Los toros dan y quitan

DAVID DOUGLAS (1799 - 1834)

Afamado botánico y explorador nacido en Scone, al noroeste de Perth, en Escocia, el 25 de junio de 1799.  El abeto Douglas, que se introdujo como cultivo en 1827, se ha nombrado en su honor. Otras notables introducciones de su parte incluyen al abeto Sitka, pino de azúcar, pino blanco del oeste, pino Ponderosa, pino de las Traviesas, pino Monterrey, gran abeto, abeto noble y varias coníferas que transformaron el paisaje británico y la industria de la madera, además de numerosos arbustos de jardín y de hierbas. Fue el primero en describir la especie que se encuentra en la costa noroeste de América del Norte, Epipactis gigantea, del género Epipactis, de la familia Orchidaceae. Sus éxitos fueron más allá de sus expectativas; y así en una carta a Hooker, le escribió "podrías pensar que fabrico pinos a mi voluntad". Llegó a introducir unas 240 especies de plantas en las Islas Británicas. Murió el 12 de julio de 1834  en extrañas circunstancias en Hawai a la edad de 35 años cuando cayó en un pozo trampa y fue aplastado por un toro que cayó en el mismo lugar.

El ganado vacuno se introdujo en las islas Hawai a finales de 1700 por el capitán George Vancouver como un regalo para el rey Kamehameha I. El primer grupo de reses fue exterminado de forma rápida y comido, o bien murieron a causa de diversas enfermedades. El capitán Vancouver dio al rey otro pequeño grupo, y le instó a que los protegiera hasta que pudieran adaptarse y reproducirse. Kamehameha I emitió una "Kapu" (real decreto) para proteger a la manada. Bajo esa protección, la manada creció rápidamente hasta que la veda de caza se levantó hacia 1830. Hasta ese momento, las reses (que alcanzan los 750 kilos) estuvieron arrasando campos de cultivo, destruyendo el hábitat natural, y matando o hiriendo a la gente. La caza de estas reses de Vancouver se restableció para tener al rebaño bajo control. Esto eliminó una gran parte de la manada, pero muchos animales amenazados, huyeron a la selva y han sobrevivido muy bien. Debido a que el daño fue mucho menos visible, los esfuerzos de la caza se redujeron y es posible aún en día toparse con este ganado salvaje. Muy posiblemente uno de estos ejemplares de George Vancouver fue el que le cayó encima a David Douglas en 1834, o bien se embozó el accidente para robarlo, hay duda fundada, que una persona de su propia comitiva, pudiera haber maquinado el robo.