Los toros dan y quitan

JOSÉ LÓPEZ VICENTE "IGUIÑO" (1893 - 1934)

JOSÉ LÓPEZ VICENTE "IGUIÑO"

Novillero que fue cogido por un novillo el 10 de junio de 1934 y fue muerto el día 14 siguiente a resultas de sus heridas. Para mayor abundamiento sobre su vida, expongo aquí la crónica de d. Juan José Zaldívar Ortega,  quien refiere que << José López Vicente (Iguiño), matador de novillos y banderillero, nació en Almería el 23 de marzo de 1893, falleció en 1934, a los 41 años de edad. Aquel día 10 de junio de 1934,  fue a torear como banderillero en la Plaza de Toros de Almería. Toreaban esta novillada Manuel Fuentes Bejarano, “Niño de la Alambra”  y “Piqueras”. El ganado era de Hernández. De primero cogió a nuestro biografiado al clavar de segundo par de banderillas, infiriéndole una gravísima herida, que, agravada aún más con una complicación cardiaca, le produjo la muerte en la madrugada del día 11. En calidad de banderillero, comenzó a trabajar en 1912 en una cuadrilla de niños almerienses. Su labor resultaba muy lucida, tanto con de capote como con las banderillas, que manejaba con gran desenvoltura. Más tarde se decidió a tomar de estoque, y trabajó como matador. Alternó el 24 de agosto de 1919 con los novilleros Luis Muñoz y Saulo Ballesteros, lidiando ganado de don Manuel Santos. En el quinto novillo, Luis Muñoz sufrió una cornada en el vientre, a consecuencia de la cual falleció el 9 de septiembre de 1919. El 21de septiembre de 1919, toreando en la Plaza de Toros de Zaragoza, sufrió una grave cornada en la región anal de 16 centímetros de profundidad. El 26 de agosto de 1922 se celebró una charloteada nocturna en Madrid, y José López (Iguiño) estoqueó un novillo de Moreno Santamaría después de rejonearlo “Barajas”. Después de una faena de muleta mediocre, tumbó a la res de una buena estocada y un descabello. Al día siguiente toreó en la plaza de Tetuán de las Victorias y estuvo bien. Toreó  bastante, sin duda al amparo de este éxito y de otros obtenidos en la Plaza de Toros madrileña de Vista-Alegre (Carabanchel Bajo), en esta misma temporada y en la siguiente de 1923, Tenla de prurito de destacarse como matador,  y, efectivamente, mató algunos novillos muy bien, con valor y con bastante buen estilo. Pero esto no era lo suficiente para llegar al puesto que él anhelaba. Estaban en contra suya la edad, demasiado madura para  principiante; su tipo, demasiado fuerte y obeso y alto, y su falta de agilidad y soltura en los movimientos y poca alegría en su semblante. Por todo ello, a pesar de su esfuerzo, no logró situarse. Para sostener su casa hubo de volver a las banderillas y de capote, y aun ayudarse con algunas actividades extrañas a la profesión, aunque taurinas varias de ellas. Habla sido nombrado gerente de la Plaza de Toros de Orán, e iba a marchar para tomar posesión de este destino cuando se le ocurrió torear y ahí fue cogido de muerte. Reflejado queda en esta breve biografía que realmente su vida taurómaca carece de toda importancia; pero José López (Iguiño) gozó de muchas simpatías, porque fue un hombre bueno, deseoso siempre del bienestar de los suyos y con una cultura muy superior a la general del medio en que vivía."

 

El erudito taurino, don Juan José de Bonifaz Ybarra, refiere en su obra, “Víctimas de la Fiesta”, que << en uno de los últimos festejos en que iba a participar –acababa de ser nombrado gerente de la plaza de toros de Orán (Argelia)-, el que se celebró en su natal Almería el 10 de junio de 1934, fue doblemente herido, en la ingle y en el bajo vientre, José López Vicente (Iguiño), que en los comienzos de su carrera taurina había actuado como novillero. El astado causante de la tragedia  estaba marcado con el hierro de Esteban Hernández y el desenlace se registró  el día 17 del propio mes de junio de 1934 en una clínica almeriense. "