Los toros dan y quitan

EMILIA GONZÁLEZ HERNÁNDEZ (XXXX - 2010)

EMILIA GONZÁLEZ HERNÁNDEZ

Elementos de la AEI observan la reconstrucción de los hechos

Cortesía del Diario Despertar de Oaxaca

Lo que era un día normal de trabajo, terminó en tragedia para el campesino Teodoro Antonio Hernández. Este martes 3 de agosto de 2010, desde temprana hora, junto con su esposa Emilia González Hernández y sus cuatro hijos, de 10, 7, 5 y 3 años de edad,  llegaron al paraje conocido como “Los Ocho Surcos”, al poniente de Santa Cruz Papalutla (Distrito de Tlacolula) en Oaxaca, México,  donde trabajaron la tierra propiedad de don Juan Antonio Sánchez Cruz. A las labores también se sumaron sus hijos, quienes los ayudaron a cortar la hierba. Poco antes de la 1 de la tarde, se juntaron a comer y  una vez que terminaron, Teodoro Antonio dijo que iría al corral a sacar los animales para que pastaran un rato mientras continuaban con la limpieza de la milpa. A las 6 de la tarde, Teodoro dijo a su esposa que ya era hora de juntar a los animales para  regresarlos al corral. Emilia se ofreció a ir por los animales, quienes en ese momento se encontraban en el otro extremo del predio. Esto para continuar ayudando a su esposo. Pasaron al menos 15 minutos para cuando Emilia llegó al sitio, donde tomó el mecate de un toro y lo ató a su brazo derecho. Cuando el animal sintió que era jalado, reparó bruscamente. Emilia no pudo hacer nada para controlarlo. Como nunca había sucedido, el toro comenzó a correr por todo el predio, arrastrando a la mujer, quien pasó entre arbustos, piedras y magueyes. Teodoro se dio cuenta de esto cuando el animal ya estaba a unos metros de él. El drama fue terrible, observó a su esposa que sangraba mucho. Él se lanzó al toro para tratar de auxiliar a su esposa, por lo que también fue golpeado, pero logró zafar a Emilia. Las lesiones que sufrió la mujer fueron de gravedad, por ello, avisó de inmediato a su patrón, quien se presentó al predio y juntos trasladaron a Emilia en su vehículo hasta una clínica. Debido a la hora, la clínica de esta población ya estaba cerrada, por lo cual decidieron llevarla a San Sebastián Abasolo, pero al llegar a ese lugar, un médico confirmó que Emilia había fallecido al resultar con diversas fracturas y estallamiento de vísceras. Tras confirmar el deceso, el cuerpo fue trasladado a su domicilio, ubicado en la calle Independencia de esta población para dar intervención a la autoridad municipal. Con el dolor a cuestas, por la incertidumbre de su situación y la de sus cuatro hijos, Teodoro compareció ante el representante social. Detalló que espera trasladar su cadáver a su población de origen, San Francisco Logueche, perteneciente a Miahuatlán de Porfirio Díaz, de donde salió hace algunos años en busca de un mejor porvenir.

Fuente: Resumen de la nota editorial de don Esteban Marcial

http://www.diariodespertar.com.mx/expedientes/38609-Tragedia-campo.html