Los toros dan y quitan

RAMÓN SEPÚLVEDA RUBIO (1960 - 2007)

RAMÓN SEPÚLVEDA RUBIO

Instante en que el cornúpeta embiste la frágil talanquera y la derriba

Foto Propiedad de 20 min. TV España

Ramón Sepúlveda Rubio fue un desventurado espectador víctima de las ineficaces autoridades de Campo Real, que falleció el 17 de septiembre de 2007,  en el encierro-capea celebrado en esa localidad  con motivo de las fiestas patronales, cuando un toro se salió del recorrido oficial y lo empitonó falleciendo en el acto. Los hechos ocurrieron a primera hora de la mañana en la zona próxima a la salida de las reses, cuando uno de los astados levantó de un tirón una de las frágiles vallas metálicas protectoras (que no tenían sujeción alguna), y entrando entonces a un espacio encajonado donde había muchos espectadores, arremetió con furia contra d. Ramón,  hasta que llegaron muy tardíos en su auxilio los mozos de la Protección Civil. Según relato de testigos presenciales, el toro se ensaña con el fallecido, debido a la falta de rapidez en la actuación de los pastores que controlan el encierro. También refieren, que el día anterior a la tragedia, algunos participantes habían alertado al Ayuntamiento sobre la inestabilidad de las vallas protectoras en varios puntos del trayecto, y la excesiva duración del festejo, cercano a las dos horas. Cínicamente el informe elaborado por la Guardia Civil tras el lamentable suceso, dictaminó (como es costumbre de todos los poblados, cuando hay difuntos), que los vallados que protegían la entrada a las bocacalles, en el recorrido de los encierros, cumplían con todas las normas de seguridad exigidas en materia taurina, y que "el lamentable resultado del accidente, sólo se debió a una desgraciada concatenación de infortunios", señaló el Ayuntamiento del Municipio, redimiéndose de culpas, como si esto levantara al fallecido. Después le mandaron flores, oyeron misas, dieron pésames, alabaron la entereza del difunto, lo enterraron, desmontaron la evidencia, y se repartieron las ganancias.