Los toros dan y quitan

CÁNDIDO CARMONA MARTÍNEZ "CARTUJANO" (1869 - 1894)

CÁNDIDO CARMONA MARTÍNEZ "CARTUJANO"

Cortesía de don Juan José Zaldivar Ortega
De su Libro Víctimas del Toreo (Tomo II-página 74)

Banderillero, nacido en Sevilla el 9 de abril de 1869, falleció por asta de toro el 27 de agosto de 1894, a los 27 años de edad. Era trianero y trabajó en la fábrica de loza de La Cartuja, hasta que, muy joven aún, la inquietud taurina le llevó a capeas y a figurar eventualmente a la orden de novilleros en diversas provincias, hasta figurar fijamente en la de Manuel Nieto “Gorete”. El año 1891 ingresó en la cuadrilla de “Gorete” y con ella estuvo hasta su muerte, presentándose en Madrid el 27 de agosto de 1893. Por cierto que el segundo toro que correspondió a su cuadrilla en esa tarde, llamado “Boticario”, negro, de don Eduardo I Miura, le alcanzó al terminar un quite que hizo a su matador, causándole una contusión en la pierna izquierda. En los pocos años que pudo ejercer la profesión sufrió varias cogidas, aunque no de mucha importancia; la primera le ocurrió en Guillena, otra en La Habana y otra en Almería. En la corrida celebrada en Madrid el 29 de julio de 1894 lidiaron toros de Udaeta los espadas Pepe-Hillo, Gorete y El Mancheguito. Del corrido en segundo lugar, de nombre “Piamonte”, berrendo en negro, capirote, se encargaron para banderillearle Cartujano y El Pincho. Salió aquél una vez en falso y hubo de consumar la suerte a la media vuelta. El toro; avisado y sorteando el terreno, obligó al Pincho a pasarse dos veces en falso para un par delantero. Quiso Cartujano aprovechar la salida para clavar al relance, pero bien fuera que resbalase o que por no medir bien el tiempo tratara de remediarse tirándose al suelo a destiempo, es lo cierto que cayó en la cara del de don Faustino Udaeta, que hizo por el bulto, no alcanzándole en el primer hachazo, pero recogiéndolo luego, suspendiéndole y causándole una de las más impresionantes cogidas que se han visto en la plaza de Madrid. Llevaba al entrar en la enfermería una herida de cinco centímetros de profundidad en el hipocondrio izquierdo posterior, a más de otras erosiones. Luchando con la muerte estuvo desde aquel 29 de julio hasta el 27 de agosto de 1894, en que murió a las doce y treinta de la mañana. Fue enterrado en el cementerio de Nuestra Señora de la Almudena. En  Sevilla se celebró una corrida a beneficio para su anciana madre. No llegó este diestro a destacar su nombre más que por las trágicas circunstancias de su muerte. En “La Lidia” (XIII, 24, 1894, escribió sentidamente don Mariano del Todo y Herrero: ¿Biografía? ¡Para qué! Basta con la partida de bautismo. Cándido Carmona (El Cartujano). ¿Semblanza? La de uno de tantos. ¿Historia? En los primeros pasos del camino para buscarla. ¿Celebridad? La fatídica de dos días en el transcurso de un mes..." (Crónica de don Juan José Zaldívar Ortega)


http://lafiestaprohibida.blogspot.mx/p/gestos-toreros.html

Refiere el erudito taurino, don Juan José de Bonifaz Ybarra, respecto de esta víctima de la fiesta, que << en la corrida celebrada en Madrid el 29 de julio de 1894 fue cogido aparatosamente por el berrendo en negro “Piamonte”, de la ganadería de Udaeta, Cándido Carmona Martínez (Cartujano), trianero, que actuaba a las órdenes de Manuel Nieto (Gorete). El herido estuvo luchando con la muerte hasta el 27 del siguiente agosto, fecha en que sucumbió. "


Cortesía de
http://gestauro.blogspot.mx

Refiere don José Antonio Román Romero, el historiador taurino propietario del Blog en Internet: De Hombres, Toros y Caballos, que la historia de este infortunado diestro se reduce casi a la escena de su trágico fin. El llevó su nombre a las páginas de la historia taurina, escribiendo una de luto. ¡No era ésta, seguramente, la fama a que aspiraba el pobre muchacho! Cándido Carmona nació en Sevilla el 9 de Abril de 1869. Fue operario de la fábrica de loza denominada "La Cartuja", de aquella capital, y como tantos otros, al desarrollarse en él la afición al toreo y estimular sus ambiciones, abandonó el oficio para emprender la accidentada vida que con ligeras variantes han padecido al comenzar la mayoría de los toreros. Perteneció a la cuadrilla del matador de novillos Manuel Nieto "Gorete" y trabajo con otros toreros de más fama, entre ellos con Cara-Ancha. Tenía "cosas" de buen banderillero, y quién sabe si hubiera llegado adonde se proponía. Con el citado Gorete toreaba en Madrid el 29 de Julio de 1894, y le correspondió banderillear un toro de la ganadería de Udaeta, llamado "Piamonte". El Cartujano hizo una salida en falso, y citó nuevamente, logrando poner medio par. Luego, en su turno, intentó poner otro al relance, aprovechando la salida de su compañero; pero el toro se le arranco rápidamente, sin darle tiempo a huir. Creyéndose cogido, Carmona se tiro al suelo con la esperanza de que la res, en virtud del impulso adquirido, pasara por encima de él, pero no calculó ni el tiempo ni la distancia y el toro en vez de rebrincar se fijo en el bulto, hizo por él, lo engancho arrastrándole unos cuantos metros, lo suspendió, lo volteo, lo volvió a recoger y lo dejo por ultimo con una tremenda cornada en el hipocondrio izquierdo y numerosas contusiones en el rostro y en otras partes del cuerpo. El asta había penetrado en la cavidad torácica produciendo grandes destrozos.

El Cartujano fue conducido a su casa en estado gravísimo, y aunque desde el primer instante se encargó de su asistencia con la mayor solicitud el Dr. Castillo, y a pesar de los cuidados de todos, el infeliz torero dejo de existir el domingo 26 de agosto, a los veintinueve días de su cogida. Sus compañeros Parrao, Torerito, Boto y Gallito de Madrid vistieron y velaron el cadáver, acompañados de otros diestros y de varios aficionados, y el jefe de la cuadrilla y otras personas dedicaron al pobre Cartujano coronas mortuorias. Hicieron oportunos y generosos ofrecimientos en favor de la familia los espadas Emilio Torres, Lagartija y Ángel Pastor, y el empresario D. Jacinto Jimeno. El entierro se verificó a las diez de la mañana del martes 28 y fue presenciado por innumerable gentío. Llevaron el cadáver en los hombros picadores Crespo, Cigarrón y Fortuna y el banderillero Fáqueta, y en la comitiva figuraron todos los toreros que se encontraban en Madrid, distinguidos aficionados y numerosos periodistas. Los restos de Cándido Carmona recibieron sepultura en la señalada con el número 110 de la calle de San Mateo, en el Cementerio de la Almudena, que el vulgo denomina Cementerio del Este.

A lo dicho se reduce la biografía del Cartujano. Ni él ni nadie pudieron pensar que terminara tan tempranamente su carrera. Su triste fin fue una lección que debe ser tenida en cuenta por cuantos aspiran a emular la gloria de Frascuelo, Lagartijo, Guerrita y otros pocos diestros que lograron terminar voluntariamente el ejercicio de la profesión taurina La lidia de reses bravas requiere condiciones excepcionales que es muy difícil reunir. Aun teniéndolas, aun sabiendo torear, no hay medio de librarse de los cogidas, que, por regla general, ocurre precisamente cuando menos lo espera la víctima. Así son éstas tan numerosas, y así hay años, como el presente, en que parece que va a acabarse la fiesta nacional por falta de toreros.