Los toros dan y quitan

MIGUEL PEROPADRE GARCÍA " CINCO VILLAS " (1946 - 1983)

MIGUEL PEROPADRE GARCÍA " CINCO VILLAS "

Miguel Peropadre García, “Cinco Villas”

Cortesía del Sitio Web

http://donpepeydonjose.blogspot.com/2007/10/miguel-peropadre-cinco-villas.html

Miguel Peropadre García, “Cinco Villas” fue un torero español que nació el 6 de junio de 1946 en el número 15 de la calle Herrerías, en la localidad zaragozana de Ejea de los Caballeros. Tomó la alternativa como matador de toros el 11 de octubre de 1972 en la Plaza de Toros de Zaragoza, con “Paquirri” como maestro de ceremonia y Dámaso González de testigo; los toros, de Diego Puerta, cortando dos orejas a su segundo. Confirmó la alternativa en Las Ventas de Madrid el 7 de julio de 1974, siendo apadrinado por "El Marcelino" y de testigo Raúl Sánchez, con el toro: "Tinojillo" nº 10, negro zaino y con 565 kilos de peso. No tuvo suerte, el encierro fue duro y Miguel no estuvo acertado con los aceros, escuchó un aviso en su primero y dos en el que cerró el festejo. En 1972 toreó 2 corridas. En 1973 toreó 9. En 1974 toreó 14. En 1975 toreó 10. En 1976 toreó 4. En 1977 toreó 2. En 1978 toreó 4. En 1979 toreó 5 corridas. La tarde del 13 de octubre de 1982 fue la última vez que “Cinco Villas” actuó vestido de luces en la plaza de la Misericordia, los toros fueron de Luis Albarrán y compartió cartel con el portugués Víctor Méndez y el turolense, de Utrillas, Justo Benítez. Ese día su labor fue aplaudida en los dos toros que lidió. Fue un torero que tenía condiciones. Fallaba con la espada. Falleció en accidente de tráfico el 10 de agosto de 1983 en el cruce de la N II en Bujaraloz, después de torear en la ciudad zaragozana de Maella y haber cortado dos orejas. Su carrera taurina fue desigual y muy dura, estaba casado y deja 2 hijas en la orfandad, fue sepultado en Zaragoza. 

Fuentes:
Diario El País del 11 de agosto de 1983
http://es.wikipedia.org
http://donpepeydonjose.blogspot.com/2007/10/miguel-peropadre-cinco-villas.html

El 9 de agosto de 2013, la conocida editorialista Elena Pérez, publicó en su leído Blog en la Internet "Una del dos", del diario El Heraldo de España, una hermosa y muy completa biografía de Miguel Peropadre titulada: "30 años sin Cincovillas" donde apunta: Dicen de él que tenía una mano izquierda privilegiada. Para el toreo. Porque en la vida, al pan, pan. Las cosas siempre muy claras, sin medias tintas y sin doblez. Sincero y noble como pocos.


Tomada de la página de Facebook “Miguel Peropadre, Cincovillas”

No le conocí ni le vi torear. Me fio de quienes me lo han contado: Ángel y el amigo Leandro Torres (otro que de mano izquierda y de fingir sabe poco o nada), los dos fueron acérrimos partidarios que compartieron andanzas y horas de charla con él. Y los dos le recuerdan como buen torero, como persona cabal y sobre todo, como un tipo con un gran sentido del humor: “El toreo es grandeza, ¡dame un bocadillo de sardinas!, acostumbraba a ser su saludo en el bar "La Taurina". Por no citar su particular versión del "o llevarás luto por mí" que al parecer acuñó al salir de casa el día que debutó en una becerrada en la plaza de su pueblo (la misma que hoy lleva su nombre): "Madre, o salgo a hombros o me saca el coche de Vinué" (1).


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Pero sobre todo, recuerdo a Jesús González, "el Tano", "el Tanico" de Ejea a quién, cuando hablaba de Miguel, se le arrasaban los ojos de lágrimas y a José Mari Lázaro contando una vez y otra, siempre con tanta mesura como nostalgia, los años en que los tres soñaban con ser toreros. Al Tano se lo llevó la enfermedad y José Mari, una de las personas más cabales que he conocido en casi treinta años, acabó compartiendo idéntico final que Miguel en un desgraciado accidente de carretera.


Jesús González "el Tano", José Mari Lázaro y Miguel Peropadre. Tomada del libro "Miguel Peropadre Cincovillas, Vida, ilusión y muerte de un torero"

Nacido en Ejea de los Caballeros el 6 de junio de 1946, Miguel Peropadre Gracia, "Cinco Villas", vistió su primer traje de luces en Zaragoza el 6 de abril de 1965 y tres años más tarde, en un festival organizado por la Casa de Aragón madrileña, pisa Las Ventas por primera vez causando gratísima impresión. Tomó la alternativa en Zaragoza el 11 de octubre de 1972 de manos de Paquirri con Dámaso González como testigo y toros de Diego Puerta y se la confirmó el 7 de julio de 1974 ante toros de Charco Blanco, Marcelino Librero, "el Marcelino" dando fe Raúl Sánchez. La plaza madrileña de Carabanchel fue escenario de numerosas tardes de éxito del ejeano.


17 de octubre de 1977. Palomo, Ostos y Cincovillas en el cartel. Tarde de la gravísima cogida de Palomo Linares. De testigo un jovencísimo Ángel Solís.
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No fue fácil su carrera dentro ni fuera del ruedo. La gente del toro, en particular la prensa local, no fue excesivamente generosa con Cinco Villas pero jamás las adversidades ni las tremendas injusticias que con él se cometieron consiguieron hacerlo doblegar. Miguel miraba siempre adelante y sus únicos objetivos, su verdad en el ruedo y el bienestar de su mujer y sus dos hijas. Así, cuando los contratos escaseaban, no dudaba en poner a funcionar la furgoneta y echarse a trabajar en lo que fuera. “La Magefesa” tenía que seguir pitando en invierno (2). En ello anduvo hasta aquel desgraciado amanecer del 10 de agosto de 1983 cuando en Bujaraloz, de vuelta de torear un festival en Maella, la carretera segó su vida con tan sólo treinta y siete años, en vísperas de lo que hubiera sido su reaparición en Madrid.

Dos ovaciones escuchó Miguel en la corrida que lidió en la Misericordia el 13 de octubre de 1982 junto a Víctor Mendes y el turolense Justo Benítez. Serían las últimas previas a la póstuma vuelta al ruedo a hombros que sus amigos y aficionados de Zaragoza quienes le rindieron un sincero y espontáneo homenaje en la mañana del 11 de agosto de 1983.

(1) La funeraria de Ejea de los Caballeros era conocida como la de “la viuda de Vinué”.

(2) En los años 70 quien salía en la tele acostumbraba a ser por algo serio (igualito que ahora). Cinco Villas, a raíz de sus éxitos Madrid, fue invitado al programa de la estrella televisiva de la época, José María Íñigo. Miguel, con su providencial sentido del humor y su sinceridad no dudó en dejar bien claro que su intención era “triunfar y ganar dinero. Que hay que llenar la Magefesa todos los días y que no deje de pitar…”

Fuente:
http://blogs.heraldo.es/una-del-dos/