Los toros dan y quitan

MARIANO CEBALLOS "EL YNDIO ZEBALLOS" (17XX - 1780)

MARIANO CEBALLOS "EL YNDIO ZEBALLOS"

Toros de Burdeos I

“El famoso americano Mariano Ceballos” (1824-25)

Grabado de d. Francisco de Goya y Lucientes (1746-1828)

Refiere el erudito d. Juan José de Bonifaz Ybarra en su egregia obra “Víctimas de la Fiesta”, que Mariano Ceballos (el Indio) << tras actuar en Buenos Aires en 1772, viene a España, en donde, al parecer, no saldría en el futuro. En Pamplona actúa en repetidas ocasiones en las corridas sanfermineras a partir de la celebrada el 10 de julio de 1775. Según José Vargas Ponce, este heterodoxo torero fue mortalmente corneado en la ciudad navarra de Tudela en 1780. Pienso que sería con ocasión de las fiestas de Santiago y Santa Ana, tras intervenir, como lo hizo, en las de San Fermín en Pamplona. "

Actuó en San Fermín en 1775, y en carta sin fecha se presentaba así: "siendo el suplicante matador de toros, banderillero de a pie, y a caballo con la singularidad de entrar en la plaza en un arrogante caballo desde el que enlazará, amarrará y ensillará un toro, y montado en él tocará una guitarra, y con vara larga picará a otro que se le sacará, y después de matar al en que va montado hará lo mismo al otro". El informe del Ayuntamiento refiere  “que todo lo hizo bien, cobró la extraordinaria cantidad de mil reales de vellón, y vendió en cuarenta reales la res que le correspondió”.

El erudito español don José Sánchez de Neira  refiere que <<el 10 de noviembre de 1777, Juan Gutiérrez “El Montañés”  picó en una corrida de toros en Madrid en la que alternaron “Pepe-Hillo” y “Costillares”, además del indio peruano Mariano Ceballos, que ensilló, montó y desmontó, quitándole además la silla, a un toro. En los San Fermines de 1779, Ceballos ensogó en la taconera un toro que se había escapado del coso, y a principios del siglo XIX murió en la Plaza de Tudela. Era sudamericano, muy probablemente de Perú o incluso de Argentina, y practicaba una suerte bastante común en aquellas lejanas tierras, siendo un reconocido artista de la fiesta. "

Don Fernando Marcel, cronista peruano, detalla en una brillante editorial de su autoría, titulada "TOREO ESPECTACULAR" y publicada en la página de Internet Opinión y Toros, que << Mariano Cevallos, esclavo zambo (hijo de negro e india) llamado "El Indio" –quizás por su origen americano– fue novedad en Madrid en donde se presentó en 1776 y 1777 junto a Costillares y Pepe–Hillo y maravilló a los españoles con hazañas que nadie pudo repetir en la península, como la de rejonear un toro montado sobre otro toro ensillado. Héctor López Martínez en su libro (Plaza de Acho, Historia y Tradición) dice que en 1776 se anunció a Cevallos de la siguiente manera: "saldrá a sesgar al octavo toro y amarrarlo a un palo que a este fin habrá en el medio de la plaza para ensillar luego al bicho y montarlo con valor y bizarría, de forma que aunque a dicho toro se le pondrán banderillas y se le capeará, Mariano, montado sobre él, distribuirá dulces a los amigos y picará después con vara de detener al noveno toro, que también banderilleará y matará, ejecutando antes, con un rejón, al que le sirve de montura". Mariano Cevallos murió en la plaza de Tudela víctima de una de sus temeridades, en fecha no determinada. >>

Don Plácido González, en sus efemérides de febrero que le publican en la página de Internet "Los Mitos del Toro", refiere que el 20 de febrero de 1772, se celebran festejos taurinos en la sudamericana ciudad de Buenos Aires, con la participación del peruano Mariano Ceballos "El Indio", coincidiendo esta afirmación con la crónica del historiógrafo Bonifaz Ybarra.

Don Juan José Zaldívar Ortega, el afamado MVZ e historiógrafo taurino, en su libro "Víctimas del Toreo"- Apartado de Picadores, refiere en las páginas 45 a la 47, que Mariano Ceballos (El Indio), célebre matador de toros, nacido en Argentina hacia el año 1750, de a pie y de a caballo, al que se conoció en España por tal apodo y personaje importante por el papel que representó en la evolución del toreo. En las corridas de los días (20 al 24-02-1772), celebradas en la ciudad de Buenos Aires-, toreaba y estoqueaba, cobrando por cuatro corridas la elevada suma de cien pesos fuertes, pero no puede deducirse con certeza si mató o no desde el caballo en alguna de esas corridas, pues lo reproduce matando desde un caballo uno de los más famosos aguafuertes de Goya, como se practicaba ya en España. En cada uno de los cuatro días de corridas se hizo salir a la plaza un toro encohetado, y en el primero se engalanó otro que causó muy buen efecto. En el último día un chulo salió, jineteando sobre un toro bravo, manejando con las manos ruedas de fuego y cohetes. Toreando en España los años de 1773, 1774 y el (08-07-1775) aparece toreando en la Plaza de Toros de Pamplona, según consta en el Archivo Municipal de la capital de Navarra, «…capeó a caballo bien, ensogó y montó un toro ensillado, y desde él picó otro y mató los dos bien: toreó y estoqueó a pie, pero en esto es poco papel.» Se deduce de cuanto hemos citado que sus habilidades correspondían exactamente con el tipo de toreo arbitrario que persistía paralelamente a la evolución del toreo actual, que empezaba entonces a establecerse. Volvió a torear en Pamplona los años 1778, 79 y 80. En 1779, después de repetir el variado repertorio de sus habilidades acostumbradas, prestó el humanitario servicio de salir tras un toro que saltó la barrera y escapó de la plaza, consiguiendo alcanzarle desde el caballo en La Taconera. Un cuadro atribuido a Goya, titulado: «El toro huido», propiedad de los duques de Veragua, representa esta escena, u otra semejante, en la que Ceballos se dispone a enlazar un toro. De la habilidad que nos cuenta el comentarista navarro hizo Goya no menos de dos versiones. Vargas Ponces nos asegura en su inédita «Disertación» sobre las fiestas de toros, que en la Plaza de Toros de Tudela (Navarra) murió -tal vez en 1780-»el Indio que montaba los toros, a pesar de su conocimiento y valer.» Un viajero francés, el barón Charles Deviller, en su pintoresco "Viaje por España" dice de él al verlos torear el último año citado: «Se cuenta de un negro de Buenos Aires que desde su infancia había estado acostumbrado a perseguir en los desiertos rebaños de bestias salvajes y que mostraba en los combates de esta clase una fuerza y una habilidad extraordinarias. Cogía una larga cuerda, el lazo de su país, y después de haberla pasado por los cuernos le conducía cerca de un poste fuertemente fijado en el centro de la plaza. Atado el toro al poste, le lanzaba una silla al lomo y se montaba en él como si fuera un caballo. Entonces se cortaban las cuerdas y el animal se ponía a correr por todas partes haciendo los mayores esfuerzos para desembarazarse de su improvisado caballero. Cuando el fatigante ejercicio empezaba a disminuir las fuerzas del toro, el negro dirigía como podía su cabalgadura hacia otro toro, que no tardaba en matar, después de lo cual mataba igualmente al que le servía de montura. Se asegura que el negro tenía un fuerte vómito de sangre siempre que se entregaba a este violento ejercicio.» Goya le inmortalizó cinco veces en su famosa Tauromaquia y ya, casi al final de su vida, Francisco, el de los toros, dibujó sobre piedra litográfica una serie de cuatro litografías que son conocidas como "Los toros de Burdeos". Una de ellas representa a Mariano Ceballos toreando con su peculiar manera americana. Y se da como probable que durante las fiestas de Tudela (Navarra) encontró la muerte el arrojado lidiador argentino, como quedó antes citado.