Los toros dan y quitan

CINCO FALLECIDOS EN LAS HUAMANTLADAS DE 1994 A 2003

CINCO FALLECIDOS EN LAS HUAMANTLADAS  DE  1994 A 2003

Solo para efectos ilustrativos
Pintura del matador de toros estadounidense John Fulton nacido en Filadelfia en 1932. Afincado en Sevilla. Amigo de Juan Belmonte, lidió muchas veces en México. Retirado se dedicó de lleno a la pintura siendo admirada su obra por el Papa Juan Pablo II, Ernest Hemingway, Peter O’toole, entre otros. Murió en Sevilla en 1998.

Dentro del estudio “Lesiones por embestida de toro de lidia en eventos civiles. Experiencia de 10 años (1994 a 2003) publicado en 2004 por el Dr. José Antonio Zamora Lomelí, y realizado con base en la historia de los casos clínicos de 223 pacientes atendidos en el Hospital General y en los Servicios Médicos de la Benemérita Cruz Roja de Huamantla, Tlaxcala, México, donde anota que hubo 5 fallecimientos en estas añosas fiestas de toros: 2 por traumatismo craneoencefálico severo, 1por lesión penetrante torácico-abdominal con estado de choque hipovolémico, 1 por peritonitis, y 1 por paquipleuritis, y de los cuales: 1 falleció en 1994, otro en  el año 2000, y 3 en el año de 2002.
Fuente:
http://www.medigraphic.com/pdfs/cirgen/cg-2004/cg042c.pdf

Cabe precisar, que en la presente cronología biográfica ilustrada de tragedias taurinas, tengo incluidas 3 muertes adicionales de corredores, con lo que serían al menos 8 los fallecidos durante las “Huamantladas”  de 1994 a 2010.

Si actualizamos la estadística de tragedias ocurridas en la Huamantlada con las 2 recientes ocurridas en 2012 y compendiadas a detalle en esta cronología, observaremos que ya se arribó a 10 fallecidos entre 1994 al 2012.

El portal en la Red de la agencia de información periodística pincel de la luz, publicó el 20 de agosto de 1915, una brillante editorial llamada "A sus 61 años la Huamantlada conserva su atractivo", donde cita que en 22 años se han registrado más de 300 heridos y seis muertes, esto es durante el período de 1993 a la fecha, por lo que resulta inexacto, porque yo llevo compendiados 10 de 1994 a la fecha, sin embargo, y no obstante lo anterior, aporta tres nuevos fallecidos que no tengo compilados y que elevaría a 13 las víctimas mortales. Ahí cita don José Hernández Castillo, cronista de la ciudad, y uno de los fundadores de este festejo: Bueno para mí, hay muchas que me traen gratos recuerdos pero hay otras que me traen tristes recuerdos, una de ellas en la que hubo el primer muerto en una Huamantlada. Fue un compañero de la Cruz Roja, fundador como nosotros de la Cruz Roja, Reynaldo Toledo Bretón, quien a la vez que fue socorrista, fundador de la Cruz Roja. Era el celador de la XEHT, entonces en un burladero que estaba muy cerca de la calle Matamoros sobre la calle Allende, a dos puertas de la esquina, él tenía, además de sus aparatos para transmitir a control remoto lo que estaba ocurriendo, transmitirlo a la XEHT. Tenía su camilla y su botiquín, porque era socorrista, entonces cuando Reynaldo Toledo ve que cae bajo de una camioneta un empleado de caminos, tenía un apodo curioso que no vale la pena mencionarlo. Resulta que por atravesarse a salvar aquella persona, el toro a cabezazos lo fue prensando contra el estribo de la camioneta, entonces trata de salvarlo, sacarlo, saco su camioneta del burladero, arrastro a la persona con mucho trabajo lo desprendió del estribo de la camioneta, y lo subió a su camilla. En ese momento por detrás de él estaba anunciado cuatro toros, y venia un quinto toro, que no estaba anunciado en ese encierro, y él fue el que lo embistió, lo aventó hacia el aire, cayó de cabeza y se desnucó. Entonces, en mi caso yo estaba en otro puesto de socorros, como comandante de otro grupo, y lo llevamos, bueno, lo subimos a la ambulancia, lo llevamos al seguro social de Puebla y ahí al poco tiempo de haberle dado atención medica falleció el buen Reynaldo Toledo Bretón. Es el primer muerto en una Huamantlada, y eso para todos los socorristas, para todos nosotros, que fuimos sus amigos de toda la vida, pues fue un golpe tremendo.

Pero bueno, hubo otra época, yo fui alcalde en mil novecientos ochenta y nueve a mil novecientos noventa y uno, y en noventa y uno me toco una de las peores tragedias que puede sufrir un evento como los que cada año se realizan. Porque principalmente en la carrera de carcachas tuvimos ahí, el primer día tuvimos seis personas que murieron por un carro que se le cayó la rueda izquierda, perdón la rueda derecha, y al momento en que cae el carro ya no tiene la rueda. Entonces se fue contra el público, y ahí mato a seis personas, y en la tarde se murieron otras tres, total que murieron catorce personas en ese evento de la carrera de carcachas, incluyendo a dos de la Huamantlada que murieron ocho días después, dos norteamericanos, uno era norteamericano, el otro no recuerdo si era canadiense. ¿Es que se pusieron en medio no? JHC.- Si, ya varias veces la policía lo había retirado, lo que pasa que en ocasiones el publico pues se pone a favor de la persona que llevan detenida sin saber la causa de porque lo llevan detenido. La policía lo había retirado y lo llevaron no en calidad de detenido, simplemente a retirarlo del riesgo, entonces lo retiran con su cámara, la cámara la dejo a guardar por ahí en la esquina de Juárez y Matamoros en alguna tienda. Cuando el público lo defiende, lo libera de la policía, el regresa, vuelve a colocar su cámara de aquel tiempo, muy antigua, con su tripie, y llega el toro y hace pedazos el tripié, la cámara y de paso se lo lleva a él. Entonces fueron dos personas, yo recuerdo que pues casi seis meses o cinco meses, yo estuve constantemente asistiendo a la embajada de Estados Unidos en México, para declarar como había estado aquello. Entonces no es suficiente que la autoridad municipal o el patronato de las ferias de cualquier época reparta volantes, donde se diga que no se hace responsable de las consecuencias que pueda tener. Yo considero que toda autoridad es responsable de todo lo que autoriza, en aquel tiempo si yo autorice que realizaran la Huamantlada, pues yo me sentí responsable, y yo atendí personalmente a mucha de aquella gente. Fueron catorce las personas fallecidas, fueron treinta y ocho los heridos a los que hubo que mandarlos con especialistas que les pusieron prótesis, lógico la deuda con los médicos era algo impagable. Pero contamos en ese tiempo, en mil novecientos noventa y uno, con un equipo médico que bien podría mencionarse y ponerle no una placa, sino un monumento, que fueron gentes que se solidarizaron con la autoridad municipal, y no cobraron al ver que ya no había con que pagarles. No cobraron nada como el doctor de Facios, el doctor Téllez, el doctor Lacayo, bueno, muchos médicos que nos apoyaron, entonces eso fue algo que no se le desea a nadie, ojala nunca vuelva a pasar.
Fuente:
http://pinceldeluzphotopress.com/inicio/?p=53813