Los toros dan y quitan

FELIPE GONZÁLEZ Y CÉSAR GARCÍA BRAVO (1981 - 2006)

FELIPE GONZÁLEZ Y CÉSAR GARCÍA BRAVO

Solo para efectos ilustrativos

Juigalpa, cabecera del departamento de Chontales, en Nicaragua

El 16 de agosto de 2006, la eminente editorialista Yelba Tablada, de “El Nuevo Diario de Nicaragua”, informaba que dos jóvenes habían fallecido en la barrera de toros de Juigalpa. Ambos montadores bisoños fueron corneados cuando se metieron en estado de ebriedad al redil.  En esta suerte de tragedia, 2 muertos son el primer resultado de las fiestas patronales de 2006  en el municipio de Juigalpa, departamento de Chontales, en Nicaragua. Las gallardas víctimas fueron identificadas como el joven Felipe González, de 25 años de edad y originario de la comarca de Hato Grande, mientras que la otra víctima se llamaba César García Bravo; pereciendo ambos producto de corneadas de los furiosos toros que se juegan en las tardes taurinas. En el tercer día de la montadera de toros, en la celebración de la Virgen de la Asunción, ambos jóvenes ingresaron a la barrera con el deseo de divertirse, pero encontraron la muerte. Se confirmó que los muchachos habían ingerido licor, lo que les dio valor para enfrentarse a los embravecidos animales que se montan cada tarde taurina, como parte de la tradición de Chontales. El doctor Esaú Lazo, médico del puesto asistencial de la Cruz Roja, ubicada en la barrera municipal, señaló que los jóvenes llegaron aún con signos vitales a recibir sus primeros auxilios, pero estaban desgraciadamente en condición muy grave. Felipe González presentaba una cornada en la espalda, que le perforó un pulmón, mientras que César García Bravo recibió otra en los intestinos y la hemorragia interna fue incontenible, lo que también lo condujo a la muerte. Los juigalpinos, por más de cien años, han celebrado a la Santa Patrona, “La Virgen de la Asunción”, a partir del 15 de agosto, cuando se realiza la fiesta religiosa, pero además, la tradición incluye las espectaculares corridas de toros, donde estimo, como dijera en una brillante editorial,  el ilustre historiador, don Guillermo Rothschuh Villanueva, - se ven toros montaraces resoplando muerte, mientras que a toreros, campistos y montados, sin temor alguno-. Dios nos cuide a todos y preserve las Fiestas de Chontales.