Los toros dan y quitan

GIOVANNI BENAVIDES VALLE (1978 - 2010)

GIOVANNI BENAVIDES VALLE

El herido Ruddy Alberto Coronado García se recupera en sala de cirugía del Hospital Santiago, de Jinotepe, Carazo, Nicaragua. Cortesía de  Tania Goussen Acevedo /El Nuevo Diario de Managua Nicaragua

El redondel de toros ubicado en la ciudad de Santa Teresa Carazo en Nicaragua se llenó de sangre el domingo 31 de enero de 2010, cuando un furioso toro mató a uno e hirió a otro. Los espectadores estaban admirando a los mejores ejemplares de Rivas y Carazo, cuando un grupo de hombres en estado de ebriedad se lanzaron sobre uno de los  furiosos toros, “El Diablo”, el que embistió con sus cuernos a Giovanni Benavides Valle, de 32 años, quien vivía en la comunidad El Sol, jurisdicción del municipio tereseño. El herido fue trasladado al Hospital Santiago de Jinotepe con las vísceras expuestas, pero falleció en el trayecto.

 

Romelia García Hernández, madre de Ruddy Alberto Coronado García, de 28 años, quien también resultó herido por uno de los cachos de “El Diablo”, expresó que su vástago monta toros desde hace diez años. Una vez un animal lo botó y quedó con una lesión cerebral, pero luego se recuperó. Cuando se dio cuenta que habían toros en las fiestas patronales, se trasladó de Belén, Rivas, a Santa Teresa, “a buscar la desgracia”.
“Hasta el momento lo han operado dos veces, pero sigue grave”, acotó la humilde señora. “A esos toros bravos no los deberían de llevar a las barreras, porque hacen daño a las personas que los sortean”, aseveró García Hernández. Es importante mencionar que la responsabilidad cuando se dan estos casos, no recae solamente es los toreros que andan en estado de ebriedad, sino también en las autoridades edilicias que autorizan el funcionamiento de las barreras.

Fuente: Tania Goussen Acevedo /El Nuevo Diario de Managua Nicaragua/Martes 2 de febrero de 2010/Edición No 10586