Los toros dan y quitan

LUIS SEGURA SUERO (1938 - 1975)

LUIS SEGURA SUERO

Luis Segura nació en Madrid el 7 de junio de 1938 y fue muerto en Valdemorillo (Madrid) el 16 de febrero de 1975. Debutó el día 17 de julio de 1955 en la madrileña plaza de Vista Alegre, paso previo a su presentación oficial en las arenas de la Monumental de Las Ventas, que tuvo lugar el 24 de marzo de 1957. En esa misma catedral ilustre tomó la alternativa el día de San Isidro de 1958, apadrinado por Rafael Ortega Domínguez, quien le cedió los trastos con los que habría de lidiar y estoquear al toro “Elegido”, perteneciente a la ganadería de don Fermín Bohórquez. El diestro Antonio Chenel Alvadalejo, paisano de Luis Segura, hizo las veces de testigo.

 

Luis Segura fue uno de los más grandes toreros de Madrid. El diestro de Usera tenía arte para dar y tomar. Algunos dijeron que era amanerado. Algunos, que se consagró tan sólo por un quite. Otros, que fue una moda pasajera. Luis Segura toreaba con arte, elegancia -tan madrileña-, pureza y verdad. Luis Segura toreaba con la finura clásica de los toreros de Madrid. Buenas maneras, que no amaneramiento. Por chicuelinas quitó como el mejor. Nunca fue, como envidiosos y frustrados han querido mostrarlo, una moda pasajera. Su forma de vida romántica le llevó lejos de aquí. A las Américas.
Volvió Luis Segura, vencido, en 1974, con su mismo toreo clásico. Vuelta imposible que le costó la muerte en un infausto festival en el serrano Valdemorillo. Había regresado un torero olvidado, ajeno a las modas. Y un infarto cruel acabó con él.
 
Luis Segura, el torero grande del barrio de Usera, abrió la puerta de Las Ventas un lejano mayo de 1959. Rafael Ortega, el torero de la isla de San Fernando, y Joaquín Bernadó, le acompañaron en tarde memorable. Pasa la vida, pasan los años, calladamente se va la juventud. El toreo de Luis Segura queda.

 

Luis era el hermano mayor del también matador  Manolo Segura, “El León de Málaga”, ambos hermanos  han sido destacados por el escritor Vincent Kehoe en sus libros. Luis figuró tanto en España como en México (donde toreo una veintena de corridas)  a través de los años y, en definitiva, murió en la plaza de toros como un triunfador, no de una cogida, pero si de un fatal ataque al corazón en el curso de la acción. Por su parte  Manolo, más sano y longevo, ha sido honrado meritoriamente en vida en su tierra, al conferirle su nombre, a la Puerta Grande de la Plaza de Toros de la Malagueta.