Los toros dan y quitan

MANUEL DÍAZ CANTORAL << EL LAVÍ >> (1811 - 1858)

MANUEL DÍAZ CANTORAL   << EL  LAVÍ >>

Solo para efectos ilustrativos

“Par de Banderillas” (2004)

Obra del deslumbrante pintor madrileño Fidel Molina

Manuel Díaz Cantoral “El Laví”, torero andaluz nacido en Cádiz el 11 de marzo de 1811 y fallecido en Perú el 9 de diciembre de 1858. Tiene una de las personalidades más marcadas entre los toreros de la época. Gitano por los cuatro costados, fue banderillero de su hermano Gaspar (1807-1871), sin lucir con los rehiletes ni con la brega. Se presentó en Madrid, sin mediar alternativa, el 17 de abril de 1843, con toros de Gariva y Sandoval, destacando mucho, así como en otras plazas de Castilla, Aragón y el norte. Llama la atención su manera de comportarse en el ruedo. Habla con los toros, divierte y no da la impresión de tomarse la vida en serio. En otras ocasiones es todo lo contrario, demostrando un miedo inconcebible. Sus actuaciones estaban en razón directa con cualquier detalle que en el toro o en la plaza implicaran una exacerbación de su espíritu supersticioso. Y este detalle, por nimio que fuese, hacía que sus verónicas no tuviesen la plasticidad requerida y, por tanto, que la muchedumbre no llegara a enardecerse, pues el toro no se mordía el rabo. También su actuación en quites era muy deficiente, aunque la suerte de varas hubiese calmado al toro. También, según parece, su faena de muleta era bastante pobre.  “El Laví”, en sus tardes negras, hablaba con los toros con un gran deje de amargura: "No seas ladrón, aplómate y déjate matar. ¿No ves que tengo cinco hijos?". Hubo veces en que lloró ante la suerte adversa, dolido por las muestras de desagrado del público. Odiaba a los toros zainos. También a los que su hierro fuera un círculo. Entonces no reparaba en la estridencia de su fracaso, porque por encima estaba la vida. Entre 1848 y 1858 se mantiene en el favor de los públicos aureolado por anécdotas jugosas. Actuó en La Habana Cuba y en plazas mexicanas. Volvió entusiasmado con aquellos públicos que, según contaba, si se hubiera quedado más tiempo le habrían hecho rey o "emperaó" de aquella tierra. Marchó contratado a Lima Perú en 1858 y allí falleció a los diez días de su llegada por razón de una fiebre maligna, un negro destino que diez años más tarde, en 1868, sufriera al enorme diestro Francisco Arjona Herrera “Cúchares”  que falleció víctima del vómito negro en La Habana, Cuba.

Fuentes:

María Celia Forneas: Serafín Estébanez Calderón, "El Solitario", periodista taurino.

Juan Egea Rodríguez: Figuras Gaditanas. Caja de Ahorros de Cádiz. Cádiz. 1974.

http://wikanda.cadizpedia.eu/wiki/El_Lav%C3%AD