Los toros dan y quitan

LOS ESPECTADORES MUERTOS EN MÉXICO EN 1611

LOS  ESPECTADORES MUERTOS EN MÉXICO EN 1611

Fray Juan García Guerra (1547, Palencia – 1612, México)
Arzobispo de México y 12 avo Virrey de la Nueva España

Cita el cronista Jermán Argueta en su obra "Crónicas y Leyendas Mexicanas" de Editorial Lectorum (páginas 33-35), en la biografía sucinta que refiere del Arzobispo de la Nueva España, don Juan García Guerra (dominico español, que ocupó el cargo de Arzobispo de México, desde 1608 hasta 1612, y que en el año de 1611 asumió el cargo de 12 avo Virrey de la Nueva España. Durante su corto mandato procuró mejorar la situación de los indígenas. Murió al poco de sufrir un accidente, a resultas de las heridas y susto que se llevó al intentar bajarse de un carruaje tirado por mulas que se habían desbocado y amenazaban con volcar el carromato, atorándosele el pie en el estribo, cayendo al suelo en forma infortunada), que siendo Virrey de la Nueva España en 1611, era tal y tanta su afición por la fiesta brava, que pasando por alto las prohibiciones papales y otras del Cabildo y del Ayuntamiento ordenó construir un coso taurino dentro del palacio virreinal. Las corridas se celebraban todos los viernes, y la fiesta brava volvió a ser la fiesta. Fiesta de unos cuantos invitados de Fray García Guerra. Pero no puede ir todo con viento a favor. Un viernes, la corrida se aplazó por un temblor que cimbró a la Ciudad de México. Algunos clérigos dijeron que había sido un mensaje divino, pero el prelado no se inmutó. La semana siguiente, apenas corría el primer toro ante la algarabía de los presentes, cuando de nueva cuenta tembló la tierra. Los gritos de pánico se escucharon cuando la gradería se desplomó. "La albardilla de piedra del balcón en que estaba sentado el Arzobispo se agrietó de pronto, y una porción cayó pasando muy cerca de él y matando a varios espectadores que estaban debajo".