Los toros dan y quitan

CINCO AFICIONADOS MUEREN EN TONALÁ CHIAPAS EN 1984

CINCO AFICIONADOS MUEREN EN TONALÁ CHIAPAS EN 1984

Solo para efectos ilustrativos
Vista panorámica de la zona centro de Tonalá, estado de Chiapas, en México
http://www.mexicoenfotos.com/usuarios/?accion=11&user=franselick&pagina=5&clave=MX12870189931102

El Picador mexicano en retiro Luis Muñoz (Chito), refiere en una editorial de Miguel Ángel García que publicó el capitalino diario ESTO el 8 de septiembre de 2004, y que me envía de su hemeroteca el historiador Rafael Gómez Lozano (Dientefino), que en una ocasión que picó en una corrida celebrada en Tonalá Chiapas, por poco pierde la vida: "Ese día se cayó la plaza de toros y hubo muchos muertos. Yo resulte con fractura de fémur, se me zafó la cadera y la pelvis. Me acuerdo que me cargaron hasta donde estaba el montón de muertos, pensaban que yo no tenía vida". En sus cincuenta años como picador, "Chito" presume que los toros siempre lo respetaron, no sabe si por suerte o habilidoso. "Lo que me vino a arruinar fue la caída de la plaza".

El madrileño diario ABC del 31 de diciembre de 1984, publica una nota editorial proveniente de México, de la pluma de Ricardo Colin de título: Indignación por la detención de los toreros de la plaza hundida. Lomelín y Roberto Miguel no tuvieron culpa alguna.- El trágico suceso del derrumbe de una plaza portátil, acaecido el pasado domingo en Tonalá, en el sureste mexicano, ocupó en forma preferente la atención de los aficionados a lo largo de esta semana. Causó, primero, doloroso impacto por su dramático saldo de muertos y heridos, y, después, indignación por la actitud de las autoridades de esa población, que detuvieron a los matadores Antonio Lomelín y Roberto Miguel, así como a sus cuadrillas. La lógica más elemental sugiere que ellos no tuvieron culpa alguna y si, en cambio, corresponde gran parte de ella a las mismas autoridades que autorizaron la celebración de la corrida sin ordenar que se hiciera la prueba de resistencia de una plaza desmontable. Ante el aluvión de críticas los toreros fueron liberados, después de explicar que la autoritaria detención se llevó a cabo tan solo para que declarasen cuanto supieran sobre el origen de la tragedia. Entre que si eran manzanas o peras, los lidiadores pasaron una noche infernal en una Comisaría y hasta el día siguiente no pudieron viajar hacia esta capital, entre ellos el picador Luis Muñoz (Chito) , que sufrió en el derrumbe grave fractura en su pierna izquierda.

El mismo cronista Rafael Gómez Lozano (Dientefino), tuvo a bien enviarme, posteriormente, un recorte extraído de la hemeroteca del diario ABC de Madrid y publicado el miércoles 26 de diciembre de 1984, donde cita: CINCO MUERTOS AL HUNDIRSE EN MÉXICO OTRA PLAZA DE TOROS (México-Efe).- Al menos cinco muertos y cien heridos, de ellos veintitrés de gravedad, ocasionó el domingo el derrumbe de una plaza de toros en la ciudad mexicana de Tonalá. La tragedia se registró cuando el público comenzó a golpear la estructura de la plaza portátil, con capacidad para 2,500 aficionados, pero que, al parecer, albergaba en esos momentos a 5,000 personas, en protesta por la lidia que Antonio Lomelín estaba dando a su primer enemigo. Ernesto San Román, "El Queretano", empresario de la plaza, se dio a la fuga tras la tragedia y los diestros que alternaban en la corrida, Antonio Lomelín y Roberto Miguel, así como los miembros de sus cuadrillas, fueron detenidos por las autoridades.