Los toros dan y quitan

EL ASESINATO DEL SACERDOTE JUAN FULLANA TABERNER EN 1957

EL ASESINATO DEL SACERDOTE JUAN FULLANA TABERNER EN 1957

Foto del sacerdote Fullana asesinado a golpes
De la hemeroteca de D. Pedro Julio Jiménez Villaseñor

En la iglesia Nuestra Señora de Fátima, el jueves 9 de enero de 1957, en el número 107 de la calle Chiapas, en la colonia Roma del entonces Distrito Federal, hoy Ciudad de México, ofició la misa el padre Juan Fullana Taberner, misa nocturna que llevó a cabo puesto que su compañero, el sacerdote José Moll, inesperadamente había viajado a la ciudad de Toluca y a él le correspondía dicha celebración. Nadie imaginaba que estaba a punto de suceder una tragedia que causó el enojo de los habitantes de la capital mexicana, sobre todo por…
Breve historia…   
Ricardo Barbosa Ramírez -con 33 años de edad- había incursionado por los ruedos de varios estados, el padre Moll, gran aficionado taurino, le había brindado su ayuda y su amistad, quizás por esto el novillero llegó a pensar que en las oficinas de la iglesia se guardaba una considerable cantidad de billetes, se hablaba, inclusive, de dos millones de pesos, aunque bien podrían estar en las habitaciones de los párrocos que se encontraban a solo unos pasos dentro de las mismas instalaciones eclesiásticas. Barbosa planeaba agenciárselos y para ello invitó a malhechores de poca monta como al nativo de Pachuca, Hidalgo, José Valentín Vázquez Manrique llamado en la lucha libre como "Pancho Valentino", a Pedro Linares Hernández, "El Chundo", a Pedro Vallejo "El México", al taurino -mozo de espadas- Jorge Avelar "El Trompelio" lo adjuntó dada su amistad torera y lo llevaría solo como "aguador" -vigilante- para no comprometerlo en demasía, al igual que a Ricardo Ángeles García y a Roberto Barrios Ulloa que irían de la misma forma, de avizores, días antes estos dos últimos se rehusaron en asistir, Avelar se queda en el plan pero solo permanecería a cierta distancia de la capilla para avisar si se acercaba alguien que les pudiera deshacer el plan. Esto fue en el primer intento al hurto, mismo que falló al encontrar cerrada tanto la iglesia como la sacristía. No iban preparados para forzar chapas y/o cerraduras. Obviamente el plan fue abortado.
Rehicieron el propósito y regresaron días después. El siguiente jueves que se convertiría trágico.
Para evitar inconvenientes "El Chundo" asistió a misa para quedar dentro del recinto, terminada la ceremonia simple y sencillamente avisó a sus compañeros que esperaban la indicación en las cercanías y así llegaron a la mentada sacristía procediendo a golpear al sacerdote, ocultando el novillero que se trataba del padre Fullana Taberner, que no era Moll, a final de cuentas les interesaba el dinero, no la persona. Se dice que en el lugar lo "vigilaba" un perro llamado "Duque", situación nunca comprobada de ser bravo o de peligro y sin embargo trataron de envenenarlo sin alcanzar su propósito.    
"El Trompelio" ya no fue en esta ocasión, las autoridades tomaron, cual debe de ser, eso de que "con la intención basta", y fue detenido antes de 48 horas y en su oportunidad enviado a Lecumberri haciéndoles compañía a sus delincuentes amigos ya detenidos.
La autopsia del cura revelo que le deshicieron el cráneo a base de golpes con la cacha de una pistola, que le habían roto el cuello por medio de una de las suertes practicadas en el ring. Desde luego que eso fue obra del apodado como "Pancho Valentino" por sus habilidades en el deporte llamado también como arte de pancracio -padre de las artes marciales mixtas modernas- de las cuales era un profesional.  


"Pancho Valentino" solía vestir de luces en su publicidad como luchador.
De la hemeroteca de D. Pedro Julio Jiménez Villaseñor

Al día siguiente, quienes se dieron cuenta, minutos después, llamaron al sacristán, Pedro Cortes, sastre de profesión y vecino del lugar, quien, lógicamente, alarmado llamó de inmediato a la 8ª delegación llegando los de la ley con el coronel Manuel Mendoza Domínguez, jefe del Servicio Secreto, se hizo cargo del caso. El cadáver fue trasladado al anfiteatro del hospital Juárez para la necropsia de rigor. Huellas de estrangulamiento, fracturas en el cráneo y tórax provocadas por objetos contundentes. Apoyaban la investigación los mandos de grupo Rafael Rocha Cordero, José Obregón Lima y Miguel Durán Mejía. Horas después se conoció que el monto del botín escasamente llegó a los cuatro mil quinientos pesos en efectivo y alrededor de cincuenta mil en objetos sacros. Confirmó el origen de las chequeras encontradas en el escritorio de la oficina santuario.


"Pancho Valentino" ingresa a prisión por el asesinato del cura
De la hemeroteca de D. Pedro Julio Jiménez Villaseñor

"Pancho Valentino" -sentenciado a 33 años de encierro- fue trasladado al "paradisiaco" penal federal de las Islas María -a los tres años de permanecer en el lúgubre penal defeño- donde estaba como sacerdote de planta -durante 38 años- el aguascalentense Juan Manuel Martínez Macías a quien apodaban como "Padre Trampitas", desde luego que por muchos años en cuanta ocasión se presentaba el luchador le recordaba que su estancia en el presidio era por matar curas, que el siguiente podría ser él. La bonhomía y humildad del religioso se impuso ya que poco a poco se lo fue ganando al grado que en la diaria misa en el penal le ayudaba e inclusive comulgaba, esto era compartido con otro reo, José Ortiz Muñoz, apodado "El Sapo" a quien también la paciencia del reverendo don Juan Manuel logró atemperar hasta convertirlo en su principal ayudante. Valentino murió en octubre de 1977, un año antes de cumplir su sentencia, debido a un ataque de epilepsia que lo dejó inconsciente ahogándose en su propio vómito.
DATOS EXTRA DEL RELIGIOSO:
Nació en Aguascalientes en el año de 1900, fallece en Guadalajara, Jalisco, a los 87 años.
En su juventud era anticlerical; incluso, llegó a apedrear a sacerdotes y sus consignas contra la Iglesia eran comunes y subidas de tono. En alguna ocasión intentó quemar la Catedral de su terruño.
Estudió en un seminario de los Estados Unidos, pues él mismo decía que no podía formarse en México, ya que no faltaría alguien que lo reconociera como subversivo contra la Iglesia. Se ordenó en 1937.
El apodo de Padre Trampitas se debe a que en la primera cárcel a la que llegó en Estados Unidos para ejercer su ministerio fue enviado a la zona de los llamados "tramps" (vagabundos), por lo que a él le decían "Father Tramps", de ahí que al regresar a México se le conociera como el "Padre Trampitas".
Como sacerdote trabajó en tres cárceles mexicanas, una de ellas en la Ciudad de México, antes de llegar a las Islas Marías en el año 1948. Era su forma de pagarle a Dios todas las ofensas que había hecho en su juventud.
En Islas Marías vivió más de 39 años como preso voluntario, sometido al régimen carcelario, comiendo como cualquier preso, sin ningún tipo de privilegio.
Salió de Islas Marías por cuestiones de enfermedad allá por 1987, tres años después murió a los 90 años en Guadalajara. Sus cenizas fueron llevadas a Islas Marías y dejadas cerca de la tumba del criminal, su más grande amigo en la isla fue el consumado asesino apodado "El Sapo", quien renegaba de Dios, y un domingo lo hizo confesarse. "Dime tus pecados". "Todos". "¿Qué oración sabes rezar?" "Ninguna", le respondió el Sapo. "Yo oraré para que seas absuelto". El padre Trampitas hizo a un preso sacerdote a los 57 años, y tras 30 años de ser interno voluntario, murió a los 87 años. Se le cumplió su último deseo: ser sepultado en el panteón de las Islas Marías, junto a la tumba de "El Sapo", quien se convirtió a Cristo antes de morir. Esa fue su voluntad.
Durante su larga estancia en ese voluntario destierro logró bautizar a más de mil de sus vecinos.
LA ANÉCDOTA:
Cuando Juan Manuel Martínez Macías reveló a sus amigos anticlericales de Aguascalientes que se iría al seminario, no le creían. Luego uno de ellos, llamado Juan, pero apodado por su calvicie "El Perro Pelón", le dijo:
¿Tú para sacerdote?, oye, pues te diré como dijo Dimas: "Acuérdate de mí cuando estés en tu Reino"
Contó el "Padre Trampitas": "Años después, cuando me ordené, me acordé de él y pedí por Juan en mi primera Misa. Volvieron a pasar muchos años y en 1973 vine de nuevo a Aguascalientes a celebrar mis Bodas de Oro".
Después de aquella solemnidad mi sobrino me estuvo paseando, y cuando veníamos por una calle que va a dar al Parián, pasó una troca muy de prisa, cargada de mercancía, y dio vuelta al mercado en el momento en que bajaba un señor de la banqueta. Se lo llevó. La rueda trasera casi le separó la cabeza del tronco, no se movió, así se quedó. Yo estaba como a unos siete metros de distancia en el carro de mi sobrino, brinqué y llegué con todo el poder que Dios me ha conferido: indulgencia plenaria, bendición papal, escapulario de la Virgen del Carmen que de inmediato se lo coloqué entre la ropa; todo cuanto pude y que tenía a mi alcance. Llegaron los reporteros y otras personas y uno dice: Ah, ¡yo lo conozco!, es un borrachito que hace mandados aquí en el mercado. No sé cómo se llama, pero le dicen Juan, "El Perro Pelón".
"Pancho Valentino" murió una tarde cálida de otoño de octubre de 1977, Jorge Avelar en el mes de febrero de 1970, Ricardo Barbosa cumple su condena y nunca se volvió a saber se él.  
Así terminamos lo sabido, en boca de Jorge Avelar "El Trompelio", lo de vox populi y lo investigado cibernéticamente que por cierto existen infinidad de versiones a todas luces tomadas una de las otras. 

Fuente:
Investigación del historiador taurino D. Pedro Julio Jiménez Villaseñor
Septiembre de 2019