Los toros dan y quitan

LUIS RAMÍREZ GARCÍA "LA ESPUELITA" 1980 - 2014

LUIS RAMÍREZ GARCÍA

Solo para efectos ilustrativos
Momentos en que sacaban los cuerpos del pozo

Jacobo Robles y Luis Fernando Pacheco del diario El Imparcial de Oaxaca México informaron el jueves 29 de mayo de 2014, que dos hombres que habían ido por una bomba olvidada en un pozo de agua, habían hallado la muerte ahogándose. Uno de ellos resbaló, mientras que el otro, un conocido lazador de toros y caballos trató de rescatarlo; los hechos ocurrieron en Santa Ana Zegache, Ocotlán, Oaxaca, México.- Luego de tratar de desmontar una bomba que se encontraba en un pozo de más de 20 metros de profundidad, dos hombres se ahogaron. Por ello socorristas de la zona y bomberos realizaron labores de rescate por más de una hora en un lodoso terreno de sembradío de esta comunidad.

Todo comenzó cuando Apolonio Cruz Martínez, de 38 años de edad, se encontraba en su vivienda, ubicada en calle Independencia, número 7 de San Isidro Zegache. Debido a que había llovido durante toda la tarde y noche del martes 27, así como madrugada del miércoles, Apolonio Cruz se mostró preocupado debido a que en su terreno, situado entre los parajes El Horno y El Monte, había dejado montada una bomba, la cual utilizaba para sacar el agua de su pozo. La ansiedad de Apolonio era porque en el pueblo una banda de ladrones se ha dedicado a robar tanto bombas utilizadas para el riego, como varias herramientas ocupadas para la siembra y cosecha. Cuando paró de llover Apolonio se apresuró con varias cosas pendientes que tenía que hacer y salió de su casa; enseguida le dijo a sus familiares que iría al sembradío. Su amigo Luis Ramírez García, de 34 años, un lazador de toros y caballos, mejor conocido en los jaripeos como ‘La Espuelita’, decidió acompañarlo.

Ya era tarde, ambos amigos caminaron sobre un camino de terracería y sortearon los lodazales que los cubrían casi hasta las rodillas. Al llegar al terreno quitaron la tapa del pozo y se asomaron al fondo. Ya eran las 16:30 horas y Apolonio decidió meterse y escalar sobre el primer anillo, ahí se paró, en la comisura. Sin embargo, por lo que había llovido, parte del cemento estaba mojado, lo que provocó que resbalara y cayera. Apolonio quedó aturdido en la profundidad, cuando pudo comenzó a gritar para que lo ayudaran. Luis Ramírez García, como pudo, también se metió, quería rescatar a su amigo, pero todo fue en vano ya que ambos se ahogaron. Campesinos que habían escuchado los gritos de inmediato se acercaron, por lo que al asomarse vieron que dos cuerpos flotaban.

Eran las 17:00 horas cuando los campesinos avisaron a las autoridades del pueblo, las cuales a bordo de patrullas arribaron al sitio indicado. Asimismo se apersonaron elementos de la Policía Estatal, quienes luego de caminar entre profundas charcas y lodazales arribaron al sitio. La gente vecina de la comunidad también comenzó arremolinarse. Enseguida Paramédicos de Comisión Nacional de Emergencia (CNE) delegación Ocotlán y Heroico Cuerpo de Bomberos de la Subestación Sur de la capital del estado fueron movilizados. Durante más de una hora los socorristas realizaron labores de rescate. Uno a uno, los cuerpos fueron llevados a la superficie y posados a un costado del pozo. Mientras, elementos de la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI) fueron ayudados por campesinos y subieron a una carreta, debido a los encharcamientos, para así pasar por el sinuoso camino y llegar a donde estaban los cadáveres.

Por su parte, el agente del Ministerio Público adscrito a Ocotlán de Morelos realizó la inspección ocular, en tanto arribaban peritos del Instituto de Servicios Periciales dependiente de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE). Fue un solo perito el que entró al sitio, pues los demás no quisieron ensuciarse los zapatos. Mientras, familiares de los occisos solicitaban al fiscal que les dispensaran de la autopsia; sin embargo les indicó que no podía, que la única persona que podía dar esa orden era el procurador de Justicia. Eran las 20:00 horas cuando la autoridad ministerial ordenó el levantamiento y traslado de los cuerpos a la morgue del panteón de Ocotlán de Morelos.

Fue así como los cadáveres fueron subidos a una camioneta; sin embargo, cuando el representante social, paramédicos y agentes estatales de investigaciones se dirigían a la cabecera municipal, notaron que en la entrada a San Isidro Zegache la gente ya había bloqueado la carretera. Exigían que los cuerpos no fueran llevados y que además no les realizaran la necropsia de ley. Algunas personas estaban enardecidas y amenazaban con agredir a las autoridades, unos gritaban que los apedrearían. Fue por ello que los agentes estatales de investigaciones, así como el agente del Ministerio Público, descendieron de las unidades y entablaron diálogo con los enardecidos pobladores. Sin pedir permiso, varios hombres cargaron los cadáveres y los metieron a una ambulancia del pueblo. Finalmente los ánimos se calmaron y el representante social ordenó que los cuerpos fueran llevados al panteón de San Isidro Zegache para que ahí se realizara la autopsia. Cerca de las 21:00 horas un perito médico forense realizaba las autopsias para descartar que ambos hubiesen sido asesinados; así como un perito químico tomaba muestras de sangre para determinar si los occisos habían ingerido bebidas embriagantes al momento del accidente. De los hechos el representante social inició la averiguación previa al respecto por el delito de homicidio. Al cierre de la edición, familiares realizaban la identificación legal de los cuerpos y así poder brindarles cristiana sepultura.
Fuente:
http://imparcialenlinea.com/portal/?mod=nota&id=39075&cat=policiaca