Los toros dan y quitan

LAS VÍCTIMAS DE LOS TOROS BRAVOS DE LA REINA LUPA (Año 42 D.C.)

LAS VÍCTIMAS DE LOS TOROS BRAVOS DE LA REINA LUPA  (Año 42 D.C.)

Los discípulos de Santiago Apóstol se dirigieron con sus restos al palacio de la Reina Lupa con intención de solicitar un lugar donde sepultar a su maestro, luego de que fuera degollado por Herodes en Palestina.

El nacimiento de Santiago de Compostela como lugar donde enterrar el cuerpo de Santiago Apóstol se debe a la inspiración divina de dos bravos toros. La descripción de la noticia de se debe a León Rosmithal: Los discípulos de Santiago fueron al Alcázar de la reina Lupa, en Padrón, para suplicar que les diera algunos bueyes o mulas para conducir el cuerpo del santo al lugar que la estrella había señalado. Pero aquella inhumana reina tan cruel, principalmente con todos los cristianos, tenía un dragón fiero y sanguinario, al cual echaba aquellos que quería matar y al punto los destrozaba; también tenía dos toros ferocísimos a los cuales arrojaba aquellos cuya muerte resolvía, y los toros mataban al punto a os que cogían, de suerte que nadie osaban a cercarse a ellos. La reina mandó primero que echasen los discípulos de Santiago al dragón; y al encontrarse con que el dragón que había de devorarlos, no sólo no les hizo ningún daño, sino lo que es maravilla, parecía que os veneraba, mandó que arrojasen os discípulos a los toros, a los que nadie osaba acercarse; pero en cuento los vieron se llenaron de terror y los que esto presenciaron fueron a relatárselo a la reina, la cual, conmovida y aterrada, con tales milagros, se convirtió a la fe de Cristo con todos los suyos, mandando que se dieran a los discípulos aquellos toros, con los cuales condujeron el cuerpo de Santiago al lugar donde la estrella quedó inmóvil y los toros se araron por su voluntad; y allí colocaron su cuerpo, y en este sitio está hoy su sepulcro.
Fuente:
http://www.elartetaurino.com/milagros%20taurinos.html

Otra versión de la leyenda de Santiago Apóstol publicada por don Fernando Alonso Conchouso en la página de Internet "cristobal-colon.com": refiere que: Santiago había estado en Hispania predicando las enseñanzas de Jesucristo, pero al volver a Palestina en el año 42 fue decapitado por Herodes, sus discípulos recogieron el cuerpo y la cabeza del Apóstol y en el puerto de Jaffa (Jope) subieron en un barco que comerciaba con piedra con la parte costera de Gallaecia (Galicia) y el cuerpo del Apóstol fue llevado a tierras gallegas, pasando a la altura de Bouzas el príncipe Lobecio Privano (hijo de la Reina Lupa y de Lobo Lobecio) celebraba sus bodas con Caya Valeria (hija de Caya Lobia y de Puctonio Marcelo), el príncipe cuando estaba participando en un torneo caballeresco que era parte de la fiesta, tuvo la desgracia de caerse al mar hundiéndose precipitadamente, el Apóstol intervino haciendo que su cuerpo flotara, más tarde ya de noche la embarcación que llevaba el cuerpo del Apóstol se adentra por la ría de Noela (Noia) deteniéndose en Iria Flavia junto a una piedra de venerar de la Iglesia de San Jacobo, allí depositan el cuerpo encima de otra piedra que milagrosamente se funde cogiendo la forma de un sarcófago, los discípulos Teodoro y Atanasio dejan el cuerpo y se disponen a encontrar un lugar más adecuado para la sepultura definitiva. Iria Flavia estaba dentro de los dominios de la Reina Lupa (Atia Moeta), esta acrópolis era llamada en la leyenda Castro Lupario, lo que hoy en día conocemos por Padrón. Los discípulos se dirigieron al palacio de la Reina Lupa con intención de solicitar un lugar donde sepultar a su maestro, la Reina desconcertada los envió a Dvgivm en Cabo Neiro (Duio-Fisterra) lugar donde vivía el sumo sacerdote del Ara Solis, llamado Regulus, quien desconfiando de los intrusos los mandó apresar. Estando Teodoro y Atanasio en su celda, unas luces aparecieron durante la noche formando una puerta invisible en el muro y por donde escaparon, siendo de inmediato perseguidos, pero los soldados no pudieron atravesar un puente en el río Támara (Tambre) que inmediatamente después de ser cruzado por los prófugos, se derrumbó impidiendo el paso de los perseguidores. Mientras tanto, la reina había ordenado nada más partir los extraños, traer los restos del Apóstol a su presencia, pero cuando los soldados se dispusieron a sustraer el cadáver del féretro de piedra, el cuerpo se elevó hasta la cima del Pico Sacro. Teodoro y Atanasio, ya de vuelta se dirigieron de nuevo ante la presencia de la Reina para solicitarle una carreta y una pareja de bueyes con los que trasladar los restos del maestro a una sepultura, la Reina quiso engañarlos y los envió al monte Ilianvs donde aseguraba que en sus laderas había bueyes mansos, los discípulos se encontraron bueyes pero eran salvajes, además de un Dragón, las bestias los atacaron pero Teodoro y Atanasio consiguieron vencerlos por medio del amansamiento provocado por los rezos haciendo repetidas veces el signo de la cruz. La Reina Lupa quedó impresionada por los acontecimientos al ver como los discípulos salían una y otra vez de los peligros, como sus soldados le habían contado la elevación de los restos del Apóstol y que su hijo había sido salvado milagrosamente de ser ahogado al paso del barco del Apóstol, decidió entonces, convertirse al cristianismo y siendo bautizada allí mismo, ofreció su palacio como mausoleo para San Jacobo. Los discípulos prefirieron que la Divina Providencia decidiera el lugar de sepultura, por lo que, rechazando el ofrecimiento de la Reina, subieron el cuerpo recogido de la cima del Pico Sacro a la carreta, y los bueyes fueron llevando el cadáver sin guía terrenal, en un momento del camino los bueyes escarbaron con sus pezuñas en la tierra y de ella brotó agua, formándose la fuente del Franco, luego prosiguieron su camino deteniéndose en un campo denominado Arcis Marmoricis, en el bosque de Liberdvnvm (Libredón), en el se encontraba una construcción romana que la Reina Lupa había mandado construir para su nieta de dieciséis años , Viria Moeta, y para el suyo propio, aún así, la Reina Lupa donó el lugar para sepelio del Apóstol, sobre cuyo sepulcro se edificó después la Iglesia Basílica de San Jacobo (Santiago) y en sus alrededores se formó la urbe de Santiago de Compostela. Según la tradición, la Reina Lupa era Claudia Lupa, hija de Don Cayo Julio Cesar (Dictador de Roma) y de Doña Cornelio Cinna (Princesa de Cornelia), y cuando su padre pasó triunfante a Roma, la dejó en Galicia, donde se desposó con Lobo Lobecio, señor de Castro Lupario, a quien el Emperador Augusto hizo régulo. El hijo de este matrimonio se llamó Lobecio Privano. El Pico Sacro mide unos 600 metros de alto, se encuentra en el Valle del Ulla y se puede divisar desde unos 30 kilómetros a la redonda, está rodeado de leyendas e historias populares, entre todas ellas sobresale la historia de la reina Lupa (loba) y Sant-Iago (Santiago). ¿Qué tiene de cierto esta leyenda? Las leyendas son siempre recogidas por gentes que bien las han vivido, o bien, se las han contado, en ocasiones son fantasías y otros casos son verídicas, años más tarde consiguen llegar a nuestros días permitiéndonos tener indicios de hechos históricos que de otra manera permanecerían perdidos y olvidados para siempre. Recientemente un comerciante americano, Enrique Schleimann, siguiendo las indicaciones de la Iliada de Homero decide excavar un monte Turco y descubre los restos de Troya en la colina Hissarlik, dejando al mundo científico abrumado, este aficionado les demostró que la ciudad de Troya no era mito. Sobre el Apóstol se dice que vino en un barco de piedra, sin embargo, está documentado el comercio de la piedra ente Egipto y Galicia en tiempos de Jesucristo, y a esos barcos les llamaban barcos de la piedra, es fácil entender como de generación en generación se fue transformando el barco de la piedra en un barco de piedra.
Fuente:
http://www.cristobal-colon.com/2010/08/la-leyenda-de-santiago-apostol-y-la-reina-lupa/