Los toros dan y quitan

TRES MUERTOS EN BALACERA EN JARIPEO EN MÉXICO EN 2014

TRES MUERTOS EN BALACERA EN JARIPEO EN MÉXICO EN 2014

Dos de los abatidos en Buenos Aires, Lázaro Cárdenas, Michoacán, México.
Foto: 1aplana.mx

Tres personas encontraron la muerte en un enfrentamiento entre civiles armados registrado la madrugada del domingo 16 de noviembre de 2014, después de un baile jaripeo realizado en las canchas deportivas de la tenencia de Buenos Aires, perteneciente a la región de Lázaro Cárdenas, Michoacán, México. El evento concluyó poco después de las 01:00 horas, momentos en que se desató la balacera entre civiles fuertemente armados, por lo que decenas de personas corrían en distintas direcciones para ponerse a salvo de la lluvia de balas. Elementos de la Policía Militar, Ejército Mexicano y Policías Estatales resguardaron el lugar y realizaron un operativo por la zona, pero sin resultado, ello mientras que el agente en turno del Ministerio Público realizaba las actuaciones que marca la ley; hasta el momento las autoridades carecen de pistas para esclarecer los sangrientos hechos y las razones de la pendencia. Los fallecidos son los hermanos Felipe de Jesús y Salvador Huerta Magaña, de 20 y 22 años de edad, originarios y vecinos de la comunidad, ambos con domicilio en la calle Honduras de la colonia Respuesta Social, quienes fueron muertos de un disparo en la cabeza, cada uno; mientras que Néstor Coria Rodríguez (otros medios citan Ernesto Coria Valdovinos), de 30 años de edad, vecino de la calle San Martin Caballero, en la tenencia de Buenos Aires, resultó lesionado por un impacto de arma de fuego en el tórax, a la altura del corazón, presentándose su óbito en el trayecto al hospital. En el mismo enfrentamiento resultó lesionado por un impacto de arma de fuego un menor de edad, quien fue hospitalizado por sus familiares en una clínica particular, donde lo reportan grave. Lamentablemente las policías de la mayoría de los pueblos rurales en México, siguen sin revisar que los aficionados a los jaripeos entren a los recintos feriales sin portar armas; luego esto, aunado a una venta desmedida de bebidas alcohólicas, viene a ser el detonante de muchas desgracias. ¡Todos lo saben y todos lo ignoran!, sucede a cada rato y en todas partes, como si poco importara preservar la integridad de los espectadores y de las ancestrales fiestas, que con resultados tan lamentables, poco a poco van encontrando mayores obstáculos para su realización; agregue el hecho, que los organizadores de de estos jaripeos trashumantes han de dar disimulos o pagar impuestos a las autoridades y a los diversos cárteles delincuenciales para poder trabajar, entonces a los montadores de toros se les paga o se les premia con una baba de perico por arriesgar sus vidas montando semejantes bestias, sin contar con seguros de gastos médicos ni de vida, lo mismo la sufren los verdaderos aficionados al jaripeo, que han de ver el espectáculo con sus familias en constante zozobra, por las peleas y balaceras que seguido pasan, sin que nadie meta un dedo para detener tantas desgracias. El resultado histórico de esta atroz corruptela diseminada por todas las áreas camperas del país, es un altozano de muertos que resulta difícil de compilar, y más espinoso el esperar que atrapen a los matones. Aparte, y lo más triste, es que a nadie le interesa el recuento estadístico de los muertos, como si la humanidad no tuviere memoria, y menos esperar que las autoridades se dediquen a proporcionar una obligación básica, como lo es, la de brindar seguridad de sus habitantes. Ellos llegan siempre después de las balaceras, ya cuando están los muertos tendidos, cuando su presencia, como vergonzante parafernalia, solo sirva para justificar sus salarios y su existencia fallida, más no su eficacia.
Fuentes:
http://www.diarioabc.com.mx/index.php/es/seguridad/item/4901-balacera-en-baile-jaripeo-deja-3-muertos-y-un-menor-lesionado.html
http://www.orpnoticias.com.mx/nota.cfm?id=666299
http://paolarojas.com.mx/civiles-se-enfrentan-en-jaripeo-mueren-tres/
http://www.lopezdoriga.com/detalle/14552/nacional/estados/mueren-3-por-balacera-en-lazaro-cardenas
http://ignaciomartinez.com.mx/noticias/a_balazos_se_enfrentan_civiles_en_jaripeo_hay_tres_51281

Esta misma falta de previsión policiaca se presenta por desgracia también en las áreas rurales de otros países hermanos. Por ejemplo el portal informativo en la Red de Nicaragua: "La Nueva Radio Ya", publicó el 3 de noviembre de 2014, que una riña masiva en barrera de toros había dejado ocho personas heridas en Pueblo Nuevo, Estelí.- Con varios machetazos en el cuerpo, entre ellos uno en la cabeza, resultó Juan Ramón Centeno Briones, quien se encuentra con pronósticos reservados, en el Hospital San Juan de Dios, de la ciudad de Estelí. Centeno Briones sufrió las graves lesiones al verse involucrado en una batalla campal que se armó en la plaza de toros en Pueblo Nuevo, Estelí, donde se celebran las fiestas patronales. Las autoridades indicaron que a causa de la trifulca, en el lugar también resultaron heridas de machetes otras 7 personas que fueron atendidos en el centro de salud de Pueblo Nuevo.
Fuente:
http://nuevaya.com.ni/rina-masiva-en-barrera-de-toros-deja-ocho-personas-heridas-en-pueblo-nuevo-esteli/

Una voz que clama en esta cloaca:

El sábado 29 de noviembre de 2014, la agencia NOTIMEX informó, que una asambleísta capitalina había pedido regularizar los jaripeos que se realizan en el Distrito Federal (México).- Pese a generar importantes ingresos fiscales, los espectáculos públicos se encuentran al margen de la ley, por lo que es necesario la regularización de los jaripeos en la Ciudad de México, aseguró la diputada priísta, Karla Valeria Gómez Blancas. En un punto de acuerdo presentado al pleno de la Asamblea Legislativa, consideró prioritaria la conservación y fomento de las tradiciones y cultura de los pueblos y comunidades indígenas del Distrito Federal. En un comunicado, destacó que el artículo 134 del Código Fiscal del DF establece la obligación del pago del Impuesto sobre Espectáculos Públicos, a las personas físicas o morales que obtengan ingresos por los carnavales, conciertos, bailes y jaripeos, así como otros espectáculos culturales de la ciudad de México.

Sin embargo, afirmó que no existe reporte o información en la Cuenta Pública 2013, sobre los ingresos obtenidos por el cobro de derechos por la realización de estas actividades, así como de los impuestos causados a cargo de los titulares de los espectáculos públicos tradicionales. "Este hecho, resulta contradictorio con lo previsto en la Ley de Ingresos del Distrito Federal para el Ejercicio Fiscal 2013, puesto que se previó un monto de 132 millones 934 mil 243 pesos con motivo del cobro de impuestos sobre espectáculos públicos. De igual forma, dijo, se estimaron 128 millones 398 mil 905 pesos por concepto de otros derechos, tras lamentar la falta de transparencia sobre esta actividad financiera. Llamó a la Secretaría de Finanzas a entregar un informe sobre la recaudación del Impuesto sobre Espectáculos Públicos en las delegaciones Álvaro Obregón, Cuajimalpa, Iztapalapa, Gustavo A. Madero, Magdalena Contreras, Tlalpan, Xochimilco, Tláhuac y Milpa Alta. La priista pidió a los jefes delegacionales detallar los recursos percibidos por el otorgamiento de permisos o avisos para la celebración de ferias, carnavales, conciertos, bailes, jaripeos, y otros espectáculos tradicionales o culturales.

Exhortó también a las autoridades de la Secretaría del Trabajo a informar sobre las acciones efectuadas a favor de los trabajadores de esas festividades. Entre estas indemnizaciones correspondientes por riesgo y enfermedades de trabajo, la ministración de instrumentos y materiales necesarios para la ejecución de su labor, así como seguridad social y de salud.

"En estas manifestaciones culturales intervienen un sin número de jinetes, corneristas y payasos, pero se encuentran al margen de la ley, al no ser respetados sus derechos laborales por parte de las personas que los contratan", sostuvo.

Fuentes:
http://www.oem.com.mx/elsoldelcentro/notas/n3624326.htm#sthash.QqC1t081.dpuf

Este desorden fiscal y laboral denunciado a medias por la ensoñadora diputada priísta, no es privativo del Distrito Federal, sino que se da en todos los estados de la República Mexicana, donde las propias autoridades municipales solapan y alientan a estos organizadores itinerantes para que pervivan fuera de la ley, pero eso sí, "pagándoles un porcentaje sobre los ingresos brutos", que en el mejor de los casos enteran a los ayuntamientos "ya rasurados", y a veces, hasta sacándoles o consintiendo que paguen otro "cochupo" para que reciban la "protección y bendición" el cartel dominante en esa plaza; así les permiten el operar ilícitamente en lo fiscal y laboral sin arriesgar su pellejo; de ahí que entre otras cosas indebidas, no se revise que la gente asista armada a los recintos, y se les permita una venta desmedida de alcohol y, aparte, que se corran apuestas y monten espectáculos previos de diversa índole. Lo que quieren esta partida de organizadores, autoridades corruptas, y cárteles delincuenciales, son más ingresos brutos a repartir entre ellos, sin importar que a los jinetes y a los espectadores que se los cargue el Diablo.

Por supuesto que ninguna autoridad del trabajo ni de protección civil hace acto de presencia en estos jaripeos, donde los organizadores expolian a los montadores de toros por unos cuantos pesos, exponiéndolos a correr graves riesgos (incluso la pérdida de la vida), al no proporcionarles ni exigir que porten avíos de protección para pecho y cabeza, ni el contar con seguros de gastos médicos mayores ni de vida para proteger a sus familias en caso de lesiones y muertes, y lo mismo pasa con los espectadores, que seguido matan, en las balaceras que ahí suceden, sin encontrar jamás a los culpables y sin responsabilizarse de ayudar en lo económico a los deudos de los fallecidos, que tienen que sufragar los gastos hospitalarios y funerales.

Y es que en estos dislocados jaripeos también se desatan las más bajas pasiones al influjo del alcohol y de las armas, tal como lo ilustra el portal coahuilense en Internet "Síntesis", quien publicó el 30 de noviembre de 2014, desde Nava, Coahuila, México, que un hombre había dado muerte a una mujer en un jaripeo, cegado por los celos.

Raúl García Viesca, de 53 años de edad, domiciliado en el ejido de Los Álamos, en el municipio de Morelos, Coahuila, México, y quien trabaja desde hace 7 años como mayordomo del "Rancho La Terquedad", del municipio de Morelos, mató a navajazos a su ex pareja de nombre Carmela Cruz Lara, de 34 años de edad, residente de la ciudad de Zaragoza, Coahuila, en hechos suscitados durante la realización de un jaripeo en este municipio.

Pasó que andando en estado etílico don Raúl, porque convivieron antes en el desarrollo de una cabalgata, se le ocurre cándidamente a doña Carmela darle unos "picones" al aludido, diciéndole "que tenía otros hombres, y que estos le llamaban a su celular"; luego al ingresar a los sanitarios del jaripeo le dice para colmo de agravios la mancornadora, "que se iría con otro hombre", por lo que su ex pareja no soportó el celo y el desprecio, sacando su arma blanca y dándole por lo menos 7 piquetes entre el tórax y la cintura, suficientes para matarla. Estos hechos sangrientos ocurrieron el domingo 30 de noviembre de 2014, a las 19:30 horas. La policía detuvo al agresor en el sitio, mientras que la víctima fue trasladada a la Unidad de Medicina Familiar del IMSS de esta ciudad, donde minutos después, perdió la vida.
Fuente:
http://www.sintesis5manantiales.com/index.php/nava/2356-la-mata-a-navajazos-cegado-por-los-celos

No contentos con el peligroso espectáculo de monta de toros que ahí presentan, donde la mayoría de las veces los jinetes no usan cascos ni chalecos kevlar para protegerse de golpes fatales, también los verás emprender en el preludio del evento, competencias de box entre los espectadores, a tres rounds de 2 minutos, o a la primer caída que se presente por golpe efectivo, usando guantes, pero sin lona acolchada en el coso, ni encordado que delimite, donde sin revisar muy bien el peso de los contendientes, y sin practicarles exámenes médicos, se dan tremendas golpizas; o si no, organizan montas de vaquillas para las damitas del pueblo, y otra bola de mojigangas y ocurrencias desastrosas. La intención es abarrotar el recinto y expender bebidas alcohólicas para que les quede dinero a los organizadores "después del reparto". Ya que terminan, se van con su circo a otra parte, dejando en los pueblos solo desgracias que lamentar.

El jaripeo es un remoto espectáculo con bien ganados salpiques de tradición y folclor, insustituible en las celebraciones religiosas de las comunidades rurales. Ahí donde poco sucede en todo el año es donde encuentra su mayor afición y arraigo; lamentablemente ni se organizan como debieran, ni se reglamentan en lo fiscal ni en lo laboral, mucho menos en lo relativo a proporcionar seguridad a los jinetes ni a los espectadores; por el contrario, tal como sucede en los encierros españoles, o en las sueltas de toros en Portugal, la afición sigue a los toros más iracundos, para ver a quien matan, o en el mejor de los casos para aplaudir a los mejores jinetes, que ya muertos convierten en ídolos a recordar en cantinelas; luego los pleitos y muertes que seguido suceden por quítame estas pajas en estos recintos portátiles, se comentan todo el año, como una epopeya sombría a contar en estos torcidos pueblos de Dios, donde el misticismo religioso de la Fiesta Patronal es usado y relajado para organizar espectáculos de naturaleza diversa, donde poco se observa un comportamiento cristiano, sino que en contrario, la moral se relaja y los vicios afloran al abrigaño de párrocos y alcaldes materialistas.

¿Me pregunto que si año con año suceden muertes y dispersión de vicios en estas Fiestas Patronales, el Santo o las Vírgenes de quien se trate, estarían de acuerdo en que se les festeje?, ¡seguro que no querrían!, sin embargo somos entes sociales de carne y hueso, y el ancestral jubileo no debe faltar, como tampoco los jaripeos, los juegos mecánicos y pirotécnicos, la procesión del Patrono y sus misas; toda una conjunción de actos de devoción y pecado, en unos días francamente inolvidables, donde las prohibiciones ordinarias no tienen cabida, sino el goce y el perdón para estos ángeles caídos en el vicio recurrente de participar en unas galas éticamente dudosas. Al pueblo, pan y circo, que ya habrá tiempo después para afligirse.