualmente en la alquería de Cantarranas, aunque en el momento de la tragedia había trasladado su residencia a la calle del Voladero, en Ciudad Rodrigo. Pese a que en las crónicas se apunta que Sebastián rondaba los 70 años de edad, tanto en el acta de defunción del Registro Civil de Ciudad Rodrigo como en el libro de defunciones de la parroquial de San Cristóbal, en donde figura su inscripción fúnebre con el número 104 , se señala que contaba con 80 años. La partida bautismal de la parroquia de San Lorenzo, de Serradilla del Arroyo, aleja todas las dudas posibles, al fijar su nacimiento el 13 de julio de 18215 . Tras la cogida, las atenciones sanitarias de que fue objeto, si las tuvo, fueron infructuosas dada la gravedad de sus lesiones. Fue trasladado a su domicilio, en donde falleció a la una de la tarde del 14 de febrero, según se apunta en el acta de defunción del Registro Civil. La inscripción fue tramitada por José Marqui Iglesias, alguacil, y se hizo por orden del juez de instrucción de Ciudad Rodrigo. En el registro no se señalan las causas que produjeron la muerte de Sebastián Martín, aunque el parte de lesiones no deja lugar a dudas: “Había fallecido en su domicilio a la una de la tarde a consecuencia de fractura de la novena costilla derecha, rotura diafragma y rotura del hígado, según aparece del informe facultativo6 ”. Sin embargo, la inscripción en el libro parroquial de Sebastián Martín aclara la procedencia de esos traumatismos: “Falleció en el día anterior a la fecha a consecuencia de la cogida de un novillo a la salida del ganado”.

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2Reseña de El heraldo de Madrid, número 836, de 16 de febrero de 1893.
3Se había casado en primeras nupcias con Encarnación Mateos, de cuyo matrimonio tuvo dos hijas, Isidora y Felipa. Posteriormente, se casó con Petra Hernández, de quien también enviudó.
4ARCHIVO DIOCESANO DE CIUDAD RODRIGO. Libro de defunción de la parroquia de San Cristóbal, de 1882 a 1899. Con el número 10 de 1893 figura la siguiente inscripción: “Nº 10. Sebastián Martín, viudo de Petra Hernández; febrero, 14/93. En Ciudad Rodrigo, capital de su Obispado, en el día quince de febrero de mil ochocientos noventa y tres, yo el infrascrito párroco de la misma, mandé dar sepultura eclesiástica en el cementerio de ella a el cadáver de Sebastián Martín, natural de Serradilla del Arroyo, de oficio hortelano, residente en Cantarranas, parroquia de Pedrotoro, viudo de Petra Hernández, de esta naturaleza; y falleció en el día anterior a la fecha a consecuencia de la cogida de un novillo a la salida del ganado. No recibió ningún auxilio espiritual. Se le hizo oficio de sepultura, siendo de edad de ochenta años; y testigos del sepelio, Pedro Hernández y Florencio Pérez. Y para que conste firmo, fecha ut supra. Ciudad Rodrigo. En mendado. Vale. Fdo.: Pedro Galache y Gómez”.
5ADCR. Libro de bautismos de la parroquia de San Lorenzo, de Serradilla del Arroyo. “En Serradilla del Arroyo, en catorce de julio de mil ochocientos veinte y uno, yo infrascrito vicario, cura párroco del referido lugar, bauticé solemnemente a Sebastián, que nació el trece de dicho mes y año entre las cinco y las seis de la tarde; hijo legítimo de Antonio García, digo Martín, e Isabel García; nieto por línea paterna de Francisco Martín y Bárbara Sánchez, naturales de Zamarra; y por materna de Domingo García y Antonia Redondo, naturales de este pueblo. Fue su padrino David Marcos, a quien advertí el parentesco de espiritualidad y demás obligaciones, siendo testigos Agapito García, Matías Prieto y otro más. Y en fe de ello, lo firmo, fecha ut supra. D. Sebastián Gonzalo.”
6REGISTRO CIVIL DE CIUDAD RODRIGO, número 46, Sebastián Martín García. N.º 62221 /12.

FLORENTINO GARCÍA "TANGANITO" (XXXX - 1893)

Solo para efectos ilustrativos
Obra del pintor José Antonio Moreda Maroto

LA PATRIA, D.F., del 22.04.1893, p. 3: Muerte de un torero. Ha fallecido en Córdoba (Veracruz, México), Florentino García (alias) "El Tanganito", que trabajaba como banderillero, y era muy aplaudido en la cuadrilla de Ponciano Díaz. Parece ser que García murió a consecuencia de la cogida que había sufrido en la función taurina del 16 del que cursa.
Fuente:
Dr. José F. Coello Ugalde
https://ahtm.wordpress.com/2014/05/16/la-importancia-y-la-esencia-de-ciertas-minucias-taurinas-x/

FLORENTINO GARCIA "TANGANITO".- Banderillero mexicano, que abrazó la profesión por los años de 1882 a 84. En la plaza de Puebla y otras de aquellos estados, sobre las que no pesaba la prohibición del espectáculo, figuraba ya a las órdenes de Gaviño en 1885. Autorizadas en 1886 las corridas en México, fue uno de los primeros que allí toreó con bastante acepción. (Leopoldo Vázquez, América Taurina, 1898)
Fuente: Rafael Gómez Lozano
http://torerosmexicanos.blogspot.mx/

El mote de "Tanganito" muy probablemente proviene del diminutivo de "Tángano", adjetivo calificativo usado en México, en esos tiempos, para señalar lo bajito, lo achaparrado

RAFAEL CALDERÓN DE LA BARCA (XXXX - 1893)

Pedro Nolasco Acosta, Refugio Sánchez, Lengua de bola, Rafael Corona y Rafael Calderón de la Barca.
Cortesía del Maestro en historia José Francisco Coello Ugalde
https://ahtm.wordpress.com/2019/04/30/cuatro-tarjetas-de-visita-y-cuatro-toreros-del-xix-mexicano/

Historias: Cuatro toreros del XIX mexicano ....Nolasco, Sánchez, Corona y Calderón de la Barca...

Pedro Nolasco Acosta, "Capitán de gladiadores", creó en los rumbos de San Luis Potosí un auténtico coto de poder, mismo que se extendió entre los años de 1870 y 1903. El "Güerito" Acosta como familiar y cariñosamente fue conocido, se presenta ante nosotros con el sello de figura egregia que, por encima de muchos otros adefesios se dignaban y atrevían torear con aquellas figuras que, a los ojos del siglo XXI son antiestéticas, pero que en su momento deben haber sido aceptadas como parte de una tauromaquia mexicana relajada y distante de la española, más avanzada eso sí, pero también teniendo entre sus filas a figuras con este decorado. Sin embargo, Nolasco Acosta guardó con mejores resultados las apariencias, dado que como se ve, asumió su jerarquía con el orgullo de figura, no importando que fuese provinciana y que siempre se quedase provinciana, como delicioso verso de López Velarde o Manuel José Othón. Pedro Nolasco viste un traje al que solo le faltaba sonar, pues con todas esas campanillas que parece llevar, a modo de morillas, en tintileo semejante a un carrillón, era de esperarse en el romántico continente del torero decimonónico hecho y forjado en el espectáculo de tamañas banderillas, como el par que aparece a sus pies, simulando fuentes de frutas. Su capa, a lo Robin Hood, la enorme faja y el corbatín "a lo poeta", rematan un rostro adusto, con esa montera irregular, conjunto perfecto que se preparó para lograr esta imperecedera tarjeta de visita que hoy rememora una figura emblemática, que traspasó todavía con su bigote abundante el siglo XX para despedirse en su natal San Luis Potosí, allá por 1903.

Refugio Sánchez Bajo el curioso sobrenombre de "Lengua de bola", Refugio Sánchez es uno más de los responsables en dar fuerza y vigor al toreo encabezado por Ponciano Díaz, y cuya figura, junto a Lino Zamora, se convirtieron en modelos a seguir, sobre todo cuando debe entenderse su aparición en la escena. Y los tres, así como otro gran conjunto de actores lo hicieron portando varonil bigote.  Pero esto no era todo. Se trataba de ejercer la tauromaquia al estilo mexicano, aunque para ello tuviera que hacerse enfrentando la enorme influencia que los diestros hispanos, patilludos para mejor información estaban causando desde su llegada masiva a nuestro país, esto a partir de 1884. Y ese radio se extendió creándose conversos de la tauromaquia. Uno de ellos fue Refugio Sánchez. Y aquí vemos a ese diestro oriundo de Querétaro, sitio en el que marcó su feudo, en la primera apariencia ante sus entusiastas seguidores: vistiendo el traje de luces al estilo español, como lo mandaban los cánones y la moda de la época. En su rostro hay un poco de incomodidad y no tanto por las hechuras del vestido, que le sienta muy bien, por cierto. Esa mirada y sus facciones parecen reflejar su reciente abandono por lo mexicano (cuando su nacionalidad era lo único que podía defender dignamente), para aliarse a la reconquista vestida de luces, emprendiendo así un camino que muy pronto los llevaría por senderos apropiados, por lo que el toreo a pie, a la usanza española en versión moderna ganaría adeptos nacionales. "Lengua de bola" no sólo se hizo este retrato de cuerpo entero. También hay una pintura anónima la cual se remonta a la última década del siglo XIX. Allí aparece él junto a los de su cuadrilla, presumiblemente la denominada "Ponciano Díaz", también enriquecida con Gerardo Santa Cruz Polanco y otros desconocidos. Todos aparecen en un espléndido retrato donde el color se intensifica aún a pesar de los más de 100 años de haberse pintado y donde esa cuadrilla puede salirse del óleo para entrar en acción en cuanta plaza se presentara.

Rafael Corona Capote de paseo, te convertiste en el mejor parapeto de un Rafael Corona ya maduro, cuarentón según el estado de cosas que apreciamos en esta curiosa imagen. Sí, los toreros de aquel entonces, sobre todo para el último tercio del siglo XIX, eran longevos (allí está Bernardo Gaviño con sus 73 años) que por eso se podían eternizar en la profesión taurina. Por otro lado, su actitud como toreros aborígenes y cuyo contacto con la tauromaquia española fue para conocerla, asimilarla o ser consumidos por un desbordamiento sin precedentes de esa misma manifestación, debe haber puesto a Rafael Corona en situación nada cómoda.

Su círculo de influencia fue el estado de Michoacán, pero así, tan inofensivo que se ve, no debe haber sido pieza de cacería importante para Ponciano Díaz que también pasó por ahí, como lo hicieron de igual forma otros coletudos hispanos. Rafael, ante esos dos frentes estaba condenado a desaparecer, al menos que se aliara con unos o con otros. Diminuto, hasta tímido –no vaya a ser que levantar un poco más la mano derecha de al traste con alguna mala costura de la casaquilla–, no se arrime con ese cuerpecillo frágil a retar desde la forzada pose. Nada más dejen que se halle en el ruedo, y entonces sí: ¡A ver si son capaces de poderle como puede Rafael a los toros! No vaya a ser que los fanfarrones y timoratos vayamos a ser otros. Por eso, entre dientes, parece decirnos Rafael Corona: no soy ninguna pieza de cacería para Ponciano... Rafael Corona diestro moreliano que estableció y consolidó allí mismo su prestigio. 20 años fue matador, otros cinco los dedicó como banderillero en cuadrillas como las de Jesús Villegas "El Catrín" o de Lino Zamora. Al llegar José Machío –español de origen– en 1885, su fin quedó marcado definitivamente.


Rafael Calderón de la Barca
Cortesía de Don Rafael Gómez Lozano
Blog Toreros Mexicanos

Rafael Calderón de la Barca El altivo personaje de la imagen, lleva un apellido emblemático: Calderón de la Barca, ni más ni menos. Sin embargo, no se llama Pedro, sino Rafael quien por algún tiempo abrazó la profesión de torero en su calidad de mero aficionado. La pluma inspirada de aquel autor teatral del siglo de oro de las letras españolas, se la hemos pedido prestada unos momentos para describir, lo mejor que se pueda, esa apostura un tanto fingida, un tanto envalentonada que asumió el diestro leonés, cuyos datos sobre su trayectoria profesional se pierde en la noche de los tiempos. Lo único que sabemos de él a ciencia cierta es que formó parte no sólo de la cuadrilla de Ponciano Díaz, sino de aquella falange de toreros que, al interior del país monopolizaron la fiesta de toros, siendo su asentamiento el bajío, y en lo particular León, Guanajuato. Feudos como el suyo fueron derribados en diversas circunstancias. Entre otras, por las siguientes razones:

a) Por la aplicación de un efecto de conquista impuesto por Ponciano Díaz, quien al estar convertido en ídolo popular, no perdió de vista ampliar su radio de influencia, por lo que decide emprender con éxito esa empresa.

b) Por una asimilación de conveniencia por parte de estos toreros provincianos que, al darse cuenta de la fuerza poncianista, no tuvieron más remedio que aliarse para realizar una actividad paralela, aunque sin garantías de éxitos acumulados como los que sumaba Ponciano, salvo la cuadrilla que, encabezada por Gerardo Santa Cruz Polanco y que adoptó el nombre del popular diestro, pero no en muestra de tributo o agradecimiento. No. Lo hizo por la sencilla razón de reclamarle a su antiguo jefe y luego principal enemigo, que sus acciones no estaban siendo congruentes con los tiempos que corrían.

c) El último caso es que, a corto plazo, desaparecieron muchos toreros y sus cuadrillas que surgieron en esos rumbos provincianos que, además sufrieron dicha situación con un valor de nuevo peso: la reconquista vestida de luces, es decir, cuando salta a la palestra aquel grupo de toreros españoles que, desde 1884 se plantaron para constituir un pie de guerra contundente.

Pero, ¿cómo nos explicamos esa reconquista vestida de luces?

La reconquista vestida de luces, debe quedar entendida como ese factor que significó reconquistar en lo espiritual al toreo, luego de que esta expresión vivió entre la fascinación y el relajamiento, faltándole una dirección, una ruta más definida que creó un importante factor de pasión patriotera –chauvinista si se quiere–, que defendía a ultranza lo hecho por espadas nacionales –quehacer lleno de curiosidades– aunque muy alejado de principios técnicos y estéticos que ya eran de práctica y uso común en España. 
Por lo tanto, la reconquista vestida de luces no fue violenta sino espiritual. Su doctrina estuvo fundada en la puesta en práctica de conceptos teóricos y prácticos renovados, que confrontaban con la expresión mexicana, la cual resultaba distante de la española, a pesar del vínculo existente con Bernardo Gaviño. 
Y no sólo era distante de la española, sino anacrónica, por lo que necesitaba una urgente renovación y puesta al día, de ahí que la aplicación de diversos métodos tuvieron que desarrollarse en medio de ciertos conflictos o reacomodos generados entre los últimos quince años del siglo XIX –tiempo del predominio y decadencia de Ponciano Díaz–, y los primeros diez del XX, donde hasta se tuvo en su balance general, el alumbramiento del primer y gran torero no solo mexicano, también universal que se llamó Rodolfo Gaona. Así que, con Rafael Calderón de la Barca, si no logramos dar un perfil de su personalidad, sí al menos del medio en que se desarrolló en los últimos años del siglo XIX, pues murió en Orizaba, víctima de una cornada, allá por enero de 1893.

Pedro Calderón de la Barca, comenzó como banderillero en una cuadrilla juvenil, en León, Guanajuato hacia el año de 1887.

Fuente:
Maestro José Francisco Coello Ugalde
https://www.altoromexico.com/index.php?acc=noticiad&id=34439
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Fuentes de consulta: LA FIESTA No. 52, del 19 de septiembre de 1945, y Revista de Revistas. El semanario nacional, año XXVII, No. 1439, 19 de diciembre de 1937.
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Otros escritos del autor, pueden encontrarse en: https://ahtm.wordpress.com/.

El 26 de mayo de 2019 recibí del historiador Rafael Gómez Lozano una editorial que sobre este personaje publicó la revista La Lidia, No 31, del 25 de junio de 1943 de D. Roque Solares Tacubac, Mis recuerdos Tauromacos: Casi simultáneamente con los Niños Toreros arribó a la metrópoli otra cuadrilla titulada de Jóvenes Leoneses Toreros. Ese grupo ha de ser considerado predecesor legítimos de las cuadrillas que años después organizaron en León el banderillero español Antonio Antúnes, alias "Tobalo" y el también banderillero hispano Saturnino Frutos "Ojitos". En la Plaza "El Paseo" torearon una novillada -no becerrada- en la tarde del 31 de mayo. El conjunto de la cuadrilla fracasó. Solamente fue aplaudido el espada Rafael Calderón de la Barca. El torerito era de buena presencia, valiente y nada torpe. Igualmente que "El Gallito", ofrecía madera de buen lidiador, era embrión de torero que podía desarrollarse y llegar a lozanía. Así lo comprendió el espada aborigen Ponciano Díaz y le tomó a su cargo, haciéndolo entrar a su cuadrilla en calidad de banderillero. Por ser valiente el mozalbete, no se arredró ante los toros corpulentos que lidiaba la cuadrilla de Ponciano, en la plaza de "Bucareli". Prestamente, Calderón de la Barca se habituó a los torazos. Estaba en algunas corridas como banderillero el excelente Manuel Mejías "Bienvenida" -abuelo por línea paterna de los contemporáneos espadas españoles de apellido Mejías y de apodo "Bienvenida", Pepe y Antonio-, quien cuidaba paternalmente al neófito. Igualmente hacía el veterano Carlos López, alias "El Manchado", banderillero mexicano. Con estos dos mentores y a la vez guardianes, Calderón de la Barca no tuvo percances, fue desarrollándose artísticamente y también en lo corporal con el transcurso de los meses, llegando a estar garrido, ágil y pleno de facultades. Se formó un peculiar modo de banderillear, que era un hibridismo entre las suertes de cuartear y la de a topa carnero, una manera muy emotiva por ser muy riesgosa. Motivaba que los espectadores se levantaran del asiento y se pusieran en pie, temerosos que Calderón de la Barca fuese cogido y tuviera grave cornada. Después surgía la ovación, premiando la destreza del banderillero. Iniciaba la suerte de igual manera que la de cuartear, pero "consentía" al toro caminando pausadamente -andándole y dejándose ver-. De esa manera, forzaba al burel a que hiciera fuerte acometida. Cuando el toro arrancaba, Calderón se detenía, se paraba en la trayectoria de su marcha. Impávido aguantaba, haciendo únicamente hacia atrás una de las piernas -casi siempre la derecha-. De esa manera, ponía el cuerpo en escorzo -algo perfilado-, no completamente. Esa postura era la que esquivaba el hachazo y por consiguiente, el percance, muy grave. UN MOMENTO DE INDECISION, UNA TORPEZA EN LOS MOVIMIENTOS Y EL AUDAZ REHILETERO HUBIERA ESTADO PERDIDO. Su modo de banderillear era intuitivo, muy semejante al que había tenido en España aquel famoso rehiletero nombrado Ángel López, de apodo “REGATERO” (de quien en diminutivo heredó el apodo Victoriano Recatero -no Regatero-"Regaterín"). Era asombroso el peculiar modo de banderillear que tenía Calderón de la Barca. Por esa singularidad promovió las discusiones entre los críticos de entonces (algunos, mejores que los actuales; permítaseme la inmodestia para elogiar a los entonces mis coetáneos y amigos). Tuvieron polémica el docto de pseudónimo "Joseíto" (don José María Quijano, potosino, estudiante de Medicina), y don Antonio Calvo -también no ignaro en asuntos de técnica tauromáquica-, escritor por agrado, pues era capitalista, propietario de fincas urbanas. Después de varios artículos -enteramente corteses- llegaron en convenir en que Rafael Calderón de la Barca banderilleaba "aguantando", o sea en lance semejante a la suerte de estoquear que han denominado así. Yo no me adhiero ni rechazó la designación hecha por mis amigos. Años después, hubo un banderillero -también leonés-, que fue copia de Rafael Calderón de la Barca en lo relativo al modo de banderillear. Ese rehiletero, que estuvo en la cuadrilla de Rodolfo Gaona, fue Pascual Ferro. Creyendo en el espiritismo y por ende en la reencarnación de las almas, probablemente en Pascual Ferro reencarnó el buen banderillero Rafael Calderón de la Barca. Así como Gaona estimó a su conterráneo Ferro, Ponciano Díaz tuvo predilección por Calderón de la Barca. Cuando regresó de España el espada aborigen, Rafael fue llamado a la ciudad de La Habana para que estuviera en la corrida que en esa población, toreó el diestro mexicano. Calderón de la Barca no hizo desairado contraste al lado de Saturnino Frutos "Ojitos", y éste conversaba asombrado del modo de banderillear que tenía el joven leonés. Cuando Ponciano se cortó la coleta, Calderón de la Barca se retiró a su ciudad natal. Entiendo -no estoy seguro-, que años después falleció allí.

Más información sobre este virtuoso personaje de la fiesta:
https://torerosmexicanos.blogspot.com/2019/05/rafael-calderon-de-la-barca.html

PASCUAL DOMÍNGUEZ "EL SERIO II" (XXXX - 1893)

Picador herido
Obra de Mariano Fortuny Marsal

24 de agosto de 1893.- Fallece el "quijote" Pascual Domínguez "El Serio II" al romperse la columna vertebral como producto de una caída del caballo provocada por un toro de Soler en la plaza de Almería, España.

Fuente:
Tauro Efemérides (página 370)
Sergio Martín del Campo Rodríguez
https://issuu.com/fcth/docs/tauroefem_rides