Los toros dan y quitan

JUAN TIRADO (XXXX - 1938)

JUAN TIRADO

Foto cortesía del Site Taurino de Dale Pierce Who´s Who

Modesto matador de novillos del que tenemos la única referencia de su trágica muerte acaecida la tarde del 18 de junio de 1938, cuando actuaba como tal en la Plaza de Toros de Úbeda (Jaén), en que sufrió una cornada mortal. Posiblemente será una de las plazas de toros más antiguas de Andalucía. Posee dos fachadas que la delimitan por delante y detrás, una de ella reconstruida debido a que se derrumbó una parte por culpa de una intensa lluvia. En sus laterales se topa con las paredes de altos edificios que, por suerte, pueden ver las corridas de toros gratis desde sus balcones. Está situada en frente del Hospital de Santiago por lo que su calle es muy transitada por peatones y vehículos. Algo inusual es que no tiene zona de aparcamiento debido a su ubicación, así que en feria, cuando se meten unas 5,000 personas en la plaza hay colapso de coches en la zona. Claro que con eso no se contaba hace más de 150 años que fue cuando se construyó. (Crónica de Juan José Zaldívar Ortega).

 

El historiador, don Juan José de Bonifaz Ybarra, refiere de esta víctima de la fiesta, que << Juan Tirado, del que se tienen escasas noticias, recibió mortal cornada  cuando toreaba en el coso de Úbeda (Jaén) el 12 de junio de 1938, cuando todavía rugía el cañón sobre la campiña y las ciudades españolas. "

 

Otra crónica refiere que El 18 de julio de 1939, en el primer espectáculo taurino tras el fin de la guerra, encontró la muerte en los pitones de ¿un novillo? el torero cordobés Juan Tirado, miembro de una larga saga taurina. Cuenta la leyenda que murió en la misma plaza, pero que para facilitar el traslado a su Jaén natal, el médico certificó que se le trasladaba herido. Eran tiempos durísimos de represión política, difíciles para trasladar un cadáver sin multitud de permisos. La complicidad médica permitió que el cuerpo muerto de Juan Tirado llegase a Jaén esa misma noche, lo que haría que luego se dijese que murió en la capital, a la que realmente llegó sin vida. Otros historiadores cuentan que Tirado sufrió esa tarde una cornada en la rodilla que obligo a la amputación de su pierna al declarársele gangrena, de la que no sobrevivió.