Los toros dan y quitan

FÉLIX CUENCA (1974 - 2014)

FÉLIX CUENCA

Descanse en paz el valeroso corredor de encierros de Paiporta, Valencia, Félix Cuenca.
Foto cortesía del Diario Levante-EMV

El 7 de octubre de 2014 fui enterado por el historiador taurino Rafael Gómez Lozano y por las noticias en Internet del afamado Diario Levante, que había fallecido el aficionado corneado en Puçol el 7 de septiembre tras un mes en el hospital. Félix Cuenca, natural de Paiporta, no pertenecía a ninguna peña taurina pero estaba vinculado a los "bous al carrer". El esforzado corresponsal de Levante, Alex Serrano (Valencia), refiere que el aficionado de Paiporta corneado hasta en cuatro ocasiones por un toro en una desencajonada en Puçol el pasado 7 de septiembre de 2014 falleció ayer (5) a primera hora de la mañana en el hospital La Fe de Valencia, donde permanecía ingresado, tras no poder superar sus heridas. Félix Cuenca era muy respetado en la localidad y aunque no pertenecía a ninguna peña taurina era bien conocido en el mundillo de los "bous al carrer". Sus restos mortales llegarán hoy al tanatorio de Paiporta. Félix Cuenca acudió a la desencajonada de Puçol el siete de septiembre. Al poco de ser soltado el astado, a las 18 horas, cayó al suelo y fue corneado hasta en cuatro ocasiones. Presentaba cuatro heridas, dos en un muslo y dos en las cervicales. Fue trasladado al hospital de Sagunt donde le operaron de urgencia, por la gravedad que revestían las cornadas cercanas al cuello. El hombre, de unos 40 años de edad, fue trasladado al hospital La Fe de Valencia, donde permanecía ingresado desde entonces. En las últimas fechas, según fuentes consultadas por este diario, su estado había comenzado a empeorar debido a complicaciones de tipo infeccioso y neurológico. Cuenca no pudo superar sus heridas, que ya tenían pronóstico reservado a su llegada a Sagunto, y falleció en la mañana de ayer tras un rápido empeoramiento de su estado de salud. Tanto es así que para los médicos que le cuidaban, según diversas fuentes, el fatal desenlace de la convalecencia de Cuenca no ha sido una sorpresa. Paiporta amaneció ayer con esta triste noticia. Según fuentes conocedoras de la situación, Cuenca era conocido y respetado en el pueblo, donde destacan de él su entrega no solo a los "bous al carrer", mundo al que estaba muy vinculado pese a no pertenecer a ninguna peña taurina, sino a otros aspectos como el fútbol, que practicaba con asiduidad. El hombre trabajaba en una empresa de pinturas de la localidad. Los restos mortales de Félix Cuenca llegarán hoy al tanatorio de Paiporta, situado en el polígono La Mina, donde permanecerán hasta su funeral, que tendrá lugar este martes en la Iglesia de San Jorge de Paiporta. Hoy se le ha practicado la autopsia. El alcalde de la localidad, Vicente Ibor, expresó ayer su "tristeza" por el fallecimiento y ofreció sus condolencias a la familia de Cuenca: "Era un chaval muy respetado, lo que le pasó fue un triste accidente".
Fuentes:
http://www.levante-emv.com/comunitat-valenciana/2014/10/06/fallece-recortador-corneado-pucol-7/1170804.html
http://www.lasprovincias.es/sucesos/201409/07/hombre-herido-corneado-toro-20140907201237.html

Ni duda cabe que la parvedad de los diarios mexicanos de ocuparse del desamparo de los deudos de los fallecidos en fiestas de toros en sus editoriales, es una herencia de nuestros desalmados conquistadores, quienes, como vemos, no se aplican a indagar si el alcalde Vicente Ibor y la mafia que conformaba la organización del fatídico festejo, contaba con seguros de gastos médicos mayores para los heridos, y de vida, para los fallecidos, para así socorrerlos en lo económico, sean estos accidentados, corredores de encierros o espectadores; porque lo más probable y lo cierto, es que hayan dejado a los deudos del difunto en el abandono de sus necesidades. Por ahí veréis acaso a las autoridades enviar flores a la funeraria y dar condolencias a la familia; también, echarle la culpa al destino, a la bravura del bicho, y a lo mucho gimotear a los medios, que el difunto era muy respetado y que lo van a extrañar cantidad; pero de ahí a que se metan la mano al bolsillo para indemnizar a sus deudos, es un abismo insalvable como el que existe entre santos y pecadores. Yo pensé, por iluso, que las cosas mejorarían a la llegada del nuevo rey, pero estoy viendo que heredó del mulo de su padre, la carencia de solidaridad con los que quedan en el desamparo; y de seguir así, en banquetes, ceremonias y viajes inútiles, durará poco su reinado. El gusto que me da, es que aunque fueron pocos los periódicos que publicaron la muerte de este valeroso corredor de encierros, al menos lo refieren por su nombre, para compilarlo y honrarlo como una víctima más de tan ancestrales fiestas. ¡Que la tierra le sea leve a don Félix Cuenca!, y que Dios le tenga a su diestra, y ayude a los suyos, porque aquí en la tierra les confunden los organizadores del festejo, con enfermos del ébola y les sacan la vuelta para no contagiarse de sus dolencias.