Los toros dan y quitan

MARIANO CANET LOZANO "LLUSÍO o YUSÍO" (1844 - 1875)

MARIANO CANET LOZANO "LLUSÍO o YUSÍO"

Cogida mortal de Mariano Canet, Llusío. Ilustración del incomparable  José Chávez.

"La Lidia" (13 de junio de 1887).

 

Refiere El Dr. Juan José Zaldivar Ortega con relación a este banderillero valenciano nacido el 1 de septiembre de de 1843, << que El 23 de mayo de 1875 falleció en la Plaza de toros de Madrid el banderillero Mariano Canet “Llusío” y le fue confirmada la alternativa al diestro José Sánchez del Campo “Cara-Ancha”, de manos de Rafael Molina “Lagartijo”, que alternó esa tarde con Francisco Arjona “Currito”, hijo de Cúchares. Se corrieron 3 toros del Duque de Veragua XIV, 3 del Marqués del Saltillo y 2 de don Antonio I Miura. Rafael Molina le cedió los trastos, y José Sánchez del Campo, quien dio cuenta del primero, de nombre “Apreturas”, negro y abierto de cuernas, del Duque de Veragua, de dos estocadas cortas, siendo muy aplaudido. Sacó “Cara-Ancha” en aquella corrida a los banderilleros que le había puesto la empresa y que fueron Cosme Gómez, Remigio Frutos “Ojito”, y Mariano Canet Lozano  “Llusío”, un valenciano desconocido y nuevo en la plaza madrileña.

Salió el sexto toro, llamado "Chocero", de Miura, castaño, ojo de perdiz, meleno y astillado del derecho -cuando se hace astillas uno de sus cuernos: "Primero salió un toro miope con un cuerno astillado." Ramón Gómez de la Serna. El torero Caracho-; tomó siete varas de Manuel Calderón y Manuel Gutiérrez “Melones”; tocaron a banderillas, y “Llusío” resultó con la yugular seccionada al intentar parear al miureño -dícese del toro perteneciente a la ganadería andaluza de Miura: "Siempre que le era dable, recomendaba a las empresas los toros miureños." (Antonio Fernández Heredia, Hache. El Nacional. "Doctrinal taurómaco.") Trágica fue la tarde de la confirmación de la alternativa de José Sánchez."

Don Joaquín Monfil para mayor abundamiento del trágico acontecer refiere que: << saltó al albero el sexto de la tarde, castaño y ojo de perdiz de capa, meleno y algo astillado del izquierdo, “Chocero” de nombre, de don Antonio Miura, cuya lidia y muerte correspondía a “Cara-Ancha”. Se comportó con bravura en el primer tercio, entrando 7  veces a los montados y destripó 3 jacos, cuyos restos quedaron sobre el albero. Al pasar al segundo tercio, tenían que parear Cosme González y Remigio Frutos “Ojitos chico”. Pero uno de los banderilleros que iban ese día de meritorios con “Cara- Ancha”, el valenciano Mariano Canet Lozano “Llusío”, de 31 años de edad, que se presentaba en Madrid y tenía las máximas ilusiones en quedar bien, pidió permiso para banderillear. Sus propios compañeros sólo le conocían por su apodo e intentaron convencerle de no hacerlo, pues ya se imaginaban que su pericia era escasa, pero Mariano no hizo caso y se fue hacia el toro, que estaba encampanado esperándole en el tercio. Le alegró en corto, arrancó en derechura y le colocó un par por el pitón derecho que quedó un poco bajo, quedándose parado en el embroque. El toro alargó la gaita y le enganchó, volviendo a alcanzarle en el aire antes de que cayese al suelo y cuando intentó incorporarse fue buscado de nuevo con saña y pisoteado, antes de que alguien se acercase a hacer el quite. Harto ya de cornear al infeliz, el toro se separó y éste, al intentar levantarse, arrojó gran cantidad de sangre por el cuello. El miura le había partido la yugular izquierda. Retirado por las asistencias, cada vez que respiraba le salía sangre por el cuello. Las últimas palabras que, al parecer, dijo fueron: “Agua, que me ahogo, madre de mi alma, no te volveré a ver”. A los quince minutos de su ingreso en la enfermería dejaba de existir, siendo la primera víctima mortal de la nueva plaza de la carretera de Aragón, en el barrio de Salamanca. Acabó con el toro “Cara Ancha”. Como final, diremos que el público increpó tremendamente a todos los toreros de a pie, pues ni un solo capote estuvo presto a hacer el quite, lo que fue larga y severamente criticado los días posteriores al luctuoso suceso. El infortunado “Llusío” recibiría sepultura el 25 de mayo. Aporta el mencionar que el desamado “Chocero” dio muerte  en la lidia también a un infortunado mozo de caballos. "

Peña y Goñi, el afamado cronista y testigo presencial de la tragedia escribió en su crónica "llamábase el sexto toro “Chocero”, perteneciente a la ganadería de Miura –de don Antonio I-, y era castaño, ojo de perdiz, meleno y astillado del izquierdo. Fue bravo en el primer tercio; tomó siete varas y mató tres caballos. Tocaron a banderillas, y salió a parear en el lugar primero un  banderillero completamente desconocido en Madrid, y cuyo nombre y apellido ignoraban hasta sus mismos compañeros. Lo único que uno de éstos, Cosme, que salió a parear con él, pudo decirnos es que se llamaba Llusío y era valenciano. Su nombre era Mariano Canet. Correspondía banderillear el toro al dicho Cosme y a Remigio Frutos (Ojitos); ambos, según parece hicieron esfuerzos para no permitir que parease Llusío; pero a las reiteradas instancias de éste tuvo que ceder Frutos, y salió, en efecto, a banderillear el infortunado diestro. El toro no presentaba el menor recelo, y se hallaba en los tercios de la plaza encampanado y perfectamente igualado. Canet lo alegró sobre corto y se fue a la res por derecho; llegó al centro, clavó un par un poco bajo y al lado derecho, y se quedó parado en el embroque. El toro humilló naturalmente, y al dar el hachazo alcanzó al diestro. El desgraciado banderillero fue volteado en ese momento, pero con tal rapidez por parte del toro, que éste tuvo tiempo para secundar el derrote antes que Llusío llegara al suelo. Una vez en la arena el diestro, trató de incorporarse, pero la res acometió otra vez con gran ímpetu, y volvió a cornear y a pisotear con rabia al infeliz banderillero, hasta que, dejándolo en la arena, tomó el toro viaje natural. Canet se levantó, llevándose inmediatamente la mano izquierda al cuello, de de donde la sangre salía incontenible..."


Mariano Canet, Llusío
Cortesía del historiador Rafael Gómez Lozano

El erudito taurino, don Juan José de Bonifaz Ybarra, refiere de esta víctima de la fiesta, que" el primer torero que encontraría su fin en la enfermería de la anterior plaza de Madrid, la llamada de la carretera de Aragón, fue el valenciano Mariano Canet Lozano (Yusío), que aquella tarde actuaba a las órdenes de José Sánchez del Campo (Cara Ancha), quien confirmó la alternativa. El astado que cerró plaza en tan destacado festejo –Se trataba de la corrida de Beneficencia-, llamado “Chocero”, de pelo castaño, ojo de perdiz, de la ganadería de Miura, fue el causante de la tragedia al herir en el cuello al peón, a quien seccionó la yugular. Ello ocurría el 23 de mayo de 1875. "