ENRIQUE ORTEGA "EL CUCO " (XXXX - 1926)

Enrique Ortega (el Cuco), banderillero en la cuadrilla de su primo y hermano político “Joselito”, se degolló con una navaja barbera el 21 de octubre de 1926, en Sevilla, en casa de una hermana suya que vivía en la calle Feria. (Fuente: Diario ABC de Sevilla del 22 de noviembre de 1977 en una editorial “Los Toreros y el suicidio”)
Tuvo una hija gloriosa de nombre Gabriela Ortega Gómez (1915-1995), gran declamadora de la poesía flamenca de España y desterrada durante el Franquismo. Sus demás hijos también fueron admirados lidiadores, Rafael Ortega, Gallito y José Ortega, Gallito Chico, que tras sufrir una gravísima cogida, decidió seguir de banderillero. Fue cuñado del torero que inmortalizara Federico García Lorca en su lamento, Ignacio Sánchez-Mejías, casado con Dolores Gómez, hermana de su esposa Gabriela Gómez.
Por su parte, el historiógrafo taurino contemporáneo, don Antonio Román Romero, cita en su acreditado Blog en Internet: "De Hombres, Toros y Caballos", que Enrique Ortega Fernández, "Cuco", por nombre artístico y banderillero de gran elegancia, destacado en las cuadrillas de sus primos hermanos Rafael y José, "Los Gallos" y casado con Gabriela hermana de ellos. Nacido en el rincón gaditano, fue padre a su vez de otros dos toreros: Rafael Ortega "Gallito" y José Ortega "Gallito Chico", matador el primero que brillo en el toreo a la verónica y firmó varias fachas cumbre y, el segundo, notable novillero al que una grave cornada cortó las alas y vistió de plata. Enrique Ortega fue autor de una obra teatral, un sainete de atmósfera andaluza en la línea de los Quintero titulado "El triunfo de Manoliyo", que se estrenó en Madrid, en el ya desaparecido Teatro Martín, el 30 de enero de 1918 y que, a falta de otras informaciones, podemos considerar nuestra confirmación de alternativa literaria. "Cuco" era eslabón de una insigne prosapia, sobresaliente no solo en el arte de la lidia, sino también en el flamenco, con nombres legendarios como "El Planeta" y "El Fillo" y que legó a la posteridad un coloso de las dimensiones de Manolo Caracol; añádase que su hijo Rafael, sin poder ser considerado tanto como escritor propiamente dicho, compuso dos libros de recuerdos de su vida taurina, "Galleando", y "Mi paso por el toreo", que todo buen aficionado a los toros degustara con placer. Enrique Ortega "El Cuco", puso fin a su vida, se degolló con una navaja barbera el 21 de octubre de 1926.
Fuente:
http://gestauro.blogspot.mx/2013/09/enrique-ortega-fernandez-el-cuco.html
A finales de septiembre de 1926, Sevilla fue escenario de un drama con todos los ingredientes de una tragedia clásica: fama, linaje, pasión, celos, ruina y un desenlace fatídico. El protagonista fue Enrique Ortega Fernández, conocido en los ruedos como "El Cuco", destacado banderillero y cuñado de dos de las mayores figuras del toreo: Rafael "El Gallo" y Joselito "El Gallo".
La historia conmocionó a la ciudad y llenó páginas de diarios y tertulias. Según informaron los medios de la época, Enrique atravesaba desde hacía meses una crisis profunda, tanto en el plano conyugal como económico. Su matrimonio con Gabriela Gómez Ortega, hermana de los célebres toreros, se había deteriorado por las continuas discusiones, motivadas por celos, sospechas de infidelidad y problemas financieros.
Gabriela lo acusaba de haber dilapidado la herencia familiar que recibió tras la trágica muerte de Joselito y de mantener una relación extramatrimonial con una mujer joven, con quien se decía pasaba largas temporadas en Marmolejo. La situación se volvió insostenible.
El 21 de septiembre de 1926, tras una nueva discusión en el domicilio de una hermana de Enrique, en la calle Feria de Sevilla, el torero perdió el control. En un arrebato de furia, agredió brutalmente a su esposa con una navaja barbera, provocándole varias heridas de gravedad: una profunda incisión en el pecho, dos puñaladas cerca del corazón y cortes en las manos cuando intentó defenderse. Convencido de haberla matado, intentó quitarse la vida hiriéndose en la cabeza y el pecho, para luego arrojarse por el balcón del segundo piso.
Milagrosamente, ambos sobrevivieron. Gabriela fue ingresada de urgencia y logró estabilizarse. Enrique, visiblemente alterado y herido, fue hospitalizado y luego trasladado al juzgado. Durante su comparecencia, lloró, pidió perdón, y repitió entre sollozos: "¡Mis hijos, mis hijos! ¡Gabriela!". A punto estuvo de suicidarse nuevamente en las escaleras del juzgado, donde fue detenido por la Guardia de Seguridad antes de lanzarse al vacío.
Los informes médicos apuntaban a un grave trastorno emocional, agravado por el deterioro económico, los celos y la presión interna de verse superado por el peso de su apellido político y taurino. Atrás quedaban sus años de esplendor como torero de confianza de los Gallo, y su incursión en el teatro como autor del sainete El triunfo de Manoliyo, estrenado en el Teatro Martín de Madrid en 1918.
La tragedia se completó un mes después, el 21 de octubre de 1926, cuando Enrique Ortega se quitó la vida de forma definitiva, esta vez en casa de una hermana. Ponía así fin a una vida marcada por el arte y el infortunio, y a una caída dolorosa desde las alturas de la dinastía taurina más célebre del primer tercio del siglo XX.
Fuente:
"EL ESCÁNDALO" Semanario, BARCELONA, 30 DE SEPTIEMBRE DE 1926