Los toros dan y quitan

FRANCISCO POSADAS CARNERERO (1893 - 1921)

FRANCISCO POSADAS CARNERERO

Cortesía de
Don Antonio Román Romero
http://gestauro.blogspot.mx/2013_05_01_archive.html

Matador de toros nacido en Sevilla en el barrio de Triana el 10 de marzo de 1893; era hermano del también Matador de toros Antonio Posada. Debuto en público el 2 de mayo de 1902, en la plaza de Sanlúcar Barrameda (Cádiz). Tiempo después, debuta en Las Ventas el  26 de marzo de 1913, con Juan Belmonte y reses de Santa Coloma (5) y 1 de Salvador García de la Lama.

Recibe su Alternativa en el coso de la Misericordia de Pamplona, el 13 de julio de 1913, por San Fermín, siendo su padrino Antonio Fuentes y fungiendo como testigo: “Lagartijillo Chico” siendo el toro de su alternativa “Receloso”, del duque de Tovar. Fue el primer torero que se doctoró en Pamplona (en la antigua Plaza Vieja). Iba ese día vestido con un terno de luces en amarillo y oro. Hacia 1921 y probablemente a resultas de  golpes mal atendidos en la cabeza,  en el ejercicio de su oficio, muere loco y tuberculoso a los 38 años de edad.

Refiere don Daniel Tapia, en su obra "Breve Historia del Toreo" publicada en 1947, que el espada sevillano << FRANCISCO POSADAS, confirma su alternativa en Madrid el 12 de abril de 1914, con toros de don Eduardo Olea. En 1916 tomo parte en cuarenta y nueve corridas, actuando en Madrid el 15 de mayo con Vicente Pastor y "Joselito", resultando cogido. En 1916 toreó menos y a fines de 1917 sufrió un ataque de enajenación mental, por lo que hubo de ser recluido en un manicomio. En 1918 vuelve a torear, considerándosele curado, pero en mayo de 1921 moría en Sevilla víctima de tan cruel dolencia. Fue un torero fino y valiente, pero poco dominador. >>

Don Antonio Román Romero, el docto historiógrafo taurino coetáneo, escribe de este desventurado personaje de la fiesta: FRANCISCO POSADAS CARNERERO "FRANCISCO POSADAS".-Matador de toros español, nacido en Sevilla el 10 de marzo de 1893, y muerto en su ciudad natal en el mes de mayo de 1921. Era hermano de otro torero hispalense, Antonio Posada Carnerero. Apenas contaba nueve años de edad cuando se le presentó la ocasión de matar una becerrada en la localidad gaditana de Sanlúcar de Barrameda. Corría, a la sazón, el día 2 de mayo de 1902, fecha en la que el todavía niño Francisco Posada Carnerero hizo ver a la afición sanluqueña que se hallaba ante una gran figura del toreo en ciernes. A raíz de este prometedor comienzo, siguió curtiéndose bravamente en el duro aprendizaje del oficio, preparación que le llevó a tierras mejicanas durante las campañas de 1910 y 1911. Allí completó su formación torera, por lo que decidió regresar a España y mostrar ante sus paisanos los adelantos que había logrado en su técnica y en su hacer artístico. En efecto, a partir de 1912 comenzó a recibir un buen número de contratos procedentes de las principales plazas del país, entre las que resulta obligado destacar las de Bilbao, Barcelona y San Sebastián, donde Francisco Posada cosechó grandes éxitos y ganó fama de torero valiente y eficaz en el manejo de la espada. Así las cosas, los ruidosos rumores que estos triunfos iban levantando a su favor le condujeron a la mismísima plaza de toros de Madrid, para que un 26 de mayo de 1913 hiciera su primer paseíllo ante la principal afición del mundo. Aquella tarde (en la que, en compañía del genial sevillano Juan Belmonte García, se enfrentó con un encierro procedente de las dehesas de Santa Coloma), el joven Francisco Posada no defraudó las expectativas del público de la Villa y Corte, a pesar de que anduvo especialmente desafortunado en la lidia de uno de los novillos de su lote. Pero poco días después (concretamente, el 10 de abril de aquella misma campaña de 1913), volvió a vestirse de luces en la capital de España, donde confirmó que se trataba de una de las promesas más sólidas del momento. La empresa de Madrid gustaba de repetir ese cartel en el que alternaban los jóvenes sevillanos Posada y Belmonte, por lo que el día 12 de junio de la referida temporada de 1913 ambos novilleros volvieron a hacer el paseíllo en la arena madrileña. En aquella ocasión resultó herido el que luego sería unánimemente reconocido como "El Pasmo de Triana", accidente que obligó a Francisco Posada a despachar en solitario todo el encierro de novillos; y era tal la soltura que ya había adquirido en el Arte de Cúchares, que salió muy airoso de tan difícil trance, habiendo escuchado constantes ovaciones durante la lidia de todas las reses. De ahí que, un mes más tarde, ya estuviera en condiciones de pasar al escalafón de los matadores de toros. En efecto, el día 13 de julio de aquel año preñado de grandes acontecimientos en su andadura torera compareció el animoso Francisco Posada ante la bulliciosa afición de Pamplona, para tomar la alternativa que había de otorgarle su padrino y paisano, el afamado coletudo Antonio Fuentes y Zurita; el cual le cedió los trastos con los que había de dar lidia y muerte a estoque a un toro que atendía a la voz de Receloso, marcado con el hierro del duque de Tovar. Ya en la campaña siguiente, el día 12 de abril de 1914 confirmó en la plaza de toros de Madrid este doctorado, frente a un encierro procedente de la ganadería de don Eduardo Olea. Una vez doctorado, emprendió una briosa andadura torera que se tradujo en cuarenta y nueve ajustes cumplidos durante la temporada de 1915, año en el que resultó herido en Madrid el día 15 de mayo, cuando alternaba con el madrileño Vicente Pastor y Durán y con el sevillano José Gómez Ortega ("Joselito" o "Gallito"). La talla de los matadores con los que formaba cartel Francisco Posada Carnerero ofrece una buena muestra de las cotas que alcanzó su toreo, que por aquellos años podía competir con el de las primeras figuras del escalafón. Pero a finales de 1917 resultó afectado por una cruel enajenación mental que interrumpió bruscamente su carrera y obligó a ingresarlo en un sanatorio mental, del que salió al año siguiente creyendo que se hallaba totalmente recuperado. Volvió, incluso, a vestirse de luces, a veces en ocasiones tan señaladas como la de la tarde del día 6 de junio de 1918, cuando se inauguró la plaza de toros Monumental de Sevilla, con un cartel en el que también se anunciaban el diestro sestaotarra Diego Mazquiarán Torróntegui ("Fortuna") y el ya mencionado José Gómez Ortega ("Joselito" o "Gallito"). Sin embargo, en 1921 experimentó una brusca recaída que, por el mes de mayo, acabó con su corta existencia.
Fuente:
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