MANUEL LAGARES (1850 - 1878)

Manuel Lagares, banderillero sevillano, nacido hacia el año 1850. Intentó al principio, como tantos otros, ser matador de toros; pero fracasado en esta especialidad, cogió definitivamente los palos y se dedicó a rehiletear. Apareció en los carteles de Madrid los años 1876 y 1877. Por plazas de España había actuado ya en varias ocasiones, pues figuró en buenas cuadrillas, entre ellas la de Manuel Domínguez, con quien estuvo de 1873 a 1875. Un toro del duque de Veragua XIV le cogió al intentar dar el salto de la garrocha en la Plaza de Toros de Madrid. Aquella tarde alternaron los diestros Francisco Arjona Reyes (Currito), Manuel Hermosilla y José Sánchez del Campo (Cara-Ancha), fue el domingo 10 de mayo de 1877, en la 3ª corrida de abono en la Plaza de la Corte. Se lidiaron astados de la ganadería del duque de Veragua XIV. En esta función,  nuestro paisano Hermosilla asestó dos formidables estocadas, y el toro, de nombre “Miserable”, corrido en quinto lugar, hirió gravemente al banderillero Manuel Lagares, al intentar éste dar el salto de la garrocha, poniéndolo al borde de la muerte y el año siguiente, para olvidarse de su fracaso, se quitó la vida. El incidente sucedió así: Lagares tomó la garrocha de manos del picador Bartolesis para efectuar la suerte; se fue al toro y se encontraron ambos en el centro del coso, clavó el palo en tierra y se elevó, pero medidos mal los tiempos, cayó al lado derecho de la res, volviéndose ésta y dándole por tres veces varios derrotes. Al ocuparse de este hecho (El Enano), dijo lo siguiente: "Ningún capote acudió oportunamente, ningún capote estaba en su puesto; ningún torero se había preocupado con la posible cogida de un compañero en suerte tan arriesgada y difícil; nadie tiene la culpa del fracaso; todos pudieron evitarlo;  algunos debieron precaverlo; no queremos decir más." Lagares se restableció al cabo de algún tiempo y nuevamente intentó volver a ser matador de novillos. La suerte le fue poco sumisa, y acometido de hipocondría, según se dijo, se suicidó en Sevilla, degollándose con una navaja de afeitar el 20 de julio de 1878. (Crónica e ilustración de d. Juan José Zaldívar Ortega)

Citan en el libro "Necrología Taurina", segunda edición, de Tomás Orts Ramos, "El Niño de Dios" (1866-1939) y publicado en 1889: Manuel Lagares.- Este infeliz torero no debía citarse en esta necrología puesto que, su muerte fue debida a haberse suicidado el 20 de junio de 1878, en un rapto de locura. Trece meses antes, había sufrido una atroz cogida en la plaza de Madrid al saltar la garrocha. Retiróse a Sevilla después del desgraciado incidente, y hay quien asegura que, atentó a su vida porque le pareció imposible recobrar su salud.
http://bibliotecadigital.jcyl.es/i18n/consulta/registro.cmd?id=14529


Cortesía de don José Antonio Román Romero
"De Hombres, Toros y Caballos"
http://gestauro.blogspot.mx/

Refiere el historiador contemporáneo don José Antonio Román Romero, que en todo tiempo pisaron los ruedos directores de lidia celosos del cumplimiento de su deber y atentos a la gran responsabilidad de su cargo. En todo tiempo hubo jefes de cuadrilla que se hicieron respetar, evitando el desorden y cuidando de que cada subalterno ocupase su lugar en todos los momentos de la lidia, alejando, con plausibles y acertadas medidas, el riesgo inherente de la fiesta de toros. Famosos, famosísimos fueron antaño, en el siglo XVIII, los oportunos quites del gran Pedro Romero. A la energía y celo desplegados por José Romero, se debió que no ocurriesen nuevas tragedias en la plaza madrileña la infausta tarde del 11 de mayo de 1801. Las acertadas disposiciones de Antonio Ruiz, "el Sombrerero"; de Francisco Montes, "Paquiro", y las de Luis Mazzantini, muy posteriormente, evitaron infinidad de seguros percances, y por último, la estupenda colocación en el ruedo, la gran atención prestada a todos los momentos de la lidia por el simpático espada toledano Ángel Pastor fue el origen de aquellos oportunísimos y admirables quites, salvadores de compañeros en peligro, quites presentados como modelo por los escritores de su tiempo y que le dieron tanta o mayor fama que la alcanzada como matador de toros.

Por desgracia, no siempre hubo en la plaza diestros que supieran prever contingencias desagradables, y el resultado fue, en verdad, bien funesto, ya que dieron ocasión a muertes, posiblemente evitables, cual las de Manuel Parra y Roque Miranda, y a cogidas de fatales desenlaces a no larga fecha, como ocurrió con la del banderillero sevillano Manuel Lagares, de quien hoy vamos a ocuparnos. Nació el infortunado lidiador, en la ciudad de la Giralda, el año de 1846. Desde que cumplió los diecisiete de su edad abandonó el oficio en que venía trabajando desde los doce que terminó la primera enseñanza, y con el hondo pesar de su pobre madre, recién enviudada, se aplicó a la actividad taurina con todo el ardor y entusiasmo de la juventud ilusionada. Con José Manzano, "el Nili"; Gerardo Caballero, José Machio y otros novilleros y aficionados hizo sus primeras campañas en las provincias de la baja Andalucía, distinguiéndose por su valentía y la habilidad con que manejaba el capote y los palos. No se curaban en esto solo sus anhelos, ensayó sus aptitudes como matador, y unos éxitos logrados en las plazas de El Ronquillo y Constantina le facilitaron la entrada en la de Sevilla, en cuyos carteles vio su nombre, con la alegría que es de suponer, para la novillada del 18 de junio de 1871, en la que tuvo por compañeros a Fernando Gómez, apodado entonces "Gallito Chico", y a un tal don José Bermejo -aficionado más que profesional-, los que habían de estoquear reses del novel ganadero Latfitte, que aun no había lidiado su ganado en Madrid.

Regular fue el trasteo que el novel lidiador empleó con su primer novillo, al que dejó para el arrastre con dos estocadas cortas y otros tantos pinchazos, faena de mejor voluntad que lucimiento, y por la que escuchó a la vez aplausos y muestras de desagrado. Espero con impaciencia la salida de su segundo, en el que se propuso estrecharse y arrancar unánimes palmadas, pero la fatalidad, la triste fatalidad, inseparable de la vida profesional de este torero, hizo que en segundo lugar le correspondiese un bueyancón resabiado, con la edad pasada, y de tanto sentido, que resultó punto menos que ilidiable, sobre todo por gente joven y de escasos recursos profesionales La faena realizada con la muleta y el estoque fue un verdadero desastre, y para que nada faltase, al saltar el toro la barrera despidió el estoque, el que cayó en el tendido y se le clavó en una pierna a un espectador, hiriéndole gravemente. En vista de tal resultado, Manuel Lagares desistió de continuar como matador, y de banderillero trabajó, sin cuadrilla fija, con novilleros y matadores de cartel, haciéndolo con alguna frecuencia con el señor Manuel Domínguez. Vino a Madrid como subordinado de Manuel Carmona, "el Panadero", haciendo su primera salida el 4 de junio de 1876, y en turno con "Manolín" y el "Ciudadano" pareó los toros "Corredor", negro, y "Ceacero", jardinero, de Laffitte, que estrenaba sus reses en la Corte. Valiente, pero poco lucido en estos toros, logró un éxito al parear con uno de frente, a toro parado, al morucho de gracia, el que le persiguió hasta las tablas.

En las cuatro corridas que Lagares toreó aquí dicho año no hizo faenas de mérito extraordinario, pero logró captarse las simpatías por su modestia y voluntad. Con el espada sanluqueño Manuel Hermosilla volvió a Madrid en la temporada siguiente, la de 1877, que le había de ser bien infortunada. Había pareado, regularmente, en la tercera corrida, 10 de mayo, al toro segundo, "Guerrero" cárdeno, de Veragua, como todos los de la tarde, y estimulado por los aplausos que el público tributó a los hermanos Del Campo (José y Manuel), que habían practicado, respectivamente, las suertes de salto al trasouerno y quiebro de rodillas, pretendió demostrar que también él sabía ejecutar toreo de adorno, por lo que a la salida del toro quinto, "'Miserable", negro bragado, chorreado, se dispuso a dar el salto de garrocha, muchas veces ejecutado con éxito en corridas de provincias. Tomó la vara del picador Emilio Bartolesi, fuese solo y despacio hacia el animal, verificóse el encuentro en el centro del anillo, clavó en el suelo la puya y dio el salto; no midió con precisión el terreno, cayendo al lado derecho del animal que se revolvió y cogió al diestro. Lo más probable es que hallándose un peón estratégicamente colocado, hubiese evitado la cogida avisando al toro con el capote; pero ni el director de lidia, ni diestro alguno, se había preocupado de que podía ser cogido el compañero en suerte tan expuesta, y el resultado no pudo ser más lamentable, ya que el pobre Lagares sufrió los derrotes del enfurecido animal, sin tener a su lado inmediatamente un solo capote que le hiciese el quite. Es cierto que nadie tuvo la culpa de la cogida; pero no lo es menos que los matadores pudieron preverla y hasta evitarla.


Cogida de Lagares al saltar con la garrocha.

El pobre banderillero soportó en la enfermería y hospital dolorosas operaciones quirúrgicas, pasó una semana entre la vida y la muerte, y durante el mes y medio que duró su estancia en el benéfico establecimiento, los diestros y pueblo madrileños le dieron inequívocas pruebas de su interés y condolencia. En el mes de agosto siguiente reanudó sus actividades profesionales, inaugurándolas, como novillero, en Sevilla, el día 12, donde estoqueó reses de Laffitte con "el Cirineo", y Julián Sánchez; fue luego a Ríotinto, donde estoqueó moruchos el 14 y 15; banderilleó toros en Cáceres, el 19 y 20, y el 21 mató novillos en la misma plaza en unión de "el Barbi". Volvió a Madrid el 27 para alternar con Francisco Sánchez en la muerte de unas reses de Joaquín Rodríguez, de Sevilla, escuchando palmas al matar el toro "Cabrero", negro, único que pudo estoquear, pues los dos restantes volvieron al corral por su mansedumbre, y no fueron sustituidos. Este día tuvo un rasgo simpático, cedió Íntegros sus honorarios a beneficio del hospital, donde tan perfectamente había sido atendido cuando su cogida. Siguió la racha de percances, aunque leves, por fortuna, en Murcia el 8 de septiembre y en Alcázar el 15 siguiente, terminando la temporada con una gran debilidad que perturbó un poco sus facultades mentales. A principios de 1878 entró en la cuadrilla de "El Gordito"; se disgustó con éste por motivos particulares, y fue despedido de la cuadrilla, lo que exacerbó su enfermedad mental. Debía trabajar con "Frascuelo" en Sevilla el 20 de junio de este año 1878, pero reconocido por el médico de la Empresa le fue negado el permiso. En la tarde de este día. Lagares, que era soltero y vivía con una hermana, mandó a ésta a un recado; en cuanto se vio sólo cogió una navaja barbera y se dio un tajo en el cuello, hallándole la hermana, a su regreso, muerto sobre un gran charco de sangre. Esta fue la infortunada vida profesional y muerte del simpático banderillero sevillano Manuel Lagares.

JOSÉ PÉREZ MORENO "BIGORNIA " (1855 - 1878)

Solo para efectos ilustrativos
“Pase de Pecho”
Del pintor español José Puente (1928-2002)

El 6 de agosto de 1878 se celebró una corrida para pegadores portugueses en la Plaza de Málaga. La mañana de ese día los pegadores realizaron la operación de enfundar las astas de los toros. El picador malagueño, José Pérez Moreno, se hallaba allí de espectador, en un corralillo próximo, cuando inesperadamente se salió un cabestro, llamado  “Boticario”, que actuó exactamente igual que un toro bravo, ya que estaría iracundo por el mal trato que le dieron en los jaulones, y atacó al indefenso picador, lo arroyó, lo tiró al suelo, lo corneó y le dio varios derrotes... enganchándolo y volteándole mortalmente, falleciendo a las 22:00 horas de dicho día. (Fuente: Don Juan José Zaldívar Ortega, de su obra: Los Poderosos Toros de Ayer…)

El erudito taurino, don Juan José de Bonifaz Ybarra,  refiere de esta víctima de los toros, que << no fue cogido en el ruedo de una plaza de toros, sino en un corral de la de Málaga, el picador en activo José Pérez Moreno (Bigornia), al irrumpir un cabestro llamado “Boticario”. Tan extraño suceso tuvo lugar un 6 de agosto de 1878, mientras presenciaba las labores de enfundado de astas que realizaban unos pegadores portugueses que allí iban a intervenir en un festejo taurino. La muerte del desventurado “Bigornia” se produjo aquella misma noche. "

El historiógrafo y escritor Juan José Zaldívar Ortega consigna en otra de sus obras taurinas: "Víctimas del Toreo"- Apartado de Picadores (Página 83 y 84), que José Pérez Moreno (Bigornia), picador de novillos, nacido en Antequera (Málaga) el (23-07-1855), falleció el (06-08-1878), a los 23 años de edad. Desde 1876 figuró en diversas cuadrillas de su especialidad, y picó algunas veces en corridas formales, a las órdenes de Manuel Carmona y José Lara (Chicorro). Su jefe más frecuente fue el matador de novillos Francisco Carvajal (el Pollo) de Málaga). No llegó a presentarse en la Plaza de Madrid. El citado día 6 se celebró una corrida para pegadores portugueses en la Plaza de Toros de Málaga. La mañana de ese día los pegadores realizaron la operación de enfundar las astas de los toros. El picador malagueño, "Bigornia", se hallaba allí de espectador, en un corralillo próximo cuando inesperadamente se salió un cabestro, de nombre "Boticario" -que por ello no merecería ocupar aquí un sitio-, que actuó exactamente igual que un toro bravo, ya que estaría iracundo por el mal trato que le dieron en los jaulones, y atacó al indefenso picador, lo arroyó, lo tiró al suelo, corneó y le dio varios derrotes... enganchándolo y volteándole mortalmente, falleciendo a las 22:00 horas de dicho día. Al respecto de la tragedia don Juan José refiere que las reacciones de los cabestros resultan a veces contradictorias, ya que su permanente contacto en su peculiar trabajo con los vaqueros para manejar los toros, hace que algunos estén muy humanizados y no acepten que se les trate mal, respondiendo con inesperada agresividad.

Cita el editorialista del diario malagueño Sur, Antonio M. Romero, que, entre los sucesos luctuosos que han acaecido en la plaza de toros de Málaga, hay uno con una especial singularidad por las circunstancias en las que aconteció. Se trata de la muerte del picador antequerano José Pérez Moreno, que se anunciaba (Bigornia) en los carteles, a consecuencia de las cornadas que la infligió un cabestro en los corrales de La Malagueta el 6 de agosto de 1878. Ese día se anunció en el coso del Paseo de Reding una corrida de toros a la portuguesa con la participación de los forcados del país luso. Por la mañana, en los corrales de la plaza, mientras los pegadores desarrollaban las labores de enfundar las astas de los toros, sucedió el percance.

Así lo narró la revista madrileña Sol y Sombra en noviembre de 1913, en su sección dedicada a las víctimas del toreo, y recogida en el tomo I de la obra (Historia de la plaza de toros de La Malagueta (1876-1936) de Enrique Recio y Cosme Rueda): En la mañana del citado día, y en ocasión de que los pegadores practicaban la operación de enfundar las astas de los toros, quedó inadvertidamente abierto un portillo del paso que daba entrada a la jaula improvisada para dicho objeto. José Pérez (Bigornia), que presenciaba la faena desde el corralillo, se hallaba distraído y vuelto de espaldas a la puerta cuando salió a todo correr un cabestro llamado (Boticario), que bravo como era y molestado por los pinchazos que en los jaulones le dieron, embistió al picador arrojándole al suelo, cerca de la puerta de salida al corral mayor, donde cayó cubriéndose la cara con las manos. En medio del revuelo que ocasionó el percance, el novillero Francisco Carvajal (Pollo de Málaga), que se encontraba en los corrales, y otros asistentes comenzaron a llamar a la res. Ésta acudía, pero en cuanto veía que se refugiaban en los burladeros volvía sobre su víctima, a la que pisoteó y tiró varios derrotes, en uno de los cuales enganchó y volteó al infeliz picador, que yacía en tierra; una vez que a fuerza de pedradas y gritos lograron que el cabestro abandonase su presa, acudieron a socorrer al torero, que había perdido el conocimiento y tenía la cara llena de sangre», continúa el relato la publicación Sol y Sombra. El joven Bigornia fue llevado inmediatamente al cercano Hospital Noble, donde los médicos apreciaron que tenía un puntazo en el muslo, otro en la cabeza y el costado y un magullamiento general. Un día después, el picador falleció en dicho centro sanitario a la edad de 23 años.

Fuente:
http://www.diariosur.es/malaga-capital/cabestro-hiere-muerte-20180510194140-nt.html

MATEO LÓPEZ "MATEÍTO " (1852 - 1878)

Solo para efectos ilustrativos

Plaza de Toros de Vitoria, España

Cortesía del Sitio Web: http://.lanik.com

 

Banderillero muerto por un toro, en la Plaza de Toros de Vitoria (Las Vascongadas), al igual que su padre en la misma Plaza. Fue el hijo de Mateo López (Mateíto), nacido el 21 de septiembre de 1852, falleció en 1878, a los 26 años de edad en Madrid; hijo del que fuera banderillero de la cuadrilla de Julián Casas (El Salamanquino). Aficionado a los toros desde la infancia y animado por su padre, a los diez años ya figuraba en la cuadrilla de niños madrileños, dirigida por Gonzalo Mora y Vicente Ortega. Catorce años contaba cuando ocurrió la muerte de su padre, en 1866, ocasionada por el toro llamado Carcelero, en la plaza de Vitoria. Accediendo a las súplicas de su madre, dejó de torear y entró en el oficio de impresor, que cultivó durante algunos años. Le abandonó definitivamente, volviendo a su vieja afición y marchó a América, donde ganó nombradía y dinero. (Crónica de don Juan José Zaldívar Ortega) 

FEDERICO GONZÁLEZ (XXXX - 1878)

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Palacio Real (Madrid, España)

Cortesía del Sitio Web: http://www.ayuntamiento.es

GONZÁLEZ (D. Federico). — Apadrinado por el excelentísimo Ayuntamiento de Madrid, fué caballero en plaza en la función real de toros de 26 de Enero de 1878. Demostró valor hasta la temeridad, remató un toro de un rejonazo, si bien degollándole, y fué gran lástima que por su impetuosidad fuese derribado del caballo en una ocasión, teniendo que tomar el olivo. Salvador Sánchez [Frascuelo) fué su padrino de campo. Traje morado y oro á la chamberga, época de Felipe IV. Falleció en Madrid á los diez meses de verificadas las corridas, sin haber obtenido del Gobierno la más pequeña recompensa. Su entierro fué presidido por el concejal D. Ramón López Quiroga, que fué su padrino en aquellas fiestas, y el Ayuntamiento costeó los gastos de enfermedad y sepelio. (Fuente: Crónica de J. Sánchez de Neira/ El Toreo: Gran Diccionario Tauromáquico) 

ZENÓN SÁNCHEZ (XXXX - 1878)

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“Entrando en la plaza“
Obra del excelso acuarelista español A. Sanchis Cortés

Citan en el libro "La Catedral y los Toros", página 7, de don Ramón Macías Mora, que en el año de 1878, durante el mes de junio, un toro dio muerte en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, México, al banderillero Zenón Sánchez.

Es muy probable que dicha tragedia haya ocurrido en la Plaza de Toros del Porvenir, inaugurada por ahí de 1856, y que durante casi 100 años permaneció en pié conservando su nombre primero, y cambiándolo en dos ocasiones, primero a Plaza Jalisco a principios del siglo XIX y posteriormente, al ser reconstruida en la década de los años 20, en el siglo XX, a plaza de La Lidia, terminando su existencia como arena de Box y Lucha Libre "Canada Dry", y se encontraba en la manzana que actualmente delimitan las calles de Pedro Loza, Arista, Jesús García y Alcalde.

En marzo de 2019 tuve oportunidad de comprar la obra "Historia de la Cirugía Taurina en México (De los siglos virreinales a nuestros días) del Dr. Raúl Aragón López y del eminente Maestro en historia D. José Francisco Coello Ugalde, 2018, Fomento Cultural Tauromaquia Hispanoamericana, donde en su página 101 presentan parte de una interesantísima relación de percances elaborada por Ramón Macías Mora y publicada en "La Catedral y Los Toros", donde cita que el banderillero Zenón Sánchez tuvo el percance en la "Plaza de Toros Progreso" de Guadalajara, Jalisco, con toros de Barranca de La Lumbre, con resultado de muerte, en junio de 1878.

ESTEBAN ARGÛELLES "ARMILLA " (1845 - 1879)

Banderillero de toros, nacido en Madrid el 19 de febrero de 1845, falleció el 1 de septiembre de 1879, a los 34 años de edad, en plena juventud y triunfo, a consecuencia del percance sufrido el 22 de mayo de 1879, que toreó su última corrida, ya que el cuarto toro, llamado “Cachucho”, negro zaino, de don Antonio I Miura, le cogió y derribó al clavarle un par desigual cuarteando, aunque sin consecuencias, pero se presentó un fuerte catarro vesical que se complicó con otras afecciones para morir el citado 1 de septiembre siguiente. Fue hijo de Antonio Baldomero Argüelles y de María Pérez. Era el “Armilla”  mimbreño, enjuto, de regular estatura. Sus cualidades morales no igualaban las excelencias del banderillero. Pendenciero y bravucón, una noche, en la calle madrileña de la Cruz, anduvo a tiros limpios con el picador Domingo Granda (El Francés). Comenzó actuando como tal en los modestos cosos en los alrededores de Madrid, y en la placita de los Campos Elíseos hacia 1865, en unión del novillero Andrés Pocela. El 31 de octubre de 1866 se presentó en dicha ciudad en la corrida organizada por Francisco Arjona Herrera (Cúchares) a beneficio de la familia del infortunado picador Manuel Ledesma (el Coriano), fallecido a consecuencia de una cogida que sufrió en Zaragoza el 15 de agosto de1866. El primer astado que Esteban Argüelles (Armilla) banderilleó en Madrid, en corridas formales, fue el sexto la tarde del citado día, llamado Comino, de pelaje castaño, de la ganadería del cura Lamorena, al que le clavó un par cuarteando y medio al sesgo. La temporada de 1867 trabajó en Madrid, en los toros en punta que salieron en novilladas y mojigangas, y en  competencia con Mateo Cabrera se disputaba los aplausos del público, poniendo banderillas de a cuarta y ocho dedos, siendo para el Armilla los triunfos mayores. En la Plaza de Toros de Madrid figuró en los carteles, sin interrupción, desde 1866 hasta 1879, que fue el de su muerte, disfrutando de gran popularidad.

 

En diciembre de 1871 sufrió en Madrid la cogida más importante de su vida taurina, al banderillear un toro de la ganadería española de Andrade. Con “Frascuelo” figuró hasta su muerte, excepto la temporada de 1872, en la que actuó a las órdenes de José Machío, y por enfermedad y fallecimiento de “Chelín”, a la de Cayetano Sanz, su antiguo matador. Terminada la temporada de 1872 tornó a la cuadrilla de “Frascuelo”, de la que ya no volvió a separarse. Desde 1872 formó con Pablito Herráiz la más popular pareja que en cuadrilla alguna pudiera verse. "Admirable Pablo Herráiz -dice El bachiller González de Ribera en sus pares cuarteando y al sesgo, no aventajaba al Armilla en una tremenda factura que éste tuvo para banderillear de frente, tomando los toros muy en corto, marchando a ellos muy despacio, sin aliños ni composturas, y cuando los tenía arrancados, en la faja, cuadraba en firme y agarraba en las péndolas colosales pares de banderillas que levantaban a los espectadores de sus asientos." Sin embargo, a estas excelencias con los palitroques no correspondían sus habilidades con el capote, en el manejo del cual no pasó de mediano. (Crónica y fotografía de d. Juan José Zaldivar Ortega)

PATRICIO BRIONES HERNÁNDEZ "NEGRI" (1839 - 1879)

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Escena de la Suerte de Varas (1998)
Obra del pintor español Juan Ángel Sáiz Manrique 

Refiere el Dr. Juan José Zaldívar Ortega en sus obras,  “Los Poderosos Toros de Ayer” y en “Víctimas del Toreo”, << que “Palomino” de don Antonio Hernández, cuando tranquilamente presenciaba la tienta, en 1879, el picador que fue de la cuadrilla de Montes, Patricio Briones Hernández (el Negri), se salió por una puerta, y, salvando unas escaleras, le cogió, tirándole contra las piedras, a consecuencia de lo cual falleció a los pocos días. En la misma tienta cogió y volteó, sin consecuencias, a los diestros Ángel Pastor y a “Frascuelo”. Patricio Briones Hernández (el Negri), picador de toros, nacido en Madrid el 16 de octubre de 1839, falleció el 14 de diciembre de 1879. El 12 de diciembre de 1879 se verificó una tienta de becerros de don Antonio Hernández. Patricio Briones, que actuaba de ayudante, recibió un fuerte golpe de uno de los bichos, y reverdecido el mal que venía padeciendo desde aquella caída causada por el toro “Carabinero”, falleció en Madrid el citado día. "

El erudito taurino, don  Juan José de Bonifaz nos ilustra en su libro “Víctimas de la Fiesta” al referir que << también fuera de un ruedo, ahora herido en una tienta celebrada en la ganadería de Antonio Hernández, el 14 de diciembre de 1879, Patricio Briones Hernández (Negri) dejaría de existir el inmediato día 17 en Madrid, como resultado de un fuerte golpe allí recibido, el que posiblemente reprodujo las lesiones sufridas en una caída que ocurriera en Murcia el 6 de septiembre del año anterior, producidas por el toro “Carabinero” , de la divisa del conde de la Patilla."

Para mayor conocimiento de su singladura taurina, el historiador Juan José Zaldívar Ortega refiere en su libro "Víctimas del Toreo"- Apartado de Picadores (Página 84 y 85), que Patricio Briones Hernández (el Negri), picador de toros, nacido en Madrid el (16-10-1839), falleció el (14-12-1879), a los 40 años de edad. Empezó a ejercitarse en la profesión picando toros embolados en novilladas de mojigangas en 1861. Más tarde puso varas a los toros en punta, y después figuró como reserva varias temporadas en Madrid. El (22-10-1871) le dio la alternativa a Domingo Granda (el Francés), y se lidiaron dicho días toros de don Vicente Martínez, de Colmenar Viejo, y de don Antonio Hernández de Madrid, por las cuadrillas de Rafael Molina (Lagartijo), Francisco Arjona Reyes (Currito) y Salvador Sánchez Povedano (Frascuelo). Francisco Calderón, el famoso picador, se había negado antes a darle la alternativa a Patricio, diciendo que no podía conceder tal honor «a uno que hacía cuatro días picaba en caballos de mimbre», recordando los primeros años de Briones; ante las insistencias de la empresa, que se lo pedía y que alegaba a favor de el Negri que éste había alterando con buenos picadores por provincia, contestó Calderón rotundamente: «Qué diga donde alternó conmigo.» El (06-09-1878), figurando el Negri en la cuadrilla de Salvador Sánchez Povedano (Frascuelo) como primer reserva, picó en Murcia el tercer toro de la tarde, llamado "Carabinero", del conde de la Patilla, que le dio una gran caída, de resulta de la cual se vio impedido después, durante largo tiempo, para ejercer la profesión. En (12-12-1879) se verificó una tienta de becerros de don Antonio Hernández. Patricio Briones, que actuaba de ayudante, recibió un fuerte golpe de uno de los bichos, y reverdecido el mal que venía padeciendo desde aquella caída, falleció en Madrid el citado día.

MANUEL MARÍA DE SANTA ANA (1818 - 1879)

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“Torero”

Obra de Alonso Santiago.

Refieren en la página 315 del libro “El Periodismo Taurino” de don Luis Carmena y Millán, que << El creador del moderno periodismo noticiero en España, de grata memoria por sus relevantes servicios y generoso corazón, D. Manuel María de Santa Ana, fue fundador y redactor principal de “La Tauromaquia”, periódico que salió a la luz el 24 de abril de 1848 y cesó antes de terminar el año; y en 1849 un literato de cuerpo entero, que treinta años más tarde tuvo desastroso fin en las islas Filipinas disparándose un pistoletazo. >> Otros cronistas lo refieren difunto hacia 1894.

En embarazo a la versión anterior, encontré que en el libro "Juicio Crítico de la Revolución Española", escrito por don Luis Rodríguez Camaleño-Luis Garrido Muro/Ed. Cantabria, comentan que: Manuel María de Santa Ana Rodríguez, era hijo de Rafael de Santa Ana y de Catalina Rodríguez, periodista sevillano que había comenzado su carrera en su ciudad natal como redactor, administrador y corrector de pruebas, todo a un tiempo del "Diario de Sevilla". Una vez en Madrid, a donde llegó en 1842 con solo dos duros en el bolsillo, compuso algunas obras de teatro, fundó "El Mentor de la Infancia" y "La Tauromaquia", periódicos muy modestos ambos, e ingresó en la redacción de "El Espectador", una de las principales cabeceras de la época. También colaboró en "El Burro". Su primera iniciativa de éxito no llegó sino hasta octubre de 1848, financiada en buena parte por don Luis Rodríguez Camaleño, fecha de la fundación de "La Carta Autógrafa", una suerte de agencia manuscrita de noticias encargada de aprovisionar a sus suscriptores, periódicos en su gran mayoría, que tuvo gran éxito; posteriormente hacia finales de 1859 comenzaba a publicar su propio periódico impreso "La Correspondencia de España", que llegó a ser el más importante de la capital española con un tiraje de 25,000 ejemplares, cifra sin precedente que llegó incluso a doblarse para finales del siglo. Fue el único medio que acompaño a Alfonso XII en todos sus viajes oficiales. Fue nombrado Marqués de Santa Ana a partir de 1889, habiendo sido además Senador electo por Alicante (2 veces), Toledo y Murcia, y después el alto encargo de Senador Vitalicio, el mismo camino que recorriera su suegro 30 años atrás (Manuel María de Santa Ana Rodríguez se había casado con Florentina Rodríguez Camaleño Jaques en 1849). Finalmente murió el 11 de octubre de 1894 dejando a su familia, esposa y 3 hijos, un gran capital en efectivo y en propiedades.

MANUEL LUQUE ARCAS (1845 - 1880)

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Aguafuerte en color del excelso pintor español  Daniel Merino

Manuel Luque Arcas, picador de toros, nacido en Sevilla el 25 de febrero de 1845, estuvo muy ocupado en la temporada de 1880, ya que los días 12 y 25 de abril  volvió a trabajar en Madrid con éxito, siendo muy aplaudido por una soberbia vara que colocó al sexto de la tarde de la segunda corrida, llamado “Pichichi”, de la ganadería de don José Antonio Adalid, antes de don Ildefonso Núñez de Prado, que aguantó ocho varas por cuatro caídas y tres caballos muertos. La labor brillante que venía realizando en la plaza de la Corte duró poco tiempo, pues el 9 de mayo de 1880 salió a picar por última vez en dicha plaza, en una corrida de seis toros, dos de don Ildefonso Núñez de Prado, dos de Pérez de la Concha, dos de Anastasio Martín y uno de don Ignacio Roquete; los seis primeros para “Lagartijo”, “Currito” y “Frascuelo”, y el último para Hipólito Sánchez Arjona. El primer toro, llamado “Agachaito”, negro y corniapretado, de don Ildefonso Núñez de Prado, dio una caída a Manuel Luque, que ya le había puesto tres puyas, y entró por su pie a la enfermería con una fuerte contusión en el vientre que al caer se produjo con la perilla de la silla. Ni el público dio importancia a la lesión, ni los médicos que le reconocieron tampoco. Arcas, pues, marchó a caballo a su hospedaje, con simples molestias, y a la mañana siguiente se declaró la peritonitis, muriendo el 11 de mayo de 1880. Fue Manuel Luque un varilarguero de los bueno, arrebatado a la vida cuando llegaba a la perfección su arte. Buen jinete y con grandes conocimientos de las reses, sobresalió en seguida por su decisión y su coraje, y se le olvidó injustamente a poco de morir. (Crónica del Dr. Juan José Zaldívar Ortega)

El erudito taurino, don Juan José de Bonifaz Ybarra, refiere del trágico acontecer de este lidiador en su obra “Víctimas de la Fiesta” que << una peritonitis traumática, como consecuencia de una caída ocurrida en Madrid, el 9 de mayo de 1880, fue la causa del fallecimiento de Manuel Luque Arcas. El toro causante del siniestro atendía por “Agachaito” y lucía la divisa de Núñez de Prado. El deceso tuvo lugar en la madrugada del posterior día 12 de mayo de 1880 "

Refiere "Don Victor", el historiógrafo propietario del Blog en la Internet: "A los Toros" que el 9 de mayo de 1880, en la corrida celebrada esa tarde en la plaza de toros de la carretera de Aragón de Madrid, al picador Manuel Luque Arcas le correspondió picar al sexto toro, "Agachaíto", negro, corniapretado y pequeño, de la ganadería de don Ildefonso Núñez de Prado; debido a su escasa presencia el público se encolerizó pidiendo que fuera devuelto a los corrales. El animal, que arremetió con bravura a los jamelgos, tomó nueve puyazos, Manuel Luque le puso tres siendo derribado en el último, en la caída sufrió un fuerte golpe en el vientre con la perilla de la silla. Una vez asistido en la enfermería se trasladó montado a caballo a la fonda de la calle Gorguera -hoy Núñez de Arce- donde se hospedaba junto con el resto de sus compañeros de cuadrilla. Salió a cenar con ellos y ya de madrugada empezó a notar dolores y a tener algo de fiebre, horas más tarde se le declaró la peritonitis. Falleció en la madrugada del día 12. Su entierro fue presidido por Francisco Arjona Reyes "Currito" y por el empresario de la plaza Rafael Menéndez de la Vega, entre ambos costearon los gastos del sepelio.

El 12 de septiembre de 2018 recibí un correo electrónico del historiador José Antonio Román Romero, donde amablemente me allega una publicación del Boletín de Loterías y de Toros (Madrid) del 17 de mayo de 1880 (No 1525, página 4) donde refieren: El picador de toros Manuel Luque Arcas ha fallecido en Madrid en la madrugada del 12 del actual, a consecuencia del golpe que, con la perilla de la silla, se infirió en el vientre la tarde del domingo 9 de mayo en la plaza de toros de Madrid. Dicho diestro había nacido en Andalucía el año 1846, y tenía en Sevilla padres, esposa e hijos.
El Gordito trajo a dicho picador a Madrid, donde tomó la alternativa el día 31 de marzo último, figurando desde el año anterior en la cuadrilla de Currito. Éste matador y su gente asistieron a la conducción del cadáver que se verificó el día 12, a la una de la tarde, concurriendo además los empresarios de la plaza de Madrid, el administrador Sr. Herreros, todos los diestros residentes en la corte y muchos amigos del finado cuyas relevantes prendas le granjeaban las generales simpatías, y cuyas especiales dotes para el arte a que se dedicaba eran por todos los aficionados reconocidas. El cadáver fue depositado en el cementerio Patriarcal

NICOLÁS FUERTES Y LÓPEZ "EL POLLO" (1851 - 1880)

Banderillero de toros, nacido en Bañón (Teruel) el 6 de noviembre de 1851). Su primer oficio fue de mozo de fonda, y después de esquilador. Se dedicó al toreo, y tras actuar en diversas novilladas, se presentó en Madrid en corrida formal, el 9 de julio de 1876, a las órdenes de Manuel Fuentes “Bocanegra”. Toreó bastante, generalmente suelto, lo mismo en novilladas que en corridas de toros. En la corrida regia del 25 de enero de 1878 salió a las órdenes de Cayetano Sanz. Y no sólo toreó en España, sino que hizo una temporada en Montevideo. El 15 de agosto de 1880, a los 29 años de edad,  murió “El Pollo” de una tremenda cornada, el día que se celebró una novillada en Madrid con ganado de don Donato Palomino, de la dehesa de Chozas de la Sierra, que habían de estoquear Gabriel López  “Mateíto” y Tomás Parrondo “Manchao”. A la salida de una vara, el primer toro, de nombre “Valenciano”, o “Temeroso”, retinto, albardado y con cabeza, se arrancó hacia los chiqueros. Vaciló el banderillero Nicolás Fuentes y López y fue arrollado, cayendo al suelo. Pudo levantarse para volver a caer, arrojando sangre por el pecho. El novillo le había inferido una cornada mortal, a consecuencia de la cual falleció a poco de entrar en la enfermería. El matador Gabriel López “Mateíto” tuvo que rematarlo, imponiéndose con gran serenidad al pánico que el accidente causó en las cuadrillas.

 

Al respecto del  trágico suceso otra reputada fuente informativa detalla  de manera distinta la suerte de “Valenciano” al precisar que: - A la salida de una vara, el primer toro, de nombre “Valenciano”, retinto, albardado y con cabeza, se arrancó hacia los chiqueros. Vaciló el banderillero y fue arrollado, cayendo al suelo. Pudo levantarse para volver a caer, arrojando sangre por el pecho. El novillo le había inferido una cornada mortal, a consecuencia de la cual falleció a poco de entrar en la enfermería. El matador Gabriel López “Mateíto” no tuvo que rematarlo, ya que fue retirado al corral, pues aunque el expresado “Mateíto” realizó con “Valenciano” una faena de muleta muy aceptable, no llegó a estoquearlo, porque así lo pidió el público, tanto por la emoción que produjo la cogida como por el temor que llegó a inspirar dicha res, la cual, en uno de los seis saltos formidables que dio al callejón, faltó poco para que cayera en el tendido (El Ruedo, Nº 224, del día 7 de octubre de 1948)

 

Don Juan José de Bonifaz, el erudito taurino, de manera muy sucinta resume así su trágica singladura taurina: <<Muy poco después de ingresar en la misma enfermería de la plaza madrileña, exhaló su postrer suspiro Nicolás Fuentes López (el Pollo), víctima de una cornada en el pecho inferida, el 15 de agosto de 1880, por el novillo “Valenciano”, retinto y albardado, de la divisa de Donato Palomino. "

Refiere "Don Víctor", del afamado sitio en la Internet "A Los Toros" , que un 15 de agosto de 1880 , para festejar el día de la Virgen de la Paloma se celebró en el coso de la carretera de Aragón de Madrid una novillada con reses de don Donato Palomino, salieron bravas y con poder. El segundo astado, "Valenciano", negro albardao, astifino y con pies, al salir del primer encuentro con el caballo tropezó con el banderillero NICOLÁS FUERTES "El Pollo" al que le prendió por el pecho. Trasladado a la enfermería falleció al instante de ingresar, la herida se la produjo en la parte anterolateral izquierda y le destrozó el corazón. El mismo novillo que mató a Nicolás cogió a su vez al picador Pedro Ortega que resultó con conmoción cerebral y al banderillero "El Morenillo", contusión en la región inguinal derecha.

Por su parte el historiador José Antonio Román Romero cita en su Blog taurino en Internet: "De Hombres, Toros y Caballos", que, Nicolás Fuertes López "El Pollo" nació en Bañon (Teruel) el 6 de Noviembre de 1851; criado en Zaragoza, después de haber sido mozo de fonda y esquilador se aficionó al toreo, y como no era cobarde, no tardó en darse a conocer como un buen banderillero, recorriendo importantes plazas de España y Montevideo con muy buenos matadores, entre ellos Lagartijo y Frascuelo, en Madrid trabajo diferentes veces siendo la primera en las corridas reales de 1878 donde formó sin banderillear en la cuadrilla de Cayetano Sanz.

El 15 de agosto de 1880 se anunció una novillada en Madrid, en la que además de unos embolados, se lidiarían dos novillos de don Donato Palomino, los cuales serían estoqueados por “Mateíto” y “el Manchao” , apenas salió el primer novillo llamado “Valenciano”, a la salida de una vara que le puso “El Ronco” cogió descuidado al “Pollo” que dudo entre echarle el capote o salir corriendo y en ese momento le ocasionó una tremenda cornada en el pecho, que le atravesó el corazón, falleciendo en el acto .El novillo causo terror entre los espectadores pues saltó bastantes veces a la barrera y poniéndose de manos tiraba derrotes a los que ocupaban los primeros asientos por lo que a petición pública fue retirado al corral cuando Mateíto se disponía a estoquearlo, vestía de encarnado y oro El parte facultativo, dado por el doctor D. Antonio Alcaide, decía así: "Ha ingresado en esta enfermería durante la lidia del primer toro el diestro Nicolás Fuertes (el Pollo), con una herida penetrante de pecho, situada en la parte anterior y lateral izquierda del mismo, con destrozo del centro cardíaco, a consecuencia de la que ha fallecido sin darle tiempo que para recibir la Extremaunción". Fue enterrado el día 17 siguiente en presencia de su esposa Dña. Manuela Moreno y su hija de 7 años, presidiendo el duelo Salvador Sánchez “Frascuelo”, Gabriel López “Mateíto” y el caballero portugués José Bento d´Araujo a la conducción del cadáver al cementerio de la Patriarcal acudieron más de 1000 personas.

GREGORIO JIMÉNEZ GONZÁLEZ "ESPARTERO" (1840 - 1880)

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Obra del afamado torero y pintor colombiano

Diego Ramos

Matador de novillos, natural de Priego de Córdoba (Provincia de Córdoba) y nacido el 25 de mayo de 1840, que falleció el 23 de agosto de 1880, a los 40 años de edad, un día después que se celebró en su pueblo natal una corrida de vacas multitoreadas, y al torear de capa a una de ellas, fue cogido y arrojado contra la puerta de los tendidos, falleciendo del extenso derrame cerebral que sufrió. Se le considera un espada de modesta categoría. (Fuentes: Los cronistas, don Juan José de Bonifaz Ybarra y don Juan José Zaldívar Ortega)

RAFAEL ARDURA CAMPAGO "QUICO" (1850 - 1880)

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“Salida de Corrales”
Francisco Iturrino (1864-1924) 

Banderillero español oriundo de Aranjuez (Madrid) nació el 24 de octubre de 1850 y fue muerto por las astas de un toro de la dehesa de Ayuntamiento de Moncayo, llamado “Centinela”, retinto y bien desarrollado, de casta Navarra, pues era de sangre procedente de la vacada de don Raimundo Díaz, de Peralta (Navarra) y, por lo tanto, receloso, astuto, ágil y de encendido carácter, tal que  acabó con la vida de “Quico”.

Refieren las crónicas que el suceso inició su singladura trágica el 12 de octubre de 1880, día que se celebró una novillada en Tarazona de Aragón. “Quico”, que estaba en la cuadrilla del diestro Lorenzo Quilez, iba confiado en su aquilatada experiencia a colocar su primer par de banderillas. El toro se arrancó suavemente, con evidente astucia, como a la espera de cazarlo, cortándole la salida, y, tan pronto se sintió herido, salió violentamente en persecución del indefenso banderillero, alcanzándole en el preciso momento de tomar el olivo, corneándole la pierna derecha. Trasladado al hospital, le fue practicada la primera cura. El herido pareció mejorar, pero se presentó la gangrena, y el 16 de octubre de 1880 falleció el infeliz rehiletero a escasos días de poder  cumplir  30 años de edad. A una suscripción para socorrer a su viuda contribuyeron los más caracterizados toreros y aficionados de aquel tiempo. (Crónica del historiador, don Juan José Zaldívar Ortega).

El maestro, don Juan José de Bonifaz Ybarra, refiere de la suerte de este banderillero que << madrileño, de Aranjuez, Rafael Aradura Campago (Quico) fue alcanzado, el 12 de octubre de 1880, en Tarazona de Aragón, por el novillo “Centinela”, procedente de la vacada navarra de Raimundo Díaz, que le produjo una herida en la pierna derecha. Parece que es posible superar el revés, más se presenta la gangrena y fallece el 17 del mismo mes de octubre de 1880. "

"Don Víctor", el cronista madrileño propietario del Blog taurino "A los Toros", refiere en sus leídas efemérides del 16 de octubre, que un día como éste en 1880 fallece el banderillero Rafael Ardura Campago "Quico" a consecuencia de la cornada recibida en Tarazona de Aragón el 12 de octubre de ese año. El novillo "Centinela", propiedad del Ayuntamiento de Moncayo y procedente de don Raimundo Díaz, de Peralta (Navarra), le prendió cuando iba a tomar la barrera tras haberle puesto un par de banderillas y le corneó en la pierna derecha, cuando parecía reponerse se le presentó la gangrena produciéndose el óbito en la fecha indicada. Nació en Aranjuez (Madrid) el 24 de octubre de 1850. En 1869 se dio a conocer en carteles modestos. El 4 de noviembre de 1877 su nombre aparece anunciado en Madrid en la novillada en la que alternaban Gabriel López "Mateíto", Francisco Sánchez "Frascuelo" y Gregorio Alonso "El Toledano", pareó al cuarto de nombre "Calceto", de la viuda de Manjón, en unión de Leandro Guerra, al novillo lo mató el primer espada citado. La primera corrida de toros en que tomó parte en Madrid fue la celebrada el 26 de enero de 1878. En unión de Joaquín Vega "El Chato" banderilleó a "Corzo", de Saltillo, que fue estoqueado por José Antonio Suárez.

LUIS GOLLÁS (XXXX - 1880)

Foto antigua de Purúandiro, Michoacán, México

Gollás (Luis).- Picador. Murió por un percance en la plaza de toros de Puruándiro, Michoacán, en 1880.

La plaza de toros de Puruándiro, Michoacán, México, fue inaugurada en 1814 por los hermanos Ávila. Tiene cupo para cuatro mil espectadores. Es de adobe y madera y se repara cada año con motivo de la feria, que se celebra los días 25 y 26 de diciembre. Han toreado en ella, Bernardo Gaviño, Lino Zamora, Ponciano Díaz, Rafael Corona, Refugio Sánchez, Reverte Mexicano, Agustín Velasco, Antonio Arana (Jarana) y Baldomero Sánchez (Guerrilla).

El percance más notable ocurrido en dicha plaza, fue la muerte del picador Luis Gollás, en el año de 1880.

Fuente:
Don Rafael Gómez Lozano (Blog TOREROS MEXICANOS)
(Víctor del Toro. Las Plazas de los Estados. Almanaque para El Universal Taurino. 7 de enero de 1924).

JUAN PASTOR (1860 - 1881)

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Restaurante Casa Labra (Calle de Tetuán No 12) Madrid, fundado en 1860

Cortesía de la página web: http://.juancato.com

Juan Pastor, novillero sevillano, nieto de Juan Pastor (el Barbero), nacido hacia 1860. Fue muy corta su carrera taurina, terminada trágicamente, a consecuencia del disparo accidental de una pistola el día 11 de enero de 1881, a los 21 años de edad. En 1879 comenzó a torear como su abuelo de banderillero, alcanzando popularidad en las plazas de Andalucía, y aún más en Valencia. En las últimas novilladas de Madrid de 1880 figuró como rehiletero. Mató por primera y única vez un novillo en puntas de dicha plaza, el 9 de enero de 1881, siendo el ganado de don José Fierro, y acompañándole Joaquín Sanz (Punteret), también nuevo en la plaza madrileña. Estuvo bastante lucido y agradó. El día 11 del mismo mes, es decir, dos días después, se encontraba con unos amigos en una taberna de la calle Tetuán. En una mesa próxima dos estudiantes examinaban imprudentemente una pistola. Sin advertirlo se disparó el arma, hiriendo a Juan Pastor en el pecho tan certeramente que la muerte fue casi instantánea. (Fuente: Anuario Taurino/ http://.fiestabrava.es)

PAUL WANDERSAHEN (XXXX - 1881)

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“La Talanquera”

Del ilustre pintor español David Gil

Refiere don Antonio Santainés Cirés en su obra “Las Víctimas del Toreo en Barcelona”, que, <<  El 15 de junio de 1881,  en la antigua plaza de la Barceloneta, algunos jóvenes de familias distinguidas prepararon un festejo taurino. Se dispuso el joven alemán Paul Wandersahen a clavar un par de banderillas al segundo torete, con tan mala suerte que el astado le infirió una cornada en la ingle. Cuando trató de saltar la barrera se desvaneció. Fue conducido a la enfermería dejando un reguero de sangre por el camino. Los auxilios médicos resultaron infructuosos. El cadáver de Paul se instaló en el Consulado donde vivía el cónsul general de Alemania señor Lindau. "

Por su parte, don Juan José de Bonifaz Ybarra,  refiere de esta víctima de la fiesta, que << El 15 de junio de 1881 resultó mortalmente herido en Barcelona el aficionado de nacionalidad alemana Paul Wandersahen. "

Citan en el libro "Necrología Taurina", 2da edición, página 68, de don Tomás Orts Ramos, "El Niño de Dios" (1866-1939), publicado en 1889: Don Pablo Weiler.- Joven comisionista alemán que tuvo la desgracia de tomar parte en una corrida de aficionados, el 15 de junio de 1881, Un becerro africano "Argelino" de nombre, le dio una terrible cornada en una ingle, al poner un par. Falleció a los pocos momentos. Sucedió el percance en Barcelona. Nota.- En esta necrología solo están comprendidos los toreros de profesión y algunos aficionados, que por ser muy conocidos, no nos parece oportuno eximirles.
Fuente:
http://bibliotecadigital.jcyl.es/i18n/consulta/registro.cmd?id=14529

MARIANO DÍAZ FERNÁNDEZ "EL BOTICARIO" (1849 - 1881)

Cortesía del historiador D. José Antonio Román Romero
http://gestauro.blogspot.mx/

Novillero y banderillero, nacido en Borox (Toledo) el 9 de septiembre de 1849. Dependiente de una botica en Madrid, desde 1872 emprendió la profesión taurina, para la que no le faltaban condiciones, ya que era valiente y manejaba con soltura el capote. Toreó bastante por provincia, sobre todo en los pueblos de Castilla la Nueva. Trabajó en la pequeña plaza de los Campos Elíseos de Madrid alternando en una novillada con Gabriel Mateo “Mateíto”. El 15 de noviembre de 1880 se presentó en la plaza madrileña como banderillero en una corrida de novillos a beneficio del infortunado Nicolás Fuertes (el Pollo), repitiendo su actuación como banderillero en 1881. No llegó a estoquear novilladas en la Corte.

Estuvo algún tiempo en Montevideo, donde gustó su trabajo. Él mismo confeccionaba, con bastante habilidad, sus trajes de lidiador. El 9 de septiembre de 1881 se celebró una novillada en San Martín del Valdeiglesia (Madrid), con toros serranos –los temibles toros castellanos ya toreados-, que había de estoquear Vicente García (Villaverde). El tercer toro saltó al callejón, y al saltar de éste al redondel para ponerse a salvo, “El Boticario” sufrió una terrible cornada en la parte superior posterior del muslo derecho, que le causó la muerte en la mañana del día 10 de septiembre de 1881 a los 32 años de edad. Fue uno de esos toreros que se llaman de capeas, hecho y curtido a peligros y cornadas. (Fuente: Don Juan José Zaldívar Ortega)

El erudito taurino, don  Juan José de Bonifaz Ybarra, refiere de su trágica suerte que << el día que cumplía 32 años de edad, el 9 de septiembre de 1881, era gravísimamente herido en el muslo derecho en San Martín de Valdeiglesias (Madrid) el antiguo novillero Mariano Díaz Fernández (Boticario) corneado por un astado de la tierra. El deceso se produjo en la mañana del día siguiente. "

Don José Antonio Román Romero cita en su Blog en la Red "De Hombres, Toros y Caballos" que "El Boticario" fue un diestro de aquellos de antaño de quienes podía decirse que lo mismo servían para un fregado que para un barrido; igual actuaba de banderillero, que mataba toros en novilladas, o dirigía alguna capea encargándose de estoquear al toro de muerte que en la misma se jugaba. Nació en Borox (Toledo) el 9 de Septiembre de 1849; fue dependiente en una farmacia de Madrid, de donde le vino el apodo que ostentó; en 1872 se dedicó a torero, demostrando buenas aptitudes, y muy pronto se vio solicitado para actuar indistintamente como matador de novillos (particularmente en los pueblos de Castilla) o como banderillero. En la corrida que se efectuó en San Martín de Valdeiglesias (Madrid) el 9 de Septiembre de 1881 se lidiaron toros serranos, moruchos sin casta; de matador actuaba Vicente García (Villaverde), y a sus órdenes trabajaba aquella tarde "el Boticario". El tercer toro saltó al callejón, donde se hallaba el mencionado diestro, y al echarse éste a la plaza fue alcanzado por la res, sufriendo una cornada profunda en la parte posterosuperior del muslo derecho que le causó la muerte en la mañana del siguiente día. Fue, pues, el Boticario un torero modesto que aunque se daba buena traza no parecía llamado a realizar grandes empresas. Al menos no lo demostró en los nueve años que fue lidiador. Y sin el fin trágico que tuvo, lo más seguro que no hubiera pasado a la historia.

JUAN GONZÁLEZ LAIZ "JUANECA " (XXXX - 1881)

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Plaza de Toros de Valladolid, España

Cortesía del Sitio Web: http://.fotosdevalladolid.com

Subalterno de segunda fila fue Juan González Laiz (Juaneca), que moriría en Valladolid, el 13 de septiembre de 1881, como resultado de las heridas que, horas antes, se produjo en la cabeza al ser derribado por el novillo “Negrito” de inconcreta vacada salmantina. (Fuente: Crónica de don Juan José de Bonifaz Ybarra)

Citan en el libro "Necrología Taurina", de Tomás Orts Ramos, "El Niño de Dios" (1866-1939) publicado en 1889: Juan González (Juaneca).- En una corrida de toretes que se dio en Valladolid el día 12 de junio de 1881, al poner el picador "Juaneca" la primera vara al toro "Negrito", le derribó éste con tal violencia, que dio con la cabeza sobre el estribo, muriendo a las 24 horas a consecuencia del golpe. (Fuente:http://bibliotecadigital.jcyl.es/i18n/consulta/registro.cmd?id=14529)

CECILIO MARTÍNEZ (XXXX - 1881)

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“Cogida a El Cordobés”

Óleo del pintor español Ramón Lapayese (1928-1994)

Cecilio Martínez, que bien pudo ser banderillero o espada, actuaba en uno de esos dos artes en la temporada de 1880 en España, después viajó a América en busca de mejor fortuna, y una tarde a finales del  mes de noviembre de 1881 sufrió una mortal cogida en la plaza de toros de la ciudad venezolana de Valencia, siendo lo único cierto que falleció el 5 de diciembre de 1881. (Fuente: Crónica de don Juan José Zaldívar Ortega)

 

Por su parte,  el erudito taurino, don Juan José de Bonifaz Ybarra,  refiere en su obra “Víctimas de la Fiesta”, que << el 5 de diciembre de 1881halló su fin el torero Cecilio Martínez, posiblemente banderillero, como resultado de la cogida que sufriera durante el anterior mes de noviembre en la plaza de toros de la venezolana Valencia. "

SANTIAGO DE JUAN (XXXX - 1881)

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La Puerta de Alcalá en Madrid, España

http://fotos.euroresidentes.com/fotos/postales_Madrid/Madrid_uk_man/images/Puerta_Alcala.jpg

Refiere don Víctor, notable historiador taurino y  propietario de la afamada página de Internet, Blog Taurino “A los Toros”, que << el 12 de julio de 1897 se celebró en Madrid uno de los frecuentes encierros que se hacían para llevar los toros a la plaza ya que las corridas cuando llegaban a la capital se quedaban en los prados que la empresa tenía junto al Puente de los Viveros, en el Jarama;  el traslado se hacía a pie con ayuda de vaqueros y cabestros. En la mañana de ese día, uno de los toros, de nombre “Rebelao”, se volvió varias veces hacia la querencia de la dehesa y en una de ellas,  el vaquero “Lucerito” intentó cortarle el paso extendiendo los brazos de los que colgaban una chaqueta y el sombrero, y éste se libró de la acometida tirándose al suelo pero el astado se revolvió contra el garrochista Santiago de Juan que, aunque le derribó y mató al caballo, pudo salir ileso del trance. Lo lidiaron al día siguiente y el empresario, Sr. Casiano,  mandó disecar la cabeza que se la regaló al infortunado jinete. Aunque Santiago de Juan se libró en esta ocasión parecía ser que estaba predestinado para lo peor. Dos años más tarde,  al entrar en Madrid con una corrida, se le desbocó el caballo y fue a estrellarse contra la Puerta de Alcalá, cuando lo recogieron del suelo ya estaba muerto.>>

CASIMIR PAYANT "RENFORT" (XXXX - 1881)

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La página de Internet de la FFCC (Fédération Française de la Course Camarguaise, algo así como la Federación Francesa de la Corrida Camarguesa)  consigna en sus archivos de decesos de “raseteurs” (corredores o esquivadores)  víctimas de cornadas de toros, que el 4 septiembre de 1881 en Arles, Francia, el esforzado “raseteur” Casimir Payant  “Renfort” (algo así como refuerzo), fue muerto por el toro “Dumolard”  de la manada de “Sabatier de Tey de Roustant”.
Fuente:

http://www.ffcc.info/article743.html

El medio informativo en la Internet: “EXPATICA.COM”, publicó el 7 de septiembre de 2006 una descriptiva editorial titulada “Corridas de Toros, no solo para los españoles”, donde abordan el tema de las añosas Corridas de Toros de Camargue, deporte practicado sin matar al toro en el sur de Francia, en el que los participantes intentan captar los atributos adjuntos a los cuernos de un toro. Este juego es un deporte muy popular en el Gard, Herault, una gran parte de los Bouches-du-Rhone, y en algunas comunas de la Vaucluse, donde cada año tres torneos captan la atención de los aficionados: El prestigioso “Medallón de Oro de Arles”,  “La Palma de Oro Beaucaire” y “Los ases del trofeo final” que se celebraran alternativamente en Nimes y Arles. El juego, cuyos orígenes se remontan al siglo XV, se catalogó oficialmente como deporte en 1975, año en que las normas se estandarizan, se entregan a los jugadores premios, y se les otorga el  beneficio de contar con seguro médico y de vida, de manera que se ha convertido en un importante evento en cuatro departamentos que comprenden tales destinos turísticos bien conocidos como son Arles, Nimes, Avignon, Montpellier y Marsella. En la tauromaquia Camarguesa, un equipo de hombres vestidos de blanco, conocido como "raseteurs",  corren  por la arena tratando, con la ayuda de un pequeño gancho, para arrebatar borlas y cordones de cinta alrededor de los cuernos de su adversario.

Este festejo se realiza en recintos cerrados y en la mayoría de los casos fijos, como las plazas de toros españolas pero que en esta región reciben el nombre de Arenes (arenas). El ruedo cuenta con una forma de elipse y la barrera es baja para facilitar el salto de los razeteurs, en los muros de las gradas barras y peanas ayudan a librarse de las embestidas y posibles saltos del animal. El festejo comienza con el desfile de una banda de música, le siguen un grupo de mujeres ataviadas con el traje típico arlesín y a continuación los representante de cada manade (ganadería) montados a caballo, juntos forma un pasillo por el que atraviesan los razeteurs atraviesan al son de la música de "Carmen" para saludar a los miembros de la presidencia, a este desfile-presentación de le denomina Capelado. Llegados a este punto conviene destacar que existen varias categorías y tipos de corridas: As Elite 1 (algo así como la primera división), Avenir, Etalons, Protection. En estas categorías los animales participantes son toros capones pero también hay otras course en las que toman parte vacas y toros aun sin castrar. Lo mas normal es que cada toro participante, siete en toda la tarde, sea de una ganadería diferente y los toros tienen una preferencia por encima de los razeteurs en la elaboración de los carteles, son animales que gozan de mayor fama que las vacas de nuestra zona y arrastran tras de si años de experiencia en diferentes ruedos. En todos los casos el orden que se sigue en una corrida camarguesa es el mismo: Al primer toque de trompeta se abre la puerta del toril y sale el toro al ruedo. Durante un minuto el animal tiene la oportunidad de desplazarse a sus anchas para reconocer la plaza. Cuando suena el segundo toque, los "razeteurs" comienzan a realizar los razets (recortes) que tienen por objetivo quitarle los atributos sujetos en los cuernos del toro, con la ayuda de un crochet (gancho).

El orden para quitar los atributos es inamovible:
Coupe de la cocarde (corte de la divisa o escarapela) : hay que cortar el pequeño trozo de tela rojo sujeto por una hilo y situado en medio de la testuz.
Cocarde (divisa o escarapela): la cinta roja.
Glands (borlas): pequeños pompones de lana blanca sujetos por una goma, cada una en un cuerno.
Frontal: cordel que une los cuernos entre ellos en la parte de la nuca.
Ficelles: son una serie de hilos que rodean los cuernos del toro en su cepa.

El presidente de la corrida va dando los premios a medida que se desarrolla la corrida. Estos son donados tanto por simpatizantes del club taurino organizador como por cualquier otra persona que lo desee. La cuantía de los premios aumenta dependiendo de la categoría e importancia del festejo y también por la dificultad que presenta el toro. En la lidia del animal, que se alarga en un cuarto de hora, los razeteurs cuenta con la ayuda de los torneurs, hombres que colocan al toro en la mejor situación. Al finalizar se realiza un recuento de los atributos quitados y permiten a los razeteurs contabilizar el dinero y los puntos obtenidos. Con esos puntos se realiza una clasificación ya que al igual que los toreros y novilleros, también existe un escalafón de razeteurs. Detrás de una course camarguaise hay mucho trabajo y bien organizado gracias a la Federación Francesa de la Course Camarguaise www.ffcc.info , en su web pueden comprobar con meses de antelación el calendario de festejos con los toros participantes, razeteurs, precio de las entradas e incluso quien será el presidente del festejo. Todo un ejemplo de eficacia.
Fuente:
Víctor Manuel Giménez Remón

http://www.festejospopulares.net/reportajes/2007/la_camarga/camarga.htm

FRANCISCO POZO (XXXX - 1882)

Solo para efectos ilustrativos
Puerto de El Callao, Perú 

Rehiletero mexicano que en la Plaza de Toros del Puerto de El Callao, Perú, el 14 de abril de 1882, fue cogido gravemente por un toro de la ganadería de la "Rinconada de Mala",  propiedad de Jesús de Asín. El subalterno mexicano falleció dos días después, el 16 de abril de 1882. (Fuente: Crónica de don Dikey Fernández Vásquez).

En el libro “Bernardo Gaviño y Rueda: Español que en México hizo del toreo una expresión mestiza durante el siglo XIX”, del renombrado historiógrafo taurino Dr. José Francisco Coello Ugalde, cita que a la prohibición de las corridas de toros en la capital mexicana, la última actuación de Bernardo Gaviño antes de ser prohibidas las corridas de toros en el D.F. (medida que abarca de 1867 a 1886) queda registrada para los anales, en la PLAZA DEL PASEO NUEVO, D.F. 22 de diciembre de 1867. “A las cuatro y media. Cuadrilla de Bernardo Gaviño. Cinco toros de Atenco. Habrá enseguida una mojiganga que lidiará otro torete, después del tercer toro de la lid. Toro embolado de costumbre.” (La Iberia Nº 233, del dom. 22 de diciembre de 1867). Quizás Puebla o Toluca se convirtieron en refugio temporal de Bernardo, quien vio en Sudamérica el siguiente paso a la continuidad en sus actuaciones. En 1869 ya lo encontramos en Lima, Callao y Arequipa, en el hermano país del Perú. Pero a fines de 1870, justo el 28 de diciembre, está llegando de nuevo al puerto del Callao, en el vapor AREQUIPA, la cuadrilla mexicana, compuesta del siguiente personal: Director y primer espada: Bernardo Gaviño (de Puerto Real, Cádiz.-España). Segundo espada: Felipe Chávez (de Morelia, México) Tercer espada: Silverio Cuenca (de México) Banderilleros de a caballo: Francisco Palomino y José Perea (de Puebla, México) Banderilleros de a pie: Narciso Orostia, José de la Cruz Avilés y Francisco Pozo (mexicanos) Cachetero: Agustín Escudero (mexicano). El grupo se estrena en la antigua y hoy desaparecida plaza del Callao, el domingo 1º de enero de 1871 y repite, al menos el dato proporcionado por Emilio A. Calmell L. (en HISTORIA TAURINA DEL PERÚ. 1535-1935. Lima, Perú, Taller Tipográfico de “Perú Taurino” y de “Perla y Oro”, Jirón Ayacucho, 1936. 393 pp., ils.) el 14 del mismo mes, con muy buen éxito, no pudiendo hacerlo en la de Lima, por estar en posesión de ésta el empresario don Manuel Miranda, quien tiene ya organizada la temporada de dicho año; aunque, disuelta posteriormente, la cuadrilla mexicana, trabajan algunos de los diestros que la componen, en la plaza de la capital, en diversas ocasiones. Lo destacable en estos datos es ese grupo de toreros que lo acompañaron a la aventura inca. Ninguno de ellos, salvo Felipe Chávez, es quien aparece registrado casualmente en reseñas o relaciones de toreros que el propio gaditano nos proporciona para conocer quiénes eran sus compañeros durante las largas jornadas que emprendió Bernardo en ruedos mexicanos. Los paisanos de que se hizo acompañar en su viaje al Perú se mantuvieron juntos algún tiempo, hasta que se dispersaron, tomando cada quien su camino. De dicho grupo, dos de ellos decidieron quedarse: Francisco Pozo y José de la Cruz Avilés. De este, sabemos que el 23 de junio de 1871 fue herido gravemente en la plaza del Callao, tardándose en recuperar algún tiempo. De Francisco Pozo (¿hijo, probablemente de Vicente Pozo, a la sazón, empresario de la desaparecida plaza de toros del PASEO NUEVO?). Corría el año de 1882. Fue el 14 de abril en la plaza del Callao cuando fue cogido al banderillear a un toro alazán de la Rinconada de Mala, el que le infiere gravísima herida en la ingle izquierda que le ocasiona la muerte dos días después, a pesar de los solícitos cuidados que se le prodigan. Sus restos reposan en el Cementerio de Baquíjano del expresado puerto. (Fin de la Nota Editorial)


Cementerio de Baquíjano, en el Puerto del Callao, Lima, Perú.
Cortesia de
http://fotografiadelacalle.blogspot.mx/

Historia y devenir de la ganadería "La Rinconada de Mala":


Cuenta don Claudio Sillero con la ayuda del historiador e Ing. Bartolomé Puiggrós, que las dos ganaderías fundacionales del Perú, hacia principios el siglo XX, son El Olivar y La Rinconada de Mala. Ambas formadas con vacas criollas y algunos toros españoles de los que venían a las corridas de Acho. Tanto El Olivar, como La Rinconada de Mala eran haciendas agrícolas cercanas a Lima que tenían ganadería de leche, de carne y de bravo. Toros de media casta de estas ganaderías fueron los que torearon en Acho matadores como Joselito y Belmonte. El ganado de El Olivar es vendido en 1928, por don Manuel Celso Vázquez a don Víctor Montero Kossut que se lo lleva a Chiclayo por tierra, a su hacienda La Viña cuyo nombre toma la ganadería. Con ese nombre debuta en Acho en 1934 en un cartel en el que estaban los novilleros Pepe y Manolo Bienvenida. Lo mismo sucede con La Rinconada de Mala que es vendida por su dueño, don Jesús Alberto de Asín a don Humberto Fernandini, de la hacienda Yéncala, hacia el año 1940. Yéncala trae más adelante sementales españoles de Murube. Esta añosa ganadería de Rinconada de Mala fue fundada en 1834 por don José de Asín y Castañeda, de descendencia navarra, y manejada después por su hijo don Jesús de Asín y Rivero, y posteriormente por el retoño de éste, don Jesús Alberto de Asín hasta 1940 (otros autores citan hasta 1943), fecha en que se la vende al chiclayano ganadero don Humberto Fernandini, propietario de la dehesa de Yéncala (de divisa roja y verde).

En Mala a unos 80 km al sur de Lima, los señores Asín en la llamada Rinconada de Mala, vuelven a rehacer lo que quedo de la guerra con Chile, quienes utilizaron ese valle y el de Lurín a uno 30 km de Lima como sus campamento, cruzaron vacas criollas seleccionadas con sementales españoles muchas veces de toros que venían para lidiarse como ya hemos dicho. La Ganadería de Yéncala, ubicada al igual que La Viña en el Departamento de Lambayeque, se formó en 1943 con vacas de la Rinconada de Mala y San José de La Molina con el semental "Cocinero". Los primeros productos fueron "ásperos" con mucho genio y bravos para el caballo, por estas características, tuvieron que ser mejorados con simiente de Carlos Urquijo. Su propietario fundador, don Humberto Fernandini, la llevó celosamente hasta el año 1969 en que fue repartida a los trabajadores de la hacienda bajo las Leyes de Reforma Agraria que fueron impuestas por el Gobierno de la época. A fines de la década de los 80, don Abraham Guevara Martínez compra todo lo que queda de esta dehesa y la lleva a Cajamarca para formar la nueva ganadería de JESUS.

Historia de la Plaza de toros en El Callao:


El Callao tuvo una y muy especial plaza de toros. Este coso ocupo el lugar en que hoy existen la serie de casitas mandada construir por la Beneficencia Pública del Callao, cerca del desaparecido Hospital Guadalupe; y la parte cercana, del que en algún momento ocupo el Jardín Schiantarelli. Hasta comienzo de los 900, todavía se exhibían los tapiales y muro de dicha plaza de toros, como un recuerdo de lo que fue. En esa plaza se dieron corridas muy notables, por diestros de “gran copete”, y toros de reconocida bravura. La entrada era una bicoca… un real a 2da. Y cinco reales a 1era. ¡¡¡Que tiempos!, ¡¡¡Hoy se paga fuertes sumas, se calienta la mollera hasta ponerse roja, y, paga una “sentada padre” viendo torear carneros y chivatos!!! Como ciertas instituciones públicas como: Municipal y Beneficencia andaban de mala situación de fondos, se valía de erogaciones y medios honestos para hacer frente a su presupuesto. Así la beneficencia Pública del Callao, en el año 1861, mando construir la plaza, para la lidia de ganado en el lugar arriba mencionado. Este coso muy irregularmente trabajaba, ya sea por la falta de diestros, ganado y por quien se hiciera de las finanzas correspondientes, ya que la Beneficencia daba el local por condiciones tales que, le produjese fondos a fin de atender gastos institucionales. Así siguió funcionando hasta 1878 y después volvió al decaimiento, hasta que se convirtió en jardín Schiantarelli y lugar de residencia, que mando construir la Beneficencia para ser habitados por los empleados municipales; por eso se llamo “Barrio Municipal” ó también conocido como “Barrio Garibaldi”. Tal vez, para muchos chalacos, le es raro escuchar sobre el Hospital Guadalupe, el cual existió al final del paseo Garibaldi, el cual fue destruido para dar pase a la conexión de la entonces nueva avenida Dos de Mayo con la avenida Guardia Chalaca. Para mayor información, aquí una breve reseña histórica: “En 1832 los padres descalzos Fray José Ramón Rojas (padre Guatemala) y Fray José Martín Prieto construyen junto a la capilla y anexo a ella un pequeño hospital con seis…camas, al cual bautizarán con el nombre de Guadalupe y que de manera caritativa empezará a atender a los enfermos del Callao, en especial a marineros que arribaban al puerto, sosteniéndose con las limosnas de la feligresía porteña. El 16 de junio de 1850, fue ampliado el hospital, albergando 20 camas, por tal motivo, fue reinaugurado. Por el año 1861 se inauguro el paseo Garibaldi, por tal razón el hospital fue trasladado al final de dicho paseo y vuelto a fundar el 8 de diciembre de 1865; en donde permaneció hasta que fue destruido por los años 60’, para dar pase a la conexión de la recién inaugurada Av. Dos de Mayo, y, conectarla con el ovalo de la Av. Guardia Chalaca. En la cuadra de Paz-Soldán, existió una antigua caballeriza (1897) con el nombre clásico de “El Caballo Negro”. Allí se instalo una pequeña plaza de toros, de propiedad de un señor Montani. Este fue muy aficionado a la suerte de “cuchares” y en 1892, hizo su debut en la plaza de Acho. Nuestra historia de Tauromaquia, ya tiene inscrito como torero a un joven Montani, será descendiente del señor Montani, del “Caballo Negro”?. A mediados de la estación de verano del año 1865, se celebraba la fiesta taurina, en la plaza de toros del Callao, en la que, con la concurrencia de un batallón del ejército, daba mas animo a la fiesta, porque los despejos era muy del agrado del público. Allí se veía la agilidad del soldado para la lucha a la bayoneta, su movimiento por batallón y por compañías; al toque de cornetas unas veces, y otras en ataque con arma blanca, solo se sentía un rumor insignificante, que se llamaba al “compas de la muda”, era unisonó, cada soldado parecía estatua en su firmeza y en sus movimientos rápidos, seguros, eran hombres resorte, sin un solo desacierto. De allí que, cada vez que se anunciaba la corrida de toros con despejos, la concurrencia era enorme, especialmente de la juventud de aquella época, a quien tanto agradaba el ser militar. Esa tarde que se hacia la corrida de toros había, pues, juego de esgrima, música y toro ensillado. La cuadrilla estaba compuesta de los toreros Arredondo, Ortiz, Monteblanco, Juan García, Juan De La rosa Asin, Jorge Asin y Antonio Romero, haciendo de banderillero el célebre “Pichilin”. Dirigía la cuadrilla Arredondo, que recibía al toro muy bien enjalmado; para dar muestra de su serenidad y valentía ante el público, mientras lo capeaba, se ponía a fumar un cigarro; el toro ensillado lleno de banderas de las naciones y con fuegos artificiales en su cuerpo, que lo enfurecía al toro y lo hacia recorrer la plaza alocadamente. ¡Hay del infiel torero que pescara en su carrera, era alma de la otra vida! Los toros que les llamaban “Asines”, los soltaban con los ojos vendados y el matador Juan García, también se vendaba los ojos para mandar al matadero a su toro. De cómo salió esta temeridad, no podría contarles, pues el cronista no nos da cuenta de ello. Además se lanzaban globos de papel y a cierta altura derramaba mixtura sobre la concurrencia de la plaza, como complemento a tan deliciosa tarde.
Fuente:
https://myqueridobarriofrigorifico.wordpress.com/category/callao/

PAELLA (XXXX - 1882)

Solo para efectos ilustrativos

Bous al carrer en honor a San Cristófor en Picassent, Valencia

Cortesía del sitio web: http://.hortanoticias.com

El 15 de julio de 1882, en la localidad valenciana de Picassent, dejaba de existir un aficionado apodado “Paella”, que fue corneado en la región pectoral. (Fuente: Crónica de don Juan José de Bonifaz Ybarra, de su obra “Victimas de la Fiesta” Capitulo 7, Página 188.

MANUEL GALLARDO GUTIÉRREZ (1840 - 1882)

Solo para efectos ilustrativos

Picador de toros nacido en El Puerto de Santa María (Cádiz) el 17 de septiembre de 1840, era  hijo del famoso varilarguero Juan Gallardo. Abandonó el oficio de tonelero para picar toros, y a pesar de la oposición de sus padres, salió por primera vez a picar  el 25 de diciembre de 1856 en la Plaza Real, contando sólo dieciséis años. Después de esto siguió ejerciendo en novilladas celebradas en plazas andaluzas, especialmente en la provincia de Cádiz, por lo que debió torear en la Plaza Real. En Madrid aparece su nombre en un cartel del año 1861, así como en 1862. Sin embargo, Manuel Gallardo trabajó muchos otros años en el circo madrileño, pero parece que no contaba con muchos admiradores, de ahí que la mayoría de las veces actuase, según parece, como reserva. Recortes refiere que no se presentó en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla hasta el 13 de septiembre de 1868, agregado a la cuadrilla de Jaqueta, cuando éste aún era novillero, por lo que nos extraña mucho que habiéndolo hecho en Madrid tardase hasta tener veintiocho años de edad para presentarse en Sevilla, y este año, en una corrida de novillos. En la Real Maestranza Sevillana salió el 13 de junio de 1869. En una biografía publicada por El Tío Jindama, en 1878, afirma que hasta ese año picó a las órdenes de Manuel Domínguez. En provincias actuó mucho agregado unas veces a la plantilla de José María Ponce, del Gordito o de Hermosilla. El 11 de agosto de 1872 sufrió una grave cogida en Jerez de la Frontera, corneándole el toro después de caer del caballo, ocasionándole una herida de seis pulgadas de extensión en la región axilar izquierda, de fuera adentro, hasta el borde externo del gran pectoral, otra superficial de una pulgada en el occipucio, lesiones que unidas a otros padecimientos, fueron la causa de que tuviera que estar alejado tres años de la profesión. En la citada corrida se dio el caso, doloroso y pintoresco a la vez, de que el público, creyendo a los matadores culpables del percance, arremetiese con gran furia contra ellos, arrojando gran cantidad de piedras y ladrillos al redondel. El 18 de mayo de1882 se dio en Valencia una corrida en la que alternaron los Manuel Hermosilla y Fernando Gómez (Gallo), siendo los toros del marqués del Saltillo. Al poner Manuel Gallardo una vara al último toro, llamado “Perrunito”, negro zaino, sufrió una grave caída que le ocasionó la fractura de una clavícula y tres costillas; la cura de este accidente fue francamente mala, ya que empujado por la falta de recursos tuvo que reintegrase a la profesión sin haberse restablecido debidamente…y aquellas contusiones terminaron mermaron sus facultades. En ese sentido, cuando el 9 de julio de 1882, actuó en una corrida celebrada en Cádiz, se resintió de la cogida de Valencia y tuvo que retirarse de la plaza antes de terminar la función. Días después, el 17 de agosto de 1882, moría el infeliz picador en su casa de Jerez. Manuel Caballero no llegó a poseer la habilidad de su padre, pero fue muy voluntarioso y seguro, entrando a los toros por derecho, aunque en ocasiones se apartaba de las suertes antes de tiempo. (Fuente: Don Juan José Zaldívar Ortega-“Los Varilargueros de El Puerto de Santa María”-2008)

 

El ilustre cronista, don Juan José de Bonifaz Ybarra,  refiere de esta víctima de la fiesta, que << el 18 de mayo de 1882, en la plaza de Valencia, el toro “Perrunito”, del hierro del marqués de Saltillo, derribó a Manuel Gallardo Gutiérrez, de la cuadrilla de Manuel Hermosilla, produciéndole, además de una fuerte conmoción cerebral, las fracturas de tres costillas y de una clavícula. Se repone de tales lesiones en su domicilio de Jerez de la Frontera e, imprudentemente, toma parte en la corrida que tuvo por marco el coso de Cádiz el siguiente 9 de julio, en la que es nuevamente derribado. Agravadas las dolencias anteriores, dejaría de existir el 17 de agosto de 1882. " 

GERARDO CABALLERO (1842 - 1882)

Solo para efectos ilustrativos

Plaza de Armas de la hermosa ciudad de Lima, Perú

Cortesía del Sitio Web: http://luizcore.files.wordpress.com

Pocas noticias nos facilita la historia de este diestro, y esta escasez de datos demuestra la poca significación que tuvo. ¿Cómo poca? Ninguna. Nació en Sevilla el 14 de mayo de 1842, y en tal ciudad se presentó como novillero el 8 de septiembre de 1865. En Madrid se dio a conocer el 15 de diciembre de 1867; pasó varios años entre Uruguay y Perú; no regresó a España hasta el año 1874, y el 6 de septiembre del mismo le dio “Lagartijo” la alternativa en Madrid, en la plaza inaugurada dos días antes, mediante cesión del toro Juriqueño, de don Anastasio Martín. En posesión de dicha alternativa marchó a Lima, donde estableció una licorería y en ella murió apuñalado, mediante una reyerta, el 31 de agosto de 1882. Fuente: (Sitio Web: http://.historiadeltorero.com)

“Don Víctor”, historiador propietario del afamado Blog taurino en la Internet: “A los Toros”, refiere de su infortunio, que << el 31 de agosto de 1882, el matador de toros Gerardo Caballero falleció a consecuencia de una puñalada que le dieron durante una reyerta en la licorería de su propiedad. Nacido en Sevilla el 14 de mayo de 1842 debutó como novillero el 15 de diciembre de 1867. Emigró a Uruguay y Perú y al regresar a España en 1874 tomó la alternativa el 6 de septiembre de ese año en la plaza de toros de Madrid, que había sido inaugurada dos días antes. “Lagartijo” le cedió el toro “Juriqueño” de Anastasio Martín; se habían anunciado seis toros de dicha ganadería, pero la noche de antes, al hacerse el encierro, se escaparon los toros y no pudieron recogerse a tiempo más que tres, que se lidiaron con otros tres de López Navarro. Francisco Arjona “Currito” actuó de testigo, Gerardo fue el primer espada que tomó la alternativa en esta plaza. Marchó de nuevo a la capital peruana ocurriendo el desenlace mencionado en principio. >>
Fuente:
http://alostoros.blogsome.com/2010/08/

LA MUERTE DEL PERRO PACO ( - 1882)

Cortesía de la Revista Sociocultural "La Alcazaba", Número 32, de Enero de 2012, Páginas 6-8
Editorial "El Perro Paco" de don José Manuel Mójica Legarre

Una de las historias más tiernas del último tercio del siglo XIX, es la del perro "Paco" que, durante algún tiempo fue testigo de excepción de la vida madrileña. Su historia no tiene desperdicio y por ello la contaremos. En la esquina entre la calle de Alcalá y la de Peligros, a unos cientos de metros del teatro Apolo, que estaba junto a la iglesia de San José, se encontraba el Café de Fornos llamado así por la familia propietaria, la familia Fornos que, en 1879, acababa de mudarse a esa ubicación desde un callejón en lo que hoy es la calle Arlabán, y de montarlo con todo lujo de detalles con reloj de dos esferas, vajilla de plata y cuadros de autores reconocidos como lo son Sala, Vallejo, Gomar, Araújo y Zuloaga. El local tenía restaurante, con entrada independiente desde Alcalá, y unos reservados en el entresuelo que estaban numerados, en los que se podía conspirar tranquilamente, ya que no cerraban en toda la noche.
Aunque Barbieri Archidona en la revista "El ruedo" sostiene que el perro "Paco" había sido propiedad de "Frascuelo", la historia cuenta que don Gonzalo de Saavedra y Cueto, marqués de Bogaraya, grande de España, hombre muy querido en la corte y persona de futuro político, pues algunos años más tarde sería alcalde de Madrid, se dirigía en compañía de sus amigos en dirección al Café de Fornos donde habían decidido cenar cuando se encontraron con un perro vagabundo de color negro que, según se supo después, dormía en las cocheras del tranvía que estaban en la calle de Fuencarral, y cubrían el trayecto de la calle de Alcalá a la glorieta de Cuatro Caminos. En ese instante nació el mito del perro "Paco". Bogaraya y los suyos, en plena juerga etílica, decidieron en ese momento, en son de broma, dar de comer al perro y entre el jolgorio general lo llevaron al Fornos, le arrimaron una silla y lo subieron encima. Una vez allí, tratándolo como a un comensal más de la cuadrilla, pidieron para él un plato de carne asada, que el perro engulló lentamente con tal mesura que todos supusieron que había recibido alguna educación. Terminada la cena, pero no las ganas de juerga, el señor marqués pidió una botella de champaña y, derramando gotas sobre la cabeza del estoico perro, lo bautizó con el nombre de "Paco". En el Madrid que no era entonces más grande que algunos barrios menores de los de hoy, la historia se conoció pronto. Tanto que, para cualquier parroquiano del Fornos que se preciase, en realidad casi para cualquier madrileño, invitar a "Paco" se acabó convirtiendo en una especie de obligación. Cada noche, el perro se dejaba caer por el Café de Fornos. Lo más curioso de este caso es que los camareros, por orden de los dueños, le dejaban pasar como a un parroquiano más y siempre había alguno que encargaba al camarero el consabido plato de carne. Al perro se le servía en una mesa, como a cualquiera y, tal y como había aprendido, se sentaba en la silla, y comía. Una vez terminada su colación, simplemente esperaba a que su mecenas de esa noche se retirase a su casa. Según cuenta Natalio Rivas, que entonces era un joven político y que aseveraba haber visto personalmente todo lo referido, quien había pagado la cena del can nada más hacer el gesto de marcharse, "Paco" le acompañaba. Caminaba el perro despacito, junto a su dueño de esos minutos, hasta la mismísima puerta de su casa. Nunca aceptó las muchísimas invitaciones de entrar en la casa y dormir caliente esa noche. De hecho, quienes lo intentaron refirieron que, al segundo o tercer intento de tirar del perro hacia dentro, "Paco" comenzaba a gruñir y a ponerse nervioso. Porque "Paco" era un bohemio; por alguna extraña razón necesitaba volver cada noche a las cocheras del tranvía y rascar el portalón con la pata hasta que el guarda le abriese. Lo realmente increíble de "Paco" es que de la costumbre de ser admitido como un parroquiano más en el Café de Fornos pasó a ser admitido en los espectáculos públicos. "Paco" iba, en efecto, al teatro Apolo. Le dejaban entrar. Si había butaca libre, en ella se sentaba. Si estaba el teatro lleno, siempre había dos espectadores que se apretaban un poquito para dejarle sitio. Y allí se quedaba, viendo la representación, hasta que terminaba, aullando si a la gente no le gustaba el espectáculo. Una vez acabada la función, se dirigía al Café de Fornos para que alguien le invitase a cenar; pero lo que más le gustaba a "Paco" eran los espectáculos taurinos. Los días de lidia, los madrileños subían a la corrida por calle Alcalá arriba y "Paco" subía como uno más. Ocupaba una localidad como cualquiera y asistía al espectáculo de principio a fin. Al terminar las faenas, muerto el toro, le gustaba saltar a la arena y hacer unas cabriolas, para regresar a su asiento con los clarines que anunciaban el siguiente toro. A la gente eso le gustaba. Salvo a los puristas. El crítico taurino "Sobaquillo", Mariano de Cavia, escribió crónicas protestando por esos espectáculos, que consideraba incompatibles con la lidia. La tarde del 21 junio de 1882, el tabernero José Rodríguez de Miguel metido a novillero con el apodo de "Pepe el de los Galápagos" lidiaba, malamente, a uno de los toros que le había tocado en suerte. En el momento de la suerte suprema, nadie sabe por qué, "Paco", por primera vez en su vida saltó a la arena mientras el toro estaba aún con vida. Comenzó a hacer cabriolas, como reprochándole al lidiador su escasa pericia. Éste, temiendo tropezarse con el can, y para sacárselo de encima, intentó golpearle con la parte plana del estoque pero, al revolverse el perro con rapidez, recibió una estocada que lo dejó malherido en la arena. A duras penas sobrevivió "Pepe el de los Galápagos" a las iras del pueblo de Madrid, que quería lincharlo. Finalmente, el empresario teatral Felipe Ducazcal, hombre muy querido en Madrid, consiguió apaciguar a las masas, y llevarse a "Paco" para que lo cuidasen. Pero a pesar de los cuidados recibidos, nunca se recuperó y murió poco después. Tras una etapa en la que permaneció disecado en una taberna de Madrid, fue enterrado en el Retiro. Nunca llegó a reunirse dinero para hacerle una estatua que se había proyectado, no sabemos bien ni cómo era, ni dónde está enterrado. Pero "Paco" es, desde luego, un caso extraño, conmovedor porque todo el pueblo de Madrid, se aplicó a quererlo, a alimentarlo y a respetarlo. Lo que empezó como una broma terminó siendo un fenómeno de masas, pues incluso hubo avispados comerciantes que lanzaron productos «Perro Paco» y los sucesores de Rivadeneyra publicaron un libro titulado "Memorias autobiográficas de Don Paco" que eran una especie de reflexiones sobre la vida social y política atribuidas al perro. En estos tiempos que tanto se mira por la salud de los animales, ¿no sería el momento de refrescar aquella primitiva idea de levantarle un monumento al perro "Paco" que, de algún modo, fue mascota de todos los madrileños?
Fuente:
Editorial de José Manuel Mójica Legarre: "El Perro Paco"
Publicado en la Revista Sociocultural "La Alcazaba", Número 32 de Enero de 2012, Páginas 6-8

GREGORIO DE LOS SANTOS RIPAMILÁN MURILLO (XXXX - 1882)

Solo para efectos ilustrativos
Ganadería de Ripamilán

Cita don Marcelino Cortés Valenciano, en una brillante editorial de su autoría titulada: Leopoldo Alas "Clarín" y las Cinco Villas, publicada en el periódico informativo municipal: "Ejea de los Caballeros"/Segunda Época/ Número 74/ Páginas 16 y 17 / septiembre-octubre de 2001, que el 28 de mayo de 1882, el rico propietario ejeano Gregorio Ripamilán fue brutalmente asesinado cuando regresaba a la villa desde sus posesiones en Escorón. El destino quiso que aquella tarde lo acompañara su sobrino Juan Callén, de tan solo catorce años, una compañía con la que no contaban los asesinos. A Gregorio Ripamilán le asestaron veinticuatro puñaladas en el cuerpo y le destrozaron la cabeza con un disparo de trabuco; al joven acompañante, que se convertía en un incómodo testigo, lo degollaron. Gregorio Ripamilán era uno de los principales contribuyentes de Ejea de los Caballeros. Además de cuantiosas tierras, era propietario de una famosa ganadería cuyos toros se lidiaban en las principales plazas de España. Incluso en el lenguaje hablado se ha conservado la expresión ¡Te crees que eres un Ripamilán! cuando alguien presume de tener dinero. A todo esto hay que sumar que Gregorio Ripamilán había sido el alcalde de la villa unos años antes, en 1870.

Fuente: http://www.ejea.es/fotos/revistasN/113474bc.pdf

A la fecha existen discrepancias respecto a la fecha en que ocurrió el abominable crimen, tal como se observa en el sitio web de la revista "Terralia"/ Editorial "Los Troncos Navarros(2)"/ "Ganaderías aragonesas con raíces de casta navarra: Murillo, Ripamilán, Ferrer"/ Octubre de 1999, donde citan que en Ejea de los Caballeros (Zaragoza), Don Severo Teodoro Murillo (con divisa encarnada) formó una ganadería con las reses del país y después de varios años con muy buenos resultados durante el siglo XIX, lidiando sus toros en Aragón, Navarra, Cataluña y el País Vasco, Don Gregorio de los Santos Ripamilán Murillo, primo de Don Severo, se la compró en 1864. El 24 de septiembre de 1865 se lidiaron en Madrid estos toros, a nombre todavía de Don Severo y conservando el hierro de éste. Jamás ningún toro de éstos fue fogueado ni devuelto al corral por manso, lo que habla muy mucho en favor de su bravura. Don Gregorio siguió manteniendo a gran altura la reputación de sus toros, lidiándolos en Valencia, Palma, San Sebastián, Barcelona, Zaragoza y otras plazas de importancia hasta que fue asesinado, en extrañas circunstancias, el 28 de mayo de 1878, junto a un sobrino que le acompañaba. Los asesinos enviaron a la familia la oreja cortada del ganadero y no hubo forma de esclarecer los hechos ni los autores. La vacada pasó luego a su hermano Don Victoriano Ripamilán, quien se casó con Dª Mercedes Hernández. En un cartel que se conoce, el infortunado diestro Manuel García "El Espartero" lidió en solitario en Valencia, el 16 de octubre de 1887, seis toros de Don Victoriano Ripamilán. Este falleció poco después y se anunciaron toros a nombre de su viuda, quien casó en segundas nupcias con Don Pío Diego Madrazo, muy amigo de "Guerrita". Tuvieron dos hijos, que fallecieron jóvenes, por lo que la vacada pasó a familiares en segundo grado de los Hernández. Al retirarse "Guerrita" del toreo, los Ripamilán pierden influencia y finalmente se anunció durante cierto tiempo a nombre de Dª Mercedes y de su hermano Don Clemente Hernández. La ganadería degenera y va perdiendo bravura por lo que en 1908, los Hernández venden los ripamilanes a Don Manuel Lozano, de Valdelinares (Teruel). Este señor tenía ya vacas de Ripamilán y de Higinio Flores, de los Flores de Peñascosa (Albacete), además de un semental de Lizaso. Lidió en Madrid en 1912, no tuvo mucho éxito y en 1933 la ganadería la pasó a sus sobrinos Marcial y José Lozano.
Fuentes:
http://www.terralia.com/index.php?revista=10&articulo=61
http://ganaderoslidia.com/webroot/GANADERIAS/ara_lrp.htm

FRANCISCO CARLOS BATALHA (1841 - 1882)

El 15 de septiembre de 2016, recibí una amable carta del acreditado periodista y escritor de Lisboa, Portugal, Don Rui Araujo, donde me cuenta haber leído en la revista Serões - nº 53, de 1909, una editorial de D. Carlos Abreu donde narra, que, Francisco Carlos Batalla nació en Lisboa el 18 de febrero de 1841. Fue un valiente caballero hasta la temeridad. Conocía las reglas de la equitación como pocos, siendo educado en este arte por el profesor Antonio de Figueiredo, a expensas del marqués de Castelo Melhor. En el toreo fue alumno de João dos Santos Sedvem, de quien recibió las mejores lecciones, y quien tenía una real predilección para su discípulo. Valiente como era, esta calidad le hizo crear de un grupo de admiradores tan numeroso como especial que lo idolatraba, frecuentando las corridas en las que participaba. Este público era el de sol; la fanaticada fue ganada por este torero popular, que iba más allá de los límites. Por ejemplo, una tarde donde toreaba en el campo de Santa Ana con Morisca y tocando a cada artista dos toros, sus amigos y admiradores no dieron su consentimiento para que Mourisca toreara el segundo que le tocaba, prefiriendo que fuera toreado por Batalla.A pesar de las protestas, los partidarios de Mourisca no pudieron lograr que se cumpliera el programa. Batalla fue un caballero distinguido, de muchos recursos y conocimiento, más también era inmensamente infeliz. Se podría decir que durante el largo tiempo que ejerció su profesión, incluso después que los demás caballeros rejoneadores comenzaron a tener sus propios caballos, nunca tuvo un animal de verdad para los toros que fuera de su propiedad. Por otro lado, no dudaba en montar y ejercitar al primer caballo que se aparecía, y con él a salir a la arena. Y cuántas veces no lo hizo, merece la pena reconocer su valor y el sobresaliente conocimiento que poseía para montar. Una enfermedad cerebral término con la vida del infeliz artista el 7 de abril de 1882, en la casa que vivía en Escadinhas de San Lorenzo. (Fin del texto)

Queda sujeto a investigación si la enfermedad cerebral que le segó la vida a los 41 años, surgió a resulta algún golpe que se haya dado en la cabeza al caer de algún caballo y que regularmente no se atendían como era debido por el escaso avance de la medicina en esos años.
Fuente:
https://corridasbullfights.blogspot.pt/
https://corridasbullfights.blogspot.mx/

MUERE EN LA FIESTA DE SAN JUAN DEL PUERTO DE SANTA MARÍA EN 1882 ( - 1882)

Imagen antigua del paseo del Vergel del Conde en el Puerto de Santa María, Cádiz, España
http://espanafascinante.com/lugares/que-ver-en-el-puerto-de-santa-maria-historia-de-el-puerto-de-santa-maria-escapada-el-puerto-de-santa-maria/

El sábado 1 de octubre de 2016 recibí una amable carta de mi amigo, el periodista y escritor Rui Araujo, donde me hace llegar, la revista de espectáculos española "El Tío Jindama" (No 120), del domingo 9 de julio de 1882, digitalizada por la Biblioteca Nacional de España, donde citan textualmente: El día de San Juan (24 de Junio) fue cogido en el Puerto de Santa María, por el toro de cuerda que se corría con motivo de dicha fiesta, un tonelero, el cual, a causa de las heridas que recibió, falleció al día siguiente.

RAFAEL BEJARANO CANTERO Ó CÓRDOBA "LA PASERA" (1859 - 1883)

Rafael Bejarano corneado en el callejón

Banderillero y puntillero, nacido en Córdoba el 6 de agosto de 1859, falleció en Barcelona el 6 de mayo de 1883, a los 24 años de edad. Trabajando en la cuadrilla de Rafael Molina “Lagartijo” en dicha ciudad, la tarde del 4 de mayo de 1883 fue alcanzado por el burel de la vacada española de don Juan Antonio Mazpule, llamado según unos, “Soto”, y otros que “Garabato” , retinto claro –por su pelaje algunos cronistas aseguran que fue de don Nazario Carriquiri, tomó 8 varas de “Dientes”, “Manolo” y “Matacán”; al echarle un capote “La Pasera” saltó el toro tras él al callejón de la Plaza de la ciudad Condal, lo enganchó y le dio una enorme cornada en la articulación tibio femoral izquierda, calificada de gravísima en la enfermería de la plaza, de resultas de la cual falleció a los dos días, después de amputarle la pierna herida. “La Pasera” trabajaba de puntillero, pero banderilleaba cuando era necesario, figurando entre la gente de “Bocanegra”, “Chicorro” y “Lagartijo”. El Dr. Juan José Zaldívar Ortega, agrega, que el toro que le dio muerte se llamaba “Soto”, y de la malaventura de ese día refiere que, el 6 de mayo, “Soto” de la dehesa de  Mazpule, corrido en Barcelona, saltó la barrera y dentro del callejón  cogió a Rafael Bejarano (la Pasera), de la cuadrilla de Lagartijo, le infirió una cornada en el muslo izquierdo, de la cual falleció el 1de julio de 1883, después de amputarle la pierna herida.


Cortesía del historiador José Antonio Román Romero
http://gestauro.blogspot.mx/2013/09/rafael-bejarano-la-pasera.html

El ilustre historiador, don Juan José de Bonifaz Ybarra, refiere de esta víctima de la fiesta, que << en el coso de la Barceloneta, de la Ciudad Condal, resultó herido de consideración en el muslo izquierdo, por el retinto “Garabato”, de la ganadería de Mazpule, el cordobés Rafael Bejarano Córdoba (la Pasera) el 6 de mayo de 1883. Tras diversas alternativas en el curso de su curación, se agrava su estado hasta el punto de que el 1 de julio del mismo año de 1883, le es amputada la pierna afectada, lo que no logra evitar su fallecimiento, lo que ocurre a las primeras horas de la noche de ese mismo día. Había figurado en las cuadrillas de “Bocanegra” y “Lagartijo”, y en esta última realizaba la función de cachetero. "

Por su parte el cronista Rafael González Zubieta "El Zubi" refiere en su Blog Taurino en la Internet "Larga Cordobesa" que: El banderillero y puntillero cordobés, Rafael Bejarano Córdoba, conocido por el apodo taurino de "La Pasera", nació en Córdoba el 6 de agosto de 1859. Era hijo de otro banderillero, Juan de Dios Bejarano Martínez, hermano de la madre de Rafael Guerra. "La Pasera" hizo su presentación en Madrid en la cuadrilla de Manuel Fuentes "Bocanegra", pasando mas tarde a la cuadrilla de "Lagartijo". Su tarde trágica fue un 6 de mayo de 1883 en una corrida lidiada en Barcelona, con toros de don Juan Antonio Mazpule. El tercer toro llamado "Garabato", un retinto claro, salió con gran bravura al redondel. Dicen las crónicas de la época que el toro necesitó tomar al menos ocho varas por parte de los picadores "El Dientes", "Manolo" y "Matacán". "La Pasera" actuaba ese día de "cachetero". Fue a la salida del caballo, cuando el banderillero cordobés hizo un quite al toro y le echó el capote a "Garabato". El toro le apretó lo suyo hasta la misma barrera. "La Pasera" se dio cuenta del apuro y saltó con decisión la barrera y una vez dentro de ella pensó que estaba seguro y se relajó. Lo que no pudo imaginar es que "Garabato" hizo hilo tras él, y también saltó al callejón, donde logró engancharlo con los pitones y le propinó una gran cornada en la articulación tibiofemoral izquierda calificada minutos más tarde en la enfermería como "cogida gravísima". "La Pasera" quedó gravemente herido pero no murió en el acto. Su curación atravesó varias vicisitudes, hasta el punto de que casi un mes más tarde, el 1 de junio de 1883, su estado de salud de agrava seriamente, hasta el punto de que hubo que amputarle la pierna herida. A pesar de tanto sufrimiento y postración, este modesto torero cordobés no logra vencer a la muerte, que le llegó ese mismo día a las once de la noche. Tenía 22 años cuando murió. Es verdad que no fue un torero importante. Fue un torero de "plata", pero en Córdoba aun se le recuerda, pues con su muerte engrandeció la historia gloriosa de la Tauromaquia cordobesa.

Citan en el libro "Necrología Taurina" de Tomás Orts Ramos, "El Niño de Dios" (1866-1939), publicado en 1889, que: Rafael Bejarano (La Pacera).-Banderillero cordobés que, toreando en Barcelona, con la cuadrilla de Lagartijo, a la que pertenecía, tuvo la desgracia de ser cogido por un toro, de la ganadería de Ripamilán, el día 11 de septiembre de 1884. Falleció al poco tiempo en el hospital de la ciudad de los condes.
Fuente:
http://bibliotecadigital.jcyl.es/i18n/consulta/registro.cmd?id=14529

Refiere don José Antonio Román Romero, el historiador contemporáneo que mantiene en la Red el Blog taurino "De Hombres Toros y Caballos", que en el viejo circo de la Barceloneta mataban alternando el día 6 de Mayo de 1883, "Lagartijo" y su hermano Manuel. Los toros eran de Mazpule. Oficiaba de puntillero, el banderillero Rafael Bejarano "La Pasera", que dio al segundo bicho de la tarde el último puntillazo de su vida. Salió el tercero, retinto claro y algo brocho. Durante el tercio de varas saltó varias veces la barrera. En una de ellas lo hizo tras "La Pasera", empitonándole en el callejón junto a la puerta fingida de la presidencia que fue abierta inmediatamente, saliendo el de Mazpule al ruedo. En la enfermería los médicos de servicio apreciaron al infortunado diestro una herida de ocho centímetros de extensión en la articulación tibio-femoral izquierda. La cogida fue la señal del desorden, llegando el toro a apoderarse del peonaje. Solo "Lagartijo" conservaba su habitual serenidad. Al hacer los clarines la señal de muerte el gran maestro se dirigió tranquilo del todo al toro, al que sujetó con pocos pases haciendo renacer la confianza en la cuadrilla, dejándose caer con un gran volapié que hizo estallar la plaza en delirante aplauso. Cayeron al redondel numerosos sombreros que en las ansias de la muerte pisoteaba el toro el cual cayó aplastando algunos de ellos. La ovación fué estruendosa. "La Pasera" después de sufrir dos dolorosas operaciones falleció el día 1 de julio en el Hospital de Santa Cruz. Su entierro fue presidido por el espada Paco Frascuelo que con voz entrecortada pronunció la oración fúnebre.

HONORATO MARTÍ MARTÍNEZ "NORAT " (1843 - 1883)

Solo para efectos ilustrativos

“Torero Azul”

Obra del creativo pintor madrileño Jesús Fuertes

Rehiletero que fue cogido por un novillo el 23 de mayo de 1883, falleciendo a resultas del incidente el día 4 de junio siguiente.

 

Refiere el cronista d. Juan José Zaldívar Ortega que << Honorato Martí (Nora), banderillero de novillos, natural de Valencia, en cuya Plaza de Toros trabajó el 23 de mayo de 1883. Perseguido durante la lidia por un toro del marqués del Saltillo, al tratar de saltar el olivo fue enganchado y golpeado contra las tablas, resultando con la fractura del dedo pulgar de la mano izquierda y una herida en la cabeza, que no pareció grave en un principio, pero que le causó la muerte el 4 de junio de 1883"

 

El ilustre cronista, don Juan José de Bonifaz Ybarra,  refiere del percance,  que <<no parecía revestir especial gravedad la lesión en la cabeza que un novillo del hierro del marqués de Saltillo produjo al valenciano Honorato Martí Martínez (Norat), al golpearle contra las tablas del coso de su ciudad natal, el 23 de mayo de 1883. Pese a tal pronóstico, no se pudo evitar la muerte el día 4 del inmediato mes de junio de 1883, en la capital reseñada. "

Refiere el historiógrafo taurino Rafael Gómez Lozano (Dientefino), que en la Revista (6TOROS6), ejemplar No. 399, del 4 de diciembre de 2001, citan textualmente que el 6 de diciembre de 1843, nace en Valencia el banderillero Honorato Martí Martínez "Norat". Actuando a las órdenes de Cosme González en la plaza de Valencia, el día 23 de mayo de 1883 fue alcanzado al tomar las tablas por el toro "Garboso" del marques de Saltillo, que le tiró contra la contrabarrera, hiriéndole en la cabeza, fracturándole un dedo de una mano y contusionándole. Las lesiones, a las que no se dio importancia, le provocaron la muerte en el hospital de aquella ciudad el 4 de junio.