Los toros dan y quitan

LA MUERTE DE FERNANDO II DE ARAGÓN “EL CATÓLICO” EN 1516

LA MUERTE  DE FERNANDO II DE ARAGÓN  “EL CATÓLICO”  EN 1516

El Rey Fernando II, "El Católico"
Rey de Aragón, Valencia, Mallorca, Cerdeña y Conde de Barcelona

Según una leyenda se asegura que el rey de España Fernando II de Aragón, "El Católico" murió, cuando se dirigía a Guadalupe (Murió el 23 de Enero de 1516 en Madrigalejo, Cáceres, cuando iba a asistir al capítulo de las órdenes de Calatrava y Alcántara en el Monasterio de Guadalupe), de una indigestión al beber la sangre de algún cárdeno o negro zaíno toro, aunque otra versión afirmaba que fue por darse un atracón de criadillas de este animal. Citan varios cronistas que el rey, era un gran consumidor de criadillas de toro, para fortalecer (según él) su virilidad.
Fuentes:
http://www.losmitosdeltoro.com/?p=1531
http://www.cienciapopular.com/n/Historia_y_Arqueologia/Curiosidades_de_la_Realeza/Curiosidades_de_la_Realeza.php

En la enciclopedia libre en la Internet "Wikipedia", citan otra versión distinta, al referir que la causa de su muerte pudo estar relacionada con el abuso de cantárida (polvo de mosca española), que en aquellos tiempos se utilizaba como afrodisíaco (sin tantear sus fatales consecuencias) en un intento por lograr un heredero varón con su segunda esposa, Germana de Foix.
Fuente:
http://es.wikipedia.org/wiki/Fernando_II_de_Arag%C3%B3n

En 1509, la reina Germana parió un hijo de Fernando el Católico, que fue llamado Juan en homenaje a su abuelo paterno; sin embargo, el bebé apenas sobreviviría unas horas. El interés del monarca por engendrar hijos en su segunda esposa constituyó la preocupación personal más visible en sus últimos años, sobre todo después de este suceso. Para conseguir tal fin, el rey llegó incluso a ingerir un preparado líquido con supuestos efectos vigorizantes, que, a decir de algunos, le fue suministrado por la propia reina Germana. La poción, sin embargo, obtuvo un resultado totalmente opuesto al pretendido, de forma que no sólo no sirvió para engendrar hijos sino que lastró gravemente la salud del rey en su último lustro de vida. Este rumor sobre el brebaje, que nació en la corte aragonesa y fue propagado por el pueblo llano, lo recogió el cronista Prudencio de Sandoval pocos años más tarde, al narrar en su crónica imperial la muerte del Rey Católico: Falleció vestido en el hábito de Santo Domingo. Estaba muy deshecho porque le sobrevinieron cámaras (pústulas), que no sólo le quitaron la hinchazón que tenía de la hidropesía, pero le desfiguraron y consumieron de tal manera que no parecía él. Y a la verdad, su enfermedad fue hidropesía con mal de corazón, aunque algunos quisieron decir que le habían dado yerbas, porque se le cayó cierta parte de una quijada; pero no se pudo saber de cierto más de que muchos creyeron que aquel potaje que la reina Germana le dio para hacerle potente le postró la virtud natural. (Sandoval, Historia..., I, p. 63). La hidropesía o gota, enfermedad muy proclive a causar muertes en la clase dirigente por lo abusivo de su dieta, se vio agravada por la presencia de pústulas (cámaras), culpables con casi total seguridad de la desfiguración de su cuerpo. Con respecto a la caída de la quijada, se trata de una descripción simple de un episodio embólico o de parálisis parcial del sistema nervioso, seguramente producto de las derivaciones de un problema cardiovascular agudo. A los 63 años de edad, el monarca sufría las consecuencias de una vida plagada de excesos en todos los sentidos.
Fernando II tenía previsto pasar la primavera de 1516 en Andalucía, donde al parecer iba a supervisar la formación de una flota para reanudar la empresa norteafricana; pero a su paso por Extremadura, camino de Sevilla, se sintió muy enfermo y se hospedó en Madrigalejo, una humilde villa que fue testigo de su muerte, el 23 de enero de 1516, al igual que otra humildísima villa, Sos, lo había sido de su nacimiento. Siguiendo las noticias de Zurita, en su testamento el Rey Católico pidió ser enterrado en la capilla real de Granada, junto a su esposa la Reina Isabel I, al tiempo de que tuvo la tentación de nombrar heredero al infante Fernando en detrimento de Carlos, ya que Fernando se había criado en la Península Ibérica y no en Flandes. Fueron sus colaboradores, como Luis Zapata, Francisco de Vargas y el doctor Carvajal, quienes le persuadieron de embrollar más la cuestión sucesoria y ofrecer a la nobleza dos bandos claramente enfrentados para que las luchas civiles, que habían sido finiquitadas por los Reyes Católicos, regresasen como fantasmas del pasado. Así pues, en cuanto a la gobernación, el cardenal Cisneros quedaba nombrado regente de Castilla y León, mientras que su hijo ilegítimo, Alonso de Aragón, Arzobispo de Zaragoza, lo sería de la Corona de Aragón hasta la llegada de Carlos de Gante, finalmente heredero de ambos tronos. En las disposiciones testamentarias el fallecido monarca también incluía la formación de un fuerte patrimonio para el infante Fernando, así como aconsejaba al futuro Carlos I que cuidase de su viuda, la reina Germana. Y de esta forma humilde, austera y cristiana, acabó sus días el más poderoso de los monarcas del Renacimiento, como relata Mártir de Anglería en una de sus epístolas: Mira lo poco que se debe confiar en los aplausos de la Fortuna y en los favores seculares. El señor de tantos reinos y adornado con tanto cúmulo de palmas, el Rey amplificador de la religión cristiana y domeñador de sus enemigos, ha muerto en una rústica casa y en la pobreza, contra la opinión de la gente. Apenas sí se encontró en poder suyo, o depositado en otra parte, el dinero suficiente para el entierro y para dar vestidos de luto a unos pocos criados, cosa que nadie hubiera creído en él mientras vivió. Ahora es cuando claramente se comprende quién fue, con cuánta largueza repartió y cuán falsamente los hombres lo tacharon del crimen de avaricia. (Mártir de Anglería, Epistolario..., III, p. 217).
Fuente:
http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=fernando-ii-rey-de-aragon-y-v-de-castilla