Los toros dan y quitan

FRANCISCO ALOY BELTRÁN << PACO CALDERA >> (1862 - 1912)

FRANCISCO ALOY  BELTRÁN  << PACO CALDERA >>

Solo para efectos ilustrativos

Plaza de Toros de Almería

http://www.culturandalucia.com/ALMER%C3%8DA/Fotografias_antiguas_ALMERIA.htm

Refiere el prestigioso historiador Antonio Sevillano que, << “Paco Caldera” triunfó junto a los también almerienses Felipe Navarro, Bernardo Salas y Minuto (finales del XIX) en el primitivo coso de la rambla Belén. Francisco Aloy Beltrán, formó y dirigió la primera Cuadrilla de Niños Toreros Almerienses. El atractivo de su corta edad y el asequible caché les facilitó numerosos contratos en su época. Hijo de Blas y de Ana, Francisco Aloy Beltrán nació en 1862 en el número 60 de la populosa calle Granada, en el seno de una humilde familia de jornaleros. En sus comienzos novilleriles se anunció con el nombre artístico de “El Habanero”. El más conocido apodo de “Caldera” estaba cantado dada su profesión: "calderero"; competidor y vecino del reputado Cataollas de la plaza San Sebastián. En el último tercio del siglo XIX el "ilustrado" Felipe Navarro -con despacho de gestión administrativa y aduanera, además de teneduría de libros, abierto en la glorieta de San Pedro- y José García "Minuto" eran los amos de la novillería andante local. Fue precisamente encuadrado en la cuadrilla de este último cuando su nombre irrumpe en la prensa. Ocurrió en el antiguo coso de la rambla de Belén (Los Jardinillos) la tarde del 15 de mayo de 1881, donde, además, sufrió su "bautismo de sangre". Tuvo una breve pero intensa carrera profesional, en calidad de novillero y banderillero dentro y fuera de Almería. Se había casado el 7 de abril de 1890,  en la iglesia parroquial del Sagrario de la Catedral con Antonia Zea Rodríguez, almeriense de La Almedina, habitante en la calle Cepero nº 8. Del matrimonio nació un hijo llamado Miguel. El bueno de “Caldera”, tras deshacerse la Cuadrilla e imposibilitado por enfermedad para continuar en los ruedos sufrió estrecheces económicas; aliviadas en parte gracias a la generosidad de “Relampaguito”, puntero por esas fechas del escalafón novilleril. En abril de 1906 -un año antes de tomar la alternativa- lo incorporó a sus filas como hombre de confianza en una corrida en Valencia, en la que alternó con Manolete (padre) y Vicente Dauder; bello gesto sin duda hacia quien había sido su maestro, aplaudido por aficionados y no aficionados. Muy poco tiempo después -no tenemos acceso a su ficha clínica- ingresó en el Manicomio Provincial de la carretera de Níjar y de aquí al Hospital de la Diputación, donde el 6 de mayo de 1912 falleció víctima de una "parálisis progresiva". A los 51 años de edad dejó de existir un taurino tan emprendedor como ignorado por sus conciudadanos. Salvo La Crónica Meridional, el resto de diarios no publicaron ni unas mínimas líneas de condolencia. Igual que en el caso de Pastoret, nada más se supo de su viuda y de su hijo. >>