Los toros dan y quitan

FRANCISCO GARCÍA GURREA (1890 - 1911)

FRANCISCO GARCÍA GURREA

Solo para efectos ilustrativos
“Tauromaquia”
Obra del prolífico pintor orgullo de Manresa, Ernest Descals

Refiere la página web española “Encierro San Fermín”, que gracias a las investigaciones de hemeroteca que en 2002 realizó Unai Alduán Colmenares, se ha descubierto un nuevo fallecido de las tradicionales fiestas de San Fermín. Aunque no figura en las estadísticas oficiales, el 18 de enero de 1911 el diario “Pensamiento Navarro”,  recogía la siguiente noticia: “A los 21 años de edad ha fallecido en esta ciudad, a consecuencia de las lesiones sufridas en uno de los encierros de toros que se lidiaron en las últimas fiestas de San Fermín, Francisco García Gurrea. Descanse en paz”. Según parece, Francisco García Gurrea, natural de Falces, fue arrollado por un astado de Villagodio y pisoteado por un montón de mozos que se produjo en la entrada a la antigua plaza de toros (ubicación actual del Teatro Gayarre). Los efectos devastadores de una  tuberculosis que padecía y seguramente acelerados sus efectos por los traumatismos recibidos en el encierro (Al parecer hasta recibió dos puntos de sutura en la oreja), terminaron con su vida el citado 18 de enero de 1911, aunque no se puede demostrar que contrajera la enfermedad como consecuencia de esas heridas, por lo que injustamente no figura en el listado oficial de los fallecidos, a pesar de la noticia desplegada en el referido diario navarro, donde claramente explica que falleció a consecuencia de las lesiones sufridas.


Aspecto de la abandonada plaza de tientas de Villagodio, en Coreses, Zamora. | Pablo M. Gil
http://www.elmundo.es/elmundo/2009/07/14/castillayleon/1247559604.html

El martes 14 de julio de 2009, el diario virtual español "Elmundo.es" publicó una editorial de don César Mata titulada "La trágica leyenda de los bravos toros de Villagodio", donde refiere textualmente que: Adentrarse en la finca San Pelayo, en el zamorano término municipal de Coreses, es recorrer un amplio escenario de la historia del toreo. Aquí pacieron las reses de la famosa ganadería del Marqués de Villagodio. Su cercanía al río Duero, que enfila una recta caudalosa hacia Zamora, otorga humedad a estos pagos, en los que se conservan los corralones que durante décadas sirvieron de cobijo y laberinto para encerrar a estas reses. Su plaza de tientas, de forma cuadrada y con las paredes desconchadas, rezuma sabor de lidias antiguas y toreros poderosos. Los toros de esta divisa, que lucía los colores verde, blanco y amarillo, han pasado a la historia por muy diversos motivos: sonados éxitos de figuras del toreo, vueltas al ruedo y salidas en hombros de sus mayorales ante el encastado juego de sus reses, y, también... una trágica leyenda de muerte con el sello estampado de sus pitones. Recorrer los campos, de buenos pastos, que rodean el caserío y las instalaciones, nos sitúa en tiempos de gentes curtidas en el trasiego de reses, la brega a caballo de vaqueros y mayorales con toros indómitos... El viejo embarcadero conserva en su memoria el paso lento de astados conducidos hacia plazas lejanas, último destino tras una vida regalada. Desde la creación de esta vacada, que se refleja en los libros como acaecida en el año 1892, cuando el entonces Marqués de Villagodio adquirió vacas de la ganadería del Duque de Veragua y sementales de Palacios, hasta su definitivo abandono por la noble familia, tras sucesivos pasos entre hermanos y descendientes, dos acontecimientos marcan el margen luctuoso de este hierro.

El primero de esos trágicos acontecimientos se reseña en Pamplona. No en el ruedo, sino en la entrada a la plaza de toros, en el encierro de San Fermín. Sucedió el mismo día del patrón de la capital navarra, un 7 de julio de 1910, cuando el joven Francisco García Urrea, natural de Falces, de 21 años de edad, sufrió una cogida en un inmenso montón que se formó en el umbral del coso. Moriría con posterioridad, tras una infección que no pudo superar. Hasta hace pocas fechas el primer muerto en la estadística de los sanfermines se situaba en 1924, pero recientes investigaciones han alejado en el calendario a la primera víctima, del mismo modo que han situado a la vacada de Villagodio en una primera línea de ganaderías 'trágicas'.

Dieciséis mozos muertos en los siempre arriesgados encierros pamplonicas. Divisas como las de Miura, Osborne, Cebada Gago, Torrestrella y Santa Coloma comparten la negra condición de sus letales astados con la zamorana del Marqués de Villagodio. Pero no fue Francisco García Urrea la única víctima de esta divisa. Once años después, en 1921, el 5 de junio, el matador de toros Ernesto Pastor, natural de Puerto Rico, resultó corneado de gravedad por el toro Bellotero, marcado a fuego con el hierro de esta ganadería. Sucedió en la plaza de toros de Madrid, así que, a falta de imágenes, habrá que presumir que el animal era un pavo de consideración, bien armado, serio en su presencia. Cuentan las crónicas que, al vaciar un pase de muleta, fue empitonado trágicamente, haciéndose visible un boquete en la parte posterior del muslo derecho. Tras cinco días de lucha por sobrevivir, y con la fatalidad añadida de una septicemia gaseosa, falleció, el 12 de junio, este joven y prometedor espada hispanoamericano, que llegó a España en busca de fortuna en los ruedos. Es evidente que no lo consiguió. Dos vidas segadas por los astados de una divisa que no llegó a centenaria, famosa por sus reses y por la vida, peculiar y de disfrute de su primer titular y creador, José de Echevarría y Bengoa.
Fuente:
http://www.elmundo.es/elmundo/2009/07/14/castillayleon/1247559604.html
Las dos investigaciones anteriores nos dejan de tarea el indagar si Francisco García tenía por segundo apellido el de Gurrea o el de Urrea.


Hierro y divisa de Villagodio. | Pablo M. Gil
La divisa cuenta con la primera muerte de un mozo en San Fermín y un torero